El Gobierno quiere que La Serenísima sea adquirida por empresarios argentinos

El Gobierno quiere que La Serenísima sea adquirida por empresarios argentinos
La fórmula participará de un acto de campaña en la ciudad que es la sede de la mayor láctea del país. Operadores peronistas adelantaron que Néstor Kirchner y el gobernador Daniel Scioli se pronunciarán por la permanencia de la compañía en manos argentinas, cuando uno de los postulantes a adquirir parte de la empresa es su actual socio francés Danone. Las razones de mercado y familiares que empujan a Pascual Mastellone a vender la compañía que cumplirá el año próximo 80 años en las mismas manos. Habla uno de los hermanos propietarios. El impacto en General Rodríguez.
Un día antes del cierre de campaña, Néstor Kirchner realizará un acto que trascenderá una recorrida electoral. Luego del trascendido de una venta en puerta al grupo francés Danone, el próximo martes el ex presidente y el gobernador bonaerense Daniel Scioli recorrerán las instalaciones de la láctea La Serenísima en General Rodríguez, base de la empresa de la familia Mastellone. El candidato se pronunciaría en favor de que la compañía quede en manos nacionales, dijeron ayer a PERFIL dirigentes peronistas ligados a la organización.

Pese al silencio de La Serenísima, que hace tres años que cierra con balance negativo, ayer uno de los hermanos que integra el directorio, Victorio, confió a PERFIL que "algo hay" en las especulaciones que se tejieron los últimos días (ver aparte). Pero un gerente negó que la venta se haya concretado aún.

En el último brindis de Fin de Año, en diciembre pasado, frente a sus empleados, Pascual Mastellone adelantó que se estaba barajando la venta. "Pero dijo que nos quedásemos tranquilos, que, igual, él se quedaría al frente varios años más, mientras el cuerpo le aguante", relató ayer Heber Ríos, secretario general de la comisión interna de la empresa.

En la ciudad esperan que la visita oficial sirva como un respaldo a la continuidad de Pascual Mastellone al frente de la empresa emblema de la industria láctea local. "Sería bueno que Kirchner le dé un espaldarazo porque queremos que siga siendo de capitales nacionales", señaló esperanzado el concejal Luis María del Carre. "Hoy es una empresa familiar, estamos acostumbrados a eso, porque los Mastellone son como un vecino más", agregó el funcionario.

El acto fue confirmado por el presidente del Concejo Deliberante, Juan Pablo Angheleri, quien precisó que el patagónico y el gobernador arribarán a las 11.30. Así como Cristina Kirchner pasó por la empresa como candidata a senadora bonaerense en 2005, esta vez lo hará su esposo. Cerca del ministro del Interior, Florencio Randazzo, no pudieron confirmar que el acto se concrete dentro de la planta, pero sí reflejaron el espíritu oficial sobre la venta de La Serenísima. "El Gobierno defiende a los capitales nacionales, La Serenísima no sería la excepción. Por eso no resultaría raro que el acto fuera allí", confió a PERFIL una fuente del Ministerio.

"Si se trata de una decisión personal, donde se juega la sucesión familiar, el Gobierno poco y nada puede hacer", explicaron desde el oficialismo. Por estos días, todas las cartas se barajan: desde un salvataje hasta el ingreso de una firma nacional en la operación. Lo cierto es que la Casa Rosada no quiere que quede en manos extranjeras la empresa láctea que comercializa más del 70% del negocio de la leche fluida en Capital y el Gran Buenos Aires.

Un bien de familia. El año que viene, La Serenísima cumplirá 80 años. La empresa nació en General Rodríguez y ambos crecieron de la mano. Con 5 mil empleados y una flota de 800 camiones, la compañía de los Mastellone es el motor económico de la zona. "En los 70, sus ingresos fiscales pagaban el sueldo de todo el municipio. Hoy, es un cuarto del salario de los 900 empleados", graficó el concejal Del Carre, con 37 años como contador de la comuna.

