Cuenta regresiva hasta las elecciones: qué puede pasar con el dólar, el riesgo de fuga y una economía al límite

Cuenta regresiva hasta las elecciones: qué puede pasar con el dólar, el riesgo de fuga y una economía al límite

Entre el salvataje que no llega, la presión sobre el dólar y el desgaste político, Milei enfrenta el tramo más frágil desde el inicio de su gestión. Los próximos días definirán el rumbo económico de un modelo que ya fracasó.

Por

Eugenia Rodríguez

Calma pasajera y más incertidumbre es lo que consiguió en estos días el Gobierno Nacional tras la creciente inestabilidad resultado de sus propias decisiones. Sin señales concretas aún del salvataje de Estados Unidos ni de las formas o condiciones que conllevaría, la crisis económica y financiera del actual modelo se aceleran. ¿Qué esperar para los próximos días?: un ajuste de la demanda de dólares liberando el techo de la banda, aunque con impacto en el bolsillo del electorado; posibles nuevas restricciones en el acceso al mercado cambiario y/o aumento de la oferta con nuevas intervenciones pero con mayores riesgos para los compromisos de deuda en moneda extranjera, están entre los principales instrumentos que analistas económicos ponen sobre la mesa de cara, al menos, a las próximas 14 ruedas y ante un mercado que exige hechos y no palabras. 

De esta manera, octubre configura un escenario que se presenta cada vez más complicado para la gestión de Javier Milei en la previa de las elecciones de medio término -el próximo 26/10- que le asegurarán o no contar con un Congreso más favorable para avanzar en las reformas -laboral y previsional- que le acordó con el FMI. Así, la incertidumbre electoral y las medidas de emergencia mantienen latente el temor de una eventual devaluación -posterior o hasta previa a los comicios legislativos- alimentando las expectativas del mercado, y condicionando a una ya muy golpeada economía real (los salarios y el consumo masivo continúan por debajo de noviembre 2023). Todo ello mientras el balance cambiario de agosto resaltó la vuelta del déficit de la cuenta corriente. 

En este panorama datos privados anticipan el traslado de la alta volatilidad del dólar a los precios internos. El rubro Alimentos y bebidas -de mayor ponderación en la medición inflacionaria – habría registrado un incremento del 2,6% en septiembre, impulsado por subas en lácteos (7%), aceites (6%), y farináceos (5%), entre los principales.  Esto demuestra, una vez más, que nada de lo que pasa es gratis para la mayoría de las familias argentinas que enfrentan las consecuencias de un modelo agotado. 

 

Estado de situación: no alcanza con un tuit

Cada vez más analistas económicos coinciden en la “herida de muerte” que implicó para el programa de la dupla Milei-Caputo el incumplimiento de acumulación de reservas, subestimado por el oficialismo que desaprovechó variadas ocasiones para reforzar la compra de divisas. El derrotero de estos últimos días evidenció que tras vender el Banco Central (BCRA) más de 1.0000 millones de dólares para intentar contener el techo de la banda, el Gobierno Nacional fue en busca de un nuevo "salvador": la ayuda financiera del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aunque -al momento- se trató solo de anuncios sin precisiones de cuándo ni cómo se concretaría cualquier operación de fondos.

 

De hecho, pese a que el propio titular del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dio a conocer en la red social "X" el posible desembarco en nuestro país de una batería de medidas que podrían incluir a línea de swap por USD 20.000 millones, un préstamo mediante el Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF) y hasta la compra de bonos argentinos en dólares; y la administración libertaria avanzó con la eliminación de las retenciones para exportadores de granos, subproductos y carnes para fomentar el anticipo de la liquidación de divisas (que ocurrió en solo 3 ruedas) las tensiones no se disiparon por completo y además de resignar recaudar unos 1.500 millones de dólares (0,24% del PBI, según CIFRA) el gobierno no puedo siquiera compra lo esperado (unas pocas cerealeras que se quedaron con el negocio liquidaron casi USD 6.000 millones pero el Tesoro compró alrededor de USD 2.200 millones; 36% del total). 

