Eduardo De Pedro, con empresarios sub-40 de la UIA: “Ni el peronismo ni el antiperonismo están conformes con la Argentina que tenemos hoy”

Eduardo De Pedro, con empresarios sub-40 de la UIA: “Ni el peronismo ni el antiperonismo están conformes con la Argentina que tenemos hoy”

El ministro del Interior y referente de La Cámpora busca mantenerse al margen de la interna oficialista, pero deslizó cuestionamientos al estado de la economía, sin nombres propios. Fue durante una exposición con industriales en el corazón productivo de Santa Fe

Por Brenda Struminger

Mientras arde la interna del Gobierno y todas las miradas del arco oficialista esperan con ansiedad el discurso que brindará Cristina Kirchner esta tarde en Chaco, el principal alfil de la Vicepresidenta en la Casa Rosada, Eduardo “Wado” de Pedro, mantiene una agenda aparentemente ajena a la pelea del Frente de Todos. Con un deliberado perfil moderado, mientras los otros referentes de La Cámpora disparan prácticamente a diario contra Alberto Fernández, el titular de Interior dio un nuevo paso en su seguidilla de encuentros para acercar sus ideas al sector empresario, de relación espinosa con su fuerza. Ayer hizo un viaje relámpago a Rafaela, Santa Fe, para participar del encuentro anual de la UIA Joven, donde evitó los cuestionamientos directos al Presidente, pero deslizó una crítica al estado de la economía.

Durante la visita, el dirigente camporista se mostró decidido a eludir la expresión de cualquier opinión sobre las reiteradas declaraciones cruzadas entre sus compañeros de espacio político y el albertismo, que escalan hace semanas. “Lo hartan, no suman a nadie”, esquivaron en su entorno ante las consultas de Infobae. Sin embargo, durante su exposición ante representantes industriales sub-40 provenientes de 15 provincias, el funcionario nacional realizó un duro diagnóstico sobre el rumbo del país. “Ni el peronismo ni el antiperonismo están conformes con la Argentina que tenemos hoy”, lanzó, sentado junto al presidente de UIA Joven, Tomás Karagozián, cuando ya había caído la noche sobre Rafaela y culminaba su tercera actividad de la jornada.

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La frase fue hilada en el salón principal del Centro Comercial del corazón productivo de Santa Fe, en respuesta a uno de los empresarios que lo inquirió sobre la falta de continuidad en las políticas públicas con los cambios de color político de los sucesivos gobiernos. “Podemos estar horas con esta pregunta”, le contestó con seriedad, si bien antes había bromeado en un ida y vuelta con los presentes. “Veo un sistema pendular, donde estamos los que confiamos en la industria nacional, en el consumo interno, y en usar los dólares para fomentar la actividad; y están los que borran lo que se construye”, dijo, con un dardo, también indirecto, a Juntos por el Cambio, en la zona provincial más adversa a su propio espacio político.

El nombre del ministro no figuraba en el programa oficial de la Junta Federal de la UIA Joven, y confirmó a los organizadores que estaría presente sobre la hora. Estaba previsto que el viaje a Santa Fe, iniciado ayer a las 16, fuera muy breve, ida y vuelta en avión. Sin embargo, se extendió hasta entrada la noche, entre actividades como un concurso de banderas de cada provincia, que se realizó en el autódromo local; y discursos para resaltar la importancia de la actividad industrial.

A diferencia de los otros miembros de La Cámpora, como el diputado Máximo Kirchner y el ministro de Desarrollo Comunitario bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, De Pedro no hizo ninguna referencia directa al ministro de Economía, Martín Guzmán, ni a Alberto Fernández. Sin embargo, admitió problemas en el Gobierno frente a las inquietudes de los industriales sobre las dificultades en el actual contexto económico para producir, exportar e importar: “Ya no hay más explicaciones políticas”, dijo. Y disparó contra las compañías más importantes del sector productivo, así como contra los medios de comunicación. “El aprendizaje que tenemos que tener, como sociedad, es no dejarnos llevar por lo que dicen las tres o cuatro empresas grandes que definen la política industrial. Tampoco por algunos medios que definen todo, inclusive quién soy yo, si soy el monje negro, o un kuko”, ironizó, aunque sin referencias directas.

El encuentro con empresarios fue parte de la estrategia de posicionamiento del funcionario camporista, que hace semanas empezó a “caminar el país” con mayor ímpetu, en su rol de ministro del Interior. Aunque aún no se calza el traje de precandidato, el eventual delfín de Cristina Kirchner tantea el terreno de cara a las elecciones de 2023. Como ministro político -rol que le asignó la Vicepresidenta en 2019- riega el vínculo con los gobernadores -sin ir más lejos, los invitó a su gira internacional más importante, en Israel, que terminó la semana pasada-, y con los empresarios -en una continuidad de las visitas al Foro Llao Llao y a un encuentro de AmCham, el año pasado-.

De Pedro busca “evitar las intermediaciones” con el sector de parte de los medios de comunicación que, según su mirada, distorsionan las intenciones del kirchnerismo. Con una agenda cada día más cargada y con perspectivas proselitistas -aunque en su entorno niegan, una y otra vez, que esté confirmada su candidatura presidencial o a la gobernación bonaerense-, su breve paso por Rafaela fue para “explicarles de primera mano” cuáles son los ejes que proyecta su espacio político. En su caso, el Plan de Desarrollo Federal, su principal caballito de batalla, cuyos lineamientos describió, aunque por encima, durante su discurso frente a los emprendedores.

Al final de su exposición, buscó complicidad con la audiencia a través de una referencia a la edad en común: “Nuestra generación ya no confía, sino que mira de reojo, chequea la información. Ahí está la inteligencia de una nueva generación que aprende del pasado y es protagonista del futuro. Confío en nosotros”, deslizó, entre referencia a los problemas de desarrollo productivo del país. Para esta tarde se espera que su jefa política, Cristina Kirchner, exprese un discurso en la misma línea crítica, pero, de acuerdo con la línea de sus mensajes y los de sus soldados en las últimas semanas, con un tono más belicoso.

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