Tras el golpe de unas elecciones legislativas que profundizaron la polarización a nivel nacional, los mandatarios sureños ya piensan en reconfigurarse de cara a los dos próximos años.
La victoria de La Libertad Avanza a nivel nacional reconfiguró radicalmente el panorama del poder territorial en las cuatro provincias patagónicas, forzando a los gobernadores a un complejo juego de reacomodos. Los resultados, lejos de ser homogéneos, revelaron una lógica de polarización inédita que tensiona hasta el límite los espacios provinciales tradicionales y redefine los términos de la gobernabilidad regional en el último y crucial tramo de estas gestiones. El sur argentino amaneció el 27 de octubre convertido en un tablero de poder fragmentado, donde la lealtad partidaria y la identidad provincial tienen la mesa servida para una batalla sin cuartel.
En ese marco, la gran derrotada estratégica fue, sin lugar a dudas, la filosofía de la “tercera vía” o la “avenida del medio”, una postura que mostró un techo electoral insuficiente de manera cruda frente a la pulseada nacional entre el libertarismo movilizador y un peronismo que, contra muchos pronósticos, logró aguantar en sus bastiones tradicionales, como lo fue el caso de diputados en Santa Cruz y senadores en Río Negro.
Los mandatarios se encontraron de la noche a la mañana con un Congreso Nacional donde su poder de negociación, antaño significativo, se vio sensible y dramáticamente reducido, lo que los obligó a una serie de movimientos tácticos y reactivos que se produjeron en la semana inmedidata a los comicios.
Uno de los ejes de poder regional más afectados por este nuevo escenario es la alianza natural, casi histórica, entre Neuquén y Río Negro. Este bloque, históricamente cohesionado por complementariedades económicas, geográficas y hasta culturales, muestra hoy grietas
evidentes y posiblemente estructurales. Mientras Rolando Figueroa en Neuquén logró capitalizar su espacio local presentándolo como un dique de contención eficaz y un proyecto autónomo ante la polarización nacional, Alberto Weretilneck en Río Negro sufrió un duro y humillante revés por aferrarse con testarudez a un posicionamiento centrista que los votantes claramente castigaron. Este quiebre no solo impacta de lleno en la coordinación de políticas bipronviales críticas, como la gestión de los recursos hídricos compartidos, la logística frutícola de exportación o la infraestructura energética, sino que debilita de manera decisiva la posición del bloque norpatagónico en la mesa de negociación frente a La Rosada, dejando a cada gobernador a la deriva, librado a su suerte y a su capacidad individual de lobby.
En este nuevo y volátil tablero, la iniciativa de “Provincias Unidas”, el espacio de gobernadores que buscaba presentar un frente común y disidente ante los dos polos nacionales, entra en un terreno de profunda incertidumbre y cuestionamiento existencial. Chubut y Santa Cruz, a pesar de haber obtenido resultados con interpretaciones dispares, comparten la necesidad pragmática de mantener esta plataforma, pero lo hacen con expectativas y urgencias que pueden variar.
Ignacio Torres desde Chubut buscará utilizarla como un amplificador megáfono para su cruzada de defensa de los recursos locales, especialmente los hidrocarburíferos, contra lo que percibe como un avasallamiento de la Nación.
Claudio Vidal, desde Santa Cruz, probablemente intente usar la misma herramienta como una trinchera defensiva para recomponer su autoridad interna, severamente dañada tras un resultado adverso al que esperaba y necesitaba para afirmar su liderazgo.
Las gestiones y movimientos realizados durante la semana posterior a los comicios evidenciaron de manera elocuente estas estrategias divergentes y, en algunos casos, desesperadas. Las reuniones de coordinación con el gabinete nacional fueron, para la mayoría, la prioridad absoluta: los mandatarios mantuvieron varios encuentos en Casa Rosada, principalmente una cumbre con el presidente Milei y su primera linea de funcionarios con demás gobernadores no peronistas, buscando con nuevas negociaciones para la siguiente etapa de gobierno.
Asimismo, el neuquino Figueroa viajó a San Pablo, Brasil, para impulsar los intereses de Vaca Muerta, mostrando con hechos que su capital político real reside en la gestión concreta y los negocios internacionales, más que en el alineamiento político doméstico.
La gran incógnita que deja planteada este nuevo mapa de poder es, sin duda, la gobernabilidad de cara a las elecciones de 2027, cuando las cuatro provincias patagónicas renovarán sus mandatos ejecutivos en lo que se perfila como un ciclo electoral definitorio.
Los resultados legislativos del 26-O funcionaron, en la práctica, como un primario no declarado y un termómetro de popularidad implacable, y cada mandatario leyó en las urnas un mensaje claro, y a veces aterrador, sobre su futuro político inmediato. Aquellos que no logren recomponer su imagen pública, reconstruir alianzas o construir nuevas coaliciones sólidas en este nuevo escenario bipolar y hostil, encontrarán un camino cuesta arriba, hacia la reelección.
NEUQUÉN
La consolidación de un proyecto autónomo frente a la polarización
Rolando Figueroa valoró el segundo lugar obtenido por su espacio, La Neuquinidad, no como una derrota, sino como una victoria estratégica al haber logrado quebrar de manera efectiva la lógica de polarización nacional que imperó en el resto del país. Desde el Ejecutivo argumentaron a La Tecla Patagonia con insistencia que no se plebiscitó para nada la gestión provincial –la cual, aseguran, mantiene un sólido 80% de imagen positiva–, sino que el votante neuquino, como en el resto del terrtorio nacional, voto en contra del peronismo temiendo que se desaten efectos económicos adeversos. Sus dos bancas en el Congreso Nacional –una en Senadores y otra en Diputados– serán, prometen, instrumentales y claves para respaldar con autonomía e independencia cualquier iniciativa que beneficie materialmente a la provincia.