 

 

La tranquilidad financiera fue corta y no disipó los problemas de un gobierno sin reservas propias que ahora corre detrás de medidas desesperadas: 1) la desconfianza del mercado continúa en alza tras la nueva disparara el Riesgo País por arriba de los 1.000 puntos; 2) no sólo se acumularon menos dólares a los esperados de la liquidación del agro sino que se intensificó la demanda de dólar oficial -con nuevos controles cambiaros mediante- y el Tesoro tuvo que salir a vender -en torno a los USD 1.000 millones- es decir, perdió la mitad de lo que logró acumular con las retenciones cero y 3) hasta ahora el apoyo norteamericano no han sido más que palabras de redes sociales, y hasta Bessent, dio luego marcha atrás en su tuit original y dijo en un medio de su país que “lo único que estamos haciendo es darles un SWAP, no estamos poniendo plata en Argentina".  Mientras tanto el ministro de Economía, Luis Caputo, viajó este fin de semana a Estados Unidos para reunirse con el titular del Tesoro yanqui e intentar finalmente negociar el rescate financiero.

 

Ahora bien, ¿cuál es el estado de situación actual? En primer lugar, desde la consultora C-P indicaron en su último informe sobre el sector externo que “a pesar del fuerte apoyo de Estados Unidos, el corto plazo será muy desafiante” ya que “la concentración de las ventas del agro en los últimos días de septiembre augura un mercado oficial desbalanceado en octubre”. En ese sentido, sería esperable que “la dolarización de carteras aumente a medida que nos acercamos a las elecciones y es esperable que el tipo de cambio vuelva a alcanzar el techo de la banda”. Si bien el gobierno logró bajar el tipo de cambio significativamente durante unos días ($1.340 por dólar), “el impacto del anuncio fue breve, el dólar cayó al inicio, pero después repuntó fuertemente y superó los $1.400, mientras que los contratos de dólar futuro post-octubre comenzaron a superar nuevamente la banda superior del esquema”.

 

 

Recientemente el gobierno cortó el denominado “rulo financiero”, imposibilitando la venta de dólar MEP en caso de haber adquirido dólar oficial, sin embargo, “esto implica un refuerzo de la segmentación cambiaria, generando una brecha de alrededor del 10% entre los dólares financieros y el oficial". Por lo que "aun en caso de éxito de la medida, la aparición de la brecha es la aparición de una expectativa de devaluación que presionará sobre el esquema de bandas”, explicaron desde la consultora que dirigen los economistas Pablo Moldovan y Federico Pastrana. Asimismo, recordaron que octubre suele ser un mes difícil para las reservas, en especial en años impares (electorales): “la Formación de Activos Externos (FAE) en billetes y divisas de personas humanas sumó, en tan solo cuatro meses y medio de vigencia del nuevo esquema cambiario, un déficit superior a los USD 19.000 millones en 2025”. De esta manera, “el gobierno deberá transitar un gran número de ruedas en las que se espera la oferta sea mínima”, remarcaron. 

Según estimaciones del economista Christian Buteler el 1 de octubre los depósitos del Tesoro en dólares se ubicaron en USD 1.784 millones, por lo que “en 2 días vendieron 36% de lo que habían podido acumular por la baja de retenciones. Así se explica la urgencia del viaje a USA”, consideró. 

 

Por su parte, desde la consultora 1816 advirtieron que “sin claridad sobre la predisposición de Estados Unidos a desembolsar, el mercado parece estar otra vez haciéndose la idea de que no queda otra que tener un tipo de cambio más alto, el resultante de la necesidad del Gobierno de comprar divisas para pagar deuda”, y agregaron que “salvo que dejen flotar antes del 26 de octubre (algo que no parecen querer hacer, a juzgar por las últimas restricciones cambiarias) entre el fisco y el BCRA serán vendedores netos por montos difíciles de precisar de aquí a la elección”.

