“Se cumplió un ciclo en el PJ y Máximo debe ser el presidente”

“Se cumplió un ciclo en el PJ y Máximo debe ser el presidente”

La diputada del FdT se sumó al clamor por Kirchner. Críticas al PRO y concesiones a la UCR. Dice que la pandemia fracturó a Cambiemos. Su futuro, incierto.

La diputada bonaerense del Frente de Todos María Laura Ramírez se sumó al clamor por la designación de Máximo Kirchner presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires. Citó a Juan Domingo Perón, pidió renovar a toda la estructura partidaria y aclaró que el PJ no debe pensar sólo en elecciones, sino, además, recordar que es un movimiento popular. 

La legisladora, que responde al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, dejó entrever que no buscará renovar su banca en la Cámara baja, aunque aclaró que se someterá a la voluntad del partido y sus principales dirigentes. Aun así, en términos personales, dijo que le gustaría ocupar un lugar como funcionaria provincial o nacional una vez que termine su mandato. También, dejó algunas líneas para diferenciar a la Unión Cívica Radical del PRO, al que criticó por el gobierno de María Eugenia Vidal. “Cuando juntás el agua con el aceite, no tenés una buena mezcla”, apuntó contra la interna en Juntos por el Cambio.

-¿Cómo analiza el primer año de gobierno de Axel Kicillof?

 

-Modificó el orden de las políticas de gobierno producto de cómo nos dejaron la provincia, sumado a la pandemia y la falta de un Presupuesto en el primer año. Por eso, si bien la principal propuesta de campaña fue dinamizar la economía, luego hubo que priorizar la salud y la contención social. Fue un desafío inmenso. El gobernador pudo llevar adelante, en estos 13 meses, medidas sanitarias, económicas y educativas pese a la campaña de miedo de la oposición con el pedido de aperturas.

 

-¿A qué se refiere con campaña del miedo?

 

-A la oposición no le importa la vida de la gente, sólo le importan los votos. En mayo, en vez de presentar propuestas constructivas, estaba en Zoom con Vidal para ver cómo sacaban votos con discursos sobre que el virus no existía o que el kirchnerismo quería dejar a la gente encerrada, algo que hoy mismo sigue haciendo cuando dice que la vacuna no sirve. Los antivacunas tienen nombre y es Cambiemos.

 

-¿Hay algún punto de consenso con la oposición?

 

-Cuando planteó propuestas serias las escuchamos, las debatimos en la cámara e incluso el gobernador recibió a Vidal. Sucede que la pandemia fracturó a Cambiemos. No tiene un dirigente que la conduzca. Dejó atrás la cresta de la ola de tener la Nación, la Provincia y más de 90 municipios y eso es un problema para llegar a acuerdos. ¿Qué hubiera sucedido si Vidal hubiera sido reelecta, con el antecedente de cómo gobernó durante cuatro años? 

 

-¿Lo que dice corre para todos los dirigentes y todas las dirigentas de Juntos por el Cambio?

 

-Hay dos sectores bien marcados. El radicalismo, que viene con historia, ideales y una forma de hacer política, y el PRO, que es todo lo contrario. Cuando juntás el agua con el aceite, no tenés una buena mezcla. Con un sector podés discutir, construir y llegar a consensos. Con el otro, no, porque sus dirigentes tienen un cassette en la cabeza, no tienen análisis ni propuestas.

 

-¿Cómo sobrellevó el oficialismo la dificultad de enfrentar una mayoría opositora en el Senado?

 

-Queda claro que son un partido del negocio y no de la gente que dicen representar. No votaron cosas con las que estaban de acuerdo porque no le dábamos los cargos que pedían. Quedó demostrado cuando impusieron su mayoría para poner a 26 jueces. No les importan las leyes, siempre fue por los cargos. Un intendente pedía una cosa, Vidal otra y los radicales, otra. Nuestra idea no es gobernar con billetera, sino por el voto popular y la decisión política que tomó Cristina Fernández.

 

-¿Cómo llevan las diferencias dentro del Frente de Todos?

 

-Convivimos como fue el armado. Las listas estuvieron conformadas por compañeros y compañeras de todos los frentes políticos. El peronismo ha logrado consensuar eso y marcar bien quién conduce, quién tiene los votos y, en definitiva, quiénes son los más representativos. Quedó clarísimo este año adónde va el barco.

 

-¿Máximo Kirchner debe ser el presidente del PJ bonaerense?

 

-Sí. Se cumplió un ciclo político. Por decantación, el partido debe actualizarse y Máximo debe ser el presidente, porque es quien mejor puede motorizarlo. Incluso el general Perón decía que había que aggiornarse, algo que dice en la carta que dejó a los jóvenes del 2000 diciendo que nuestra responsabilidad era actualizar la doctrina. Para eso, necesitamos de la juventud, pero no una que esté al servicio del poder y los cargos, sino una capacitada y a la altura de las circunstancias, como lo está Máximo. Estoy convencida de que va a motorizar el Partido, que debe ser más que un sello electoral. Máximo va a recordar que somos un movimiento. Nos va a ayudar mucho a reorganizar la provincia de Buenos Aires.

 

-¿Qué peso cree que tendrá La Matanza en la próxima elección?

 

-Va a tener el peso y la renovación de las bancas que tuvo siempre. En La Matanza hay muchos sectores y debemos ser generosos para que otros compañeros puedan ocupar nuestros lugares. Sería un orgullo y una emoción que vinieran otros jóvenes a sentarse en una banca de la Legislatura.

 

-¿Cuál es su futuro?

 

-Prefiero el trabajo ejecutivo al legislativo, pero soy orgánica y voy a estar donde me diga el partido. 

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