El ministro resiste la influencia de Mario Montoto, un empresario ligado a la venta de cámaras de vigilancia que cuenta con el apoyo del gobernador bonaerense.
El ex intendente de Ezeiza intentó dejar atrás la relación aceitada entre la Policía Bonaerense y Montoto, un empresario que forma parte del negocio de las cámaras de seguridad, pero el gobernador le dejó claro que el ex jefe montonero contaba con su aval. No iba a ser corrido.
“No voy a contestar sobre algo que no existió”, se defendió Montoto ante PERFIL sobre el desacuerdo entre Scioli y Granados. Y agregó: “Granados es una excelente persona a quien conozco desde hace muchos años y es un conocedor del tema seguridad. Soy amigo de muchos dirigentes políticos, también Casal es un amigo, somos del mismo cuadro, pero no por eso soy asesor de nadie”, afirmó.
La influencia del ex abogado de Mario Firmenich en la política de seguridad de Scioli creció a través de los años. A fines de 2009, cuando el entonces ministro del área, Carlos Stornelli, dejó el cargo, Scioli se reunió con Santiago Montoya para ofrecerle su lugar.
Pero el gobernador no estaba solo en las oficinas del Banco Provincia, sino que también estaba Montoto. Fue la presencia del empresario y sus recomendaciones las que hicieron que Montoya no aceptara el cargo. Desde aquel entonces, Montoto consiguió un mayor nivel de dominio del área más sensible de la provincia. La instalación de sus cámaras en varios distritos de la provincia, el asesoramiento a Scioli –con quien mantiene una amistad de años– y su estrecha relación con el ex jefe de la Policía Bonaerense, Juan Carlos Paggi, le dio un lugar privilegiado y lo convirtió en el nexo entre los comisarios de la Bonaerense y las autoridades. Montoto hoy conoce como pocos los recursos que maneja cada comisaría del territorio bonaerense y mantiene estos vínculos a través de hombres retirados de la fuerza que reportan al empresario cuando no se encuentra en el país.
Supo sobrevivir a los diferentes ministros y jefes de policía que pasaron durante los más de cinco años de gestión de Scioli y logró un diálogo permanente con el actual titular de la fuerza, Hugo Matzkin. Además, su vínculo con esta institución –que cuenta con más de 50 mil hombres– llevó a que el empresario visitara mensualmente el despacho del hasta ayer ministro de Seguridad, Ricardo Casal.
“Yo no soy asesor en temas de seguridad de Daniel Scioli ni de ningún otro gobernador”, dijo el empresario a este medio.
El ahora ministro de Seguridad, que una semana atrás rechazó que Montoto manejara en la sombra los hilos de la Policía Bonaerense, fue uno de los primeros intendentes en instalar sus cámaras y comparte un amigo en común: el ex jefe de policía Juan Carlos Paggi. Sin embargo, Granados prefiere mantener la conducción del ministerio lejos de Montoto. Alrededor del ex jefe comunal de Ezeiza explican que Granados ocuparía el cargo sólo hasta diciembre y cree en la necesidad de mostrar una policía visiblemente activa y transparente en la etapa que durará su gestión.
El paso de Montoto por la seguridad se inició con su incursión en el negocio de las cámaras en la Ciudad de Buenos Aires y luego consiguió expandirse hacia diferentes distritos del conurbano bonaerense. En 2003 creó Codesur (Corporación para la Defensa del Sur), y bajo la presidencia de Néstor Kirchner, tuvo a cargo el mantenimiento del avión presidencial Tango 01, del submarino Salta y de los helicópteros Bell del Ejército.
El año pasado, el grupo japonés NEC Corporation compró el 85% de Global View, la firma creada por Montoto, con la que provee las cámaras de vigilancia en todo el país. Pero el empresario mantuvo el 15% de la firma y un rol protagónico en el diálogo con los intendentes.
Un aumento del 35% del presupuesto
En la presentación del Presupuesto 2014, el Gobierno le dio un lugar destacado a la política de seguridad y aumentó el gasto para Defensa y Seguridad en 35% frente a lo previsto originalmente para este año.
Los gastos en las áreas de las que depende la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura, además del servicio penitenciario, aumentan por arriba de la inflación –oficial– y en conjunto superan los $ 70 mil millones, el 11% más que los $ 63 mil millones estimados para este año después de las reasignaciones pero también el 35% más de lo que se había previsto en septiembre de 2012, cuando se asignaron $ 51 mil millones.
La justificación del Ministerio de Economía promete articular fuerzas policiales y de seguridad, nacionales y provinciales, y comprar equipos de seguridad y comunicaciones, entre otros aspectos. En el caso de los juicios por ajustes de haberes, el Presupuesto es menos generoso y fija un máximo de $ 755 millones.
Comentá la nota