El FMI elogia el ajuste de Milei, pero siembra dudas sobre el cepo al dólar y la sostenibilidad fiscal

El FMI elogia el ajuste de Milei, pero siembra dudas sobre el cepo al dólar y la sostenibilidad fiscal

Para el Fondo, Caputo está atrasando el tipo de cambio. Por ahora, la posibilidad de un desembolso por u$s15.000 millones luce improbable

 

En público, el Fondo Monetario aparece dando señales muy concretas de pleno respaldo a la gestión de Javier Milei en la Casa Rosada. Rodrigo Valdes, jefe de la misión del organismo en la Argentina, dijo ayer que "el progreso (del nuevo gobierno) es impresionante". En privado, la cuestión no es tan sencilla.

Puertas adentro de las oficinas, los elogios de los funcionarios del Fondo están más condicionados.

El FMI elogia el ajuste de Milei, pero pone dudas sobre el cepo

 

De hecho, en público Valdes también dejó entrever algunas dudas sobre la dinámica de la economía argentina. "Es muy importante mejorar la calidad; no la cantidad" del ajuste que viene ejecutando Luis Caputo desde el Palacio de Hacienda.

Por la calidad, el enviado del Fondo se refiere a la sostenibilidad del programa. Tanto en lo social -el recorte sobre los programas de asistencia social como a los gastos en jubilaciones- como en las principales pautas económicas.

En distintas reuniones con la plana mayor del equipo económico, los técnicos del FMI dejaron en claro que el superávit de las cuentas públicas no pueden sostenerse en el tiempo si están basadas en la licuación permanente. O en el recorte drástico en las partidas hacia las provincias y la obra pública.

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En este contexto, el mensaje del Fondo es que no será para nada fácil que el organismo acceda a financiar al Gobierno con los u$s15.000 millones que el propio Milei planteó como necesarios para levantar el cepo.

El alto funcionario del FMI, Rodrigo Valdes, se reunió con Javier Milei, Luis Caputo y Santiago Bausili en Buenos Aires.Cepo al dólar y equilibrio fiscal: la preocupación del FMI

 

La idea que dejan trascender los enviados del organismo, que ayer también se reunieron con Caputo y la cúpula del Banco Central, es que existe preocupación y, sobre todo, muchas dudas sobre el proceso económico.

Esos planteos están concentrados en tres capítulos:

La política cambiaria. La duda principal refiere a la sostenibilidad del "crawling peg" del 2% mensual. Se sabe: el organismo no quiere validar un atraso cambiario, como el que se está gestando.

 

Para el FMI, y también para la enorme mayoría de los economistas profesionales, si Caputo mantiene el actual esquema, el atraso cambiario va a ser notorio dentro de dos a tres meses.

En este escenario, el organismo no quiere financiar al Gobierno en ningún programa -aunque sea de shock, tipo neo convertibilidad o una salida total del cepo-. Al contrario, en Washington están pendientes del futuro empalme que Economía diseñe para salir del actual ritmo del "crawling peg".

Sobre esta cuestión, existe una realidad inconfesable: en el organismo, la figura de Caputo sigue generando desconfianza por la experiencia durante su anterior paso por la gestión pública, en la administración Macri.

El segundo capítulo que genera dudas tiene que ver con la consistencia del equilibrio fiscal que plantea el Gobierno. En Washington no tienen ninguna duda de la férrea voluntad del líder libertario en corregir los desvíos fiscales, pero hay muchas dudas sobre la manera en que se está llevando adelante ese ordenamiento.Pese a que el apoyo económico del FMI está en duda, Javier Milei prometió liberar el cepo en "los próximos tres meses".

 

La "licuadora" ya no tiene demasiado margen de acción y, al contrario, los técnicos del Fondo creen que el Gobierno debería apuntalar tanto las erogaciones a los programas sociales como a la clase pasiva, antes de que el ajuste sea socialmente rechazado.

La tercera pata de los cuestionamientos se vincula con la salida del cepo. El FMI no quiere que las desregulaciones se levanten de un día para otro. En distintas reuniones, los enviados del organismo dejaron en claro que ellos no están planteado al Gobierno una salida para mediados de año, como dejó trascender el propio Presidente.

 

Al contrario, Valdés dijo ayer en su discurso ante el foro internacional que "los controles cambiarios deben ser calibrados de una forma muy cuidadosa". Por más que el organismo pretende la eliminación de las regulaciones, lo cierto es que prefiere un desarme ordenado, de manera tal que no haya una nueva disrupción cambiaria ni financiera.

¿Y los 15.000 millones?

 

En este contexto de evidentes planteos y desconfianza, la posibilidad de que el organismo envíe u$s15.000 millones en un plazo cercano luce improbable.

La idea que dejó Valdes en esta visita es que el Fondo Monetario está más para ser testigo de las medidas que vaya tomando el Gobierno para seguir en el camino hacia una normalización de la economía que de otra cosa.

En resumidas cuentas, el FMI parece eludir la responsabilidad de ser socio del Gobierno en las medidas que vienen. ¿Acaso Milei podrá convencer a Kristalina Georgieva de algo distinto? El tiempo dirá.

 

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