Tres años después del anuncio de la “sintonía fina” que hizo la presidenta Cristina Fernández, tras ganar las elecciones presidenciales, la administración nacional podría retirar los subsidios a la tarifa de la energía eléctrica que beneficia a los consumidores, como hizo a principio de año con las compañías de agua y gas. Si bien se anticipó que se hará en varias provincias, todavía no se anunció qué pasará en el Gran Buenos Aires y la Capital Federal.La decisión dependerá de la jefa de Estado, que les pidió a los equipos de los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación, Julio De Vido, que la quita afecte a “los que más tienen”.Por eso, los funcionarios de esas áreas tienen preparados desde marzo varios esquemas en los que se llevaría adelante la actualización del precio de este servicio básico. Los diagramas podrían ser por consumo (aunque eso afectaría a todos por igual), por barrio (como ya se hizo en 2011) o por ingreso familiar, que es muy difícil de aplicar. Hasta ahora, las transferencias de dinero van directo a las empresas (no a los individuos), lo que debería cambiar para poder llevar adelante esta última opción.En Economía, desde donde diagramaron las subas de gas y agua, sostienen que se podría hacer un esquema similar, pero aseguran que en ese caso muchas familias de ingresos bajos o de clase media baja tendrían una especie de tarifazo.Es que estos meses empezaron a pagar más por esos servicios quienes no disminuyeron su consumo hasta un 20% en comparación con el 2013. En la electricidad, según explicaron desde Hacienda, eso sería difícil porque durante los últimos años muchas familias compraron electrodomésticos, especialmente equipos de aire acondicionado.Es justamente éste último aparato el que podría cambiar la fecha de quite de subsidios, ya que de hacerlo antes de que empiecen las altas temperaturas, muchas familias tendrían que pagar una boleta abultada. Los que impulsan anticipar el quite señalan que también serviría para desincentivar el consumo, evitar cortes y bajar las necesidades de importación de energía.También volvió más dificultosa la ecuación en el quite de subsidios el hecho de que las compañías son provinciales y el Gobierno debió negociar con cada una de ellas. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, avisó que el 31 de diciembre vencerá el acuerdo de convergencia por el cual las compañías energéticas reciben los subsidios. Corrientes estimó que tendrá que ajustar 300 por ciento el valor.El cálculo fue más conservador que el del asesor del gobernador Daniel Scioli, Miguel Bein, que aventuró que sin subsidios los precios se multiplicarían por siete, aunque aclaró que no es algo que él recomendaría. Entre otras cosas, el economista también dijo que buena parte del excedente que tienen las familias de altos ingresos va al dólar ahorro y eso presiona sobre el tipo de cambio.Sin responder directamente a Bein, Capitanich dijo que la Administración Central escucha todas las opiniones, pero que “desde el Ministerio de Planificación Federal se estableció una estrategia tendiente a lograr una convergencia tarifaria en todas las jurisdicciones”, y que se trabajará con esa pauta.