De esta manera, “el gran inconveniente del régimen cambiario actual es que hay brecha (por la restricción cruzada MLC-CCL) a la vez que hay acceso libre para individuos al mercado oficial, no hay muchos antecedentes de esta combinación, que hace que los incentivos a demandar la divisa sean inmensos”. A su vez, la liquidación extraordinaria del agro vino aparejada de una similar demanda de cobertura, que el Gobierno buscó abastecer con emisión de USD linked cortos y futuros.

 

 

Qué se viene: los caminos de la oferta y la demanda

En las 14 ruedas que restan hasta las elecciones, el camino dista de ser sencillo y tranquilo en un marco con menor oferta de dólares oficiales (se adelantó el agro) y mayor demanda (presión pre-electoral y por anticipo de posible cambio en la política cambiaria tras los comicios). ¿Qué puede pasar de ahora en más? 1) achicar la demanda de dólares liberando el techo de la banda, lo que es poco probable ya que toda devaluación tendría impacto en el electorado, 2) colocar nuevas restricciones en el acceso al mercado cambiario y/o 3) aumentar la oferta con nuevas intervenciones, aunque los riesgos de incumplimiento de los compromisos de deuda en moneda extranjera escalarían (el total de vencimientos asciende a 28.774 millones de dólares en 2026 y trepa a 36.216 millones en 2027).

A su vez, aún se juega como recurso principal en el corto plazo la posibilidad de que se materialice finalmente una especie de “salvataje” desde el Norte, para lo que el jefe de Estado argentino tiene prevista una próxima reunión en Washington, aunque será solo ocho días hábiles antes de las Legislativas. 

 

“Aunque el salvataje abre una posibilidad para transicionar hacia un nuevo esquema reduciendo traumas, las tensiones de corto plazo se mantienen presentes, y siembra interrogantes sobre la independencia de la política económica y los objetivos que priorizará el esquema cambiario luego de las elecciones”, evaluaron desde C-P. En esa línea, no es menor considerar que “el salvataje financiero resta grados de libertad sobre la política económica. Después de las elecciones, esta va a depender de lo que disponga el FMI y el Tesoro norteamericano”, remarcaron.

Las declaraciones de funcionarios del Fondo y economistas internacionales de renombre dan pistas sobre el futuro de la política económica en Argentina: un tipo de cambio más alto y la prioridad por la acumulación de reservas: “uno de los grandes interrogantes del futuro programa económico es el nivel del tipo de cambio compatible con la acumulación de reservas, alcanzar el promedio histórico implicaría una suba del tipo de cambio real del 22%”, adelantaron desde la consultora. 

 

 

Al respecto, se especula que el swap con el Tesoro de EE.UU. por USD 20.000 millones tendría como condición eliminar el swap con China (por USD 18.000 millones), entonces las reservas brutas crecerían en U$S 2.000 millones. Como actualmente el Banco Central cuenta con un tramo activo del swap chino, debería activar el mismo monto en el nuevo swap si no quiere sufrir una caída de las reservas líquidas.

“El interés de Estados Unidos en rescatar a la Argentina no es inmediato (su sistema financiero no está altamente comprometido con inversiones en el país), sino mediato, y tiene que ver con la incidencia de China en la región”, señaló un documento de la consultora PxQ que dirige Emmanuel Álvarez Agis. De igual manera se precisó que “las referencias de Trump a la elección son muy directas y ponen al gobierno en una situación muy compleja ante un revés electoral que, luego del 7 de septiembre -elecciones bonaerenses-, no se puede descartar”. Otro factor clave tiene que ver con que “la afinidad política Trump-Milei no se replica en las estructuras productivas de los respectivos países: retenciones argentinas, aranceles norteamericanos, inversiones en energía y minería e importaciones podrían ser foco de no pocas tensiones en el marco de esta nueva alianza”, destacaron. 

 

Según la mirada de Federico Machado, economista del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional, en los próximos 20 días “las expectativas