El posible cambio de manos aún no genera tensión en la ciudad. "No es que va a cerrar de un día para el otro", pronosticó Miguel, un transportista que trabaja con la empresa. "La incertidumbre que puede haber es por quién viene. Si se trata de Danone nos da tranquilidad porque ya lo conocemos", admitió el gremialista Ríos, recordando la alianza estratégica que mantienen ambas firmas desde 1996

Una familia grande, sin sucesores para ocupar el top management

El bajo perfil de la familia de Pascual Mastellone, presidente de Mastellone Hnos., se acható más que nunca en estos días. Entre las causas económicas de la posible venta de La Serenísima se cuelan el virtual deseo del patriarca de colgar los guantes y la falta de un sucesor interesado en ocupar el sillón de "Don Pascual".

"Chocho", como le dicen los íntimos, está por cumplir 80 años, tantos como la empresa. Se hizo cargo de la compañía a los 21, cuando falleció su padre Antonino, un inmigrante italiano. Como típico dueño de empresas familiares, centralizó férreamente la toma de decisiones. "No vi un management preparado para la sucesión", confió un consultor que hace algunos años asesoró a la empresa.

En un libro sobre General Rodríguez –partido bonaerense donde nació la empresa y tiene una de sus plantas–, el historiador Dardo Malvino señaló que Pascual tuvo tres hijos. El mayor, Antonio, es director industrial de la empresa. Otro hijo, Gustavo, tendría relación con la compañía pero dos personas cercanas a la firma dijeron que se ocupa más de gestionar las estaciones de servicio Dal Con.

La tercera hija es Teresa, fallecida en 2005. Según fuentes del mercado, era la favorita para la sucesión. Su padre sólo delegaba funciones y decisiones en ella y tras su muerte no se decidió por otro descendiente. Teresa trabajó en el área de Relaciones Institucionales de la compañía y era querida por la comunidad. Cuentan que la firma solía dar créditos a bajo costo a sus empleados para la compra de viviendas o autos. "La Serenísima cumple un rol social", dijo Juan Pablo Angheleri, presidente del Concejo Deliberante local. Gracias a sus donaciones, se equipó a la escuela técnica con un laboratorio de $ 400 mil, aseveró.

Dos hermanos de Pascual, Victorio y José, son directores titulares en la firma pero su perfil es muy bajo. Según el libro Para ganar el mañana, de Alberto Levy, a la muerte de Antonino, fue su esposa quien decidió que el hijo mayor se hiciese cargo de la empresa. Por entonces, Pascual soñaba con ingresar a la Escuela de Mecánica del Ejército.

Victorio es dueño del frigorífico Nueva Generación y de una carnicería que muchas veces atiende él mismo.

Aunque Victorio tiene otros hijos, sólo Flavio trabaja en Mastellone Hnos. Es director gerente de compras de materia prima. Hasta hace un año se lo solía ver en los partidos del Club Deportivo Leandro Alem, mejor conocido como el Lechero. "Colaboraba con el equipo y se reunía con técnicos y jugadores. La camiseta del club estuvo auspiciada por Medifé, obra social de La Serenísima. ¿De qué otro modo una compañía así hubiese auspiciado a un club de la C?", se preguntó un periodista local. Flavio se alejó del club tras una seguidilla de hechos violentos. "No estuvo involucrado, pero creo que no quería quedar pegado", aseguró.

El otro hermano, José, tiene tres hijos. Fabián es el mayor y tiene una empresa que provee el servicio de fletes internos en La Serenísima. Lo siguen Viviana y Gabriel.

Varias fuentes coincidieron en que los posibles sucesores no se destacan por la misma capacidad de gestión que se atribuye al actual presidente.

Un ex proveedor de la firma, que tuvo trato directo con Pascual, justificó: "Cuando los padres crean algo tan grande, muchas veces los hijos sienten que no pueden competir".

Comentá la nota