El gabinete provincial comenzará en las próximas semanas una eventual reconfiguración, que posiblemente iniciará con la fragmentación técnica del megaministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, actualmente a cargo de Julieta Corroza, que dejará la función provincial para asumir su banca de senadora nacional.
Si bien desde el entorno más cercano a Figueroa insisten en que todavía no hay certezas sobre los cambios, admiten que el Gobernador realizará cammbios en su equipo de gestión de cara a la segunda parte de su mandato, buscando aprovechar el capital político acumulado
y preparar el terreno para el futuro, especialmente en materia energetica.
RÍO NEGRO
El malestar y el aislamiento de un caudillo venido a menos
Fuentes oficiales consultadas dentro de la Casa de Gobierno rionegrina confirmaron a La
Tecla Patagonia un notorio y palpable malestar en el gobernador Alberto Weretilneck, cuyo
estado de ánimo se traslada a todos los ámbitos de la administración. Según estas versiones, el mandatario no se deja asesorar y está rodeado de lo que sus críticos internos denominan “amigos del campeón”, un círculo íntimo que no le habla con la franqueza necesaria sobre los errores de gestión y la realidad política.
Su estrategia de la “avenida del medio”, que tantos dividendos le había dado en el pasado, fracasó estrepitosamente en las urnas, tal como le había advertido en su momento su propio vicegobernador, Pedro Pesatti, quien hoy aparece como una voz profética marginada del núcleo duro.
En un intento por reconectarse con la ciudadanía y lavar su imagen dañada, el mandatario ha inundado sus redes sociales con contenido de un estilo más personal y directo, mostrándose
subiendo a un avión rumbo a la reunión con Milei o calificando a una intendenta como “Tía Mabel”.
Con intendentes y legisladores reacomodándose en nuevas alianzas y sectores sindicales adoptando posturas más duras y un vicegobernador que se distanció luego de que se le negara una canditarura al Senado; el futuro político de Weretilneck y de su espacio pinta
más incierto que nunca, con un mandatario que, habiendo desgastado acuerdos del pasado, ahora depende de otros para conservar una hegemonía que parecia próspera, pero que ahora se le escapa de las manos.
CHUBUT
La polarización como explicación y el refugio en los recursos
El gobierno de Ignacio Torres se apresuró a interpretar el triunfo libertario dentro de la provincia no como una derrota propia del oficialismo provincial, sino como un mero efecto colateral de la abrumadora polarización nacional que barrió el país.
Con un 60% de aprobación de gestión según sus propias encuestas internas, desde el ejecutivo chubutense adelantaron a La Tecla Patagonia que “no habrá grandes cambios” en la estructura de su gabinete, aunque sí confirmaron que un par de mujeres tomarán roles más relevantes en una administración que busca oxigenar su imagen.
El reperfilamiento técnico que se avecina, insisten, responde más a un desgaste de gestión natural luego de casi dos años de gobierno que al resultado electoral específico del 26 de octubre.
Asimismo enfatizaron que seguirán trabajando en la defensa a ultranza del recurso local, especialmente en el crítico frente hidrocarburífero, una bandera central y el núcleo duro del relato de la gestión del chubutense. Este posicionamiento le permite mantener un perfil de
liderazgo regional fuerte y autónomo, incluso frente a un gobierno nacional con el que mantiene tensiones estructurales. La integración de Chubut en el espacio de Provincias Unidas se mantendrá, pero se espera que Torres utilice esta plataforma principalmente como caja de resonancia para sus demandas específicas sobre regalías y autonomía provincial, en un Congreso donde su espacio local verá reducida su influencia directa en la Cámara de Diputados.
SANTA CRUZ
Los cambios también afectarán los municipios alineados con Vidal
El gobernador Claudio Vidal tomó la medida más drástica de toda la región: pidió la renuncia formal de la totalidad de su gabinete provincial como un mecanismo de evaluación exhaustiva de la gestión de cada uno de sus ministros. No obstante, desde el Ejecutivo desmintieron de manera rotunda y enfática ante La Tecla Patagonia la información que circulaba en redes sociales sobre las renuncias de funcionarios clave como el jefe de Gabinete, Daniel Álvarez –que era el candidato del provincialismo–, o el secretario de Medios, Sergio Bucci, atribuyendo estas versiones a una “operación orquestada del kirchnerismo” para desestabilizar.
Sin embargo, desde el entorno del Gobernador reconocieron, con un cuidado lenguaje político, que “sí habrá cambios”, aunque serán anunciados en su momento y de manera formal por el mismo Vidal. De hecho, el mandatario sureño ya movió fichas en el área de
Turismo, en el Consejo Agrario Provincial (CAP) y en el Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV). Los cambios, advierten, no se limitarán al gabinete provincial, sino que también “llegarán a los municipios alineados con el oficialismo”, en lo que parece ser una reconfiguración total del mapa de poder interno del partido gobernante, buscando retomar un
control que el resultado electoral mostró debilitado, obligándolo a una cirugía mayor en su equipo para intentar recuperar autoridad.
                                		




Comentá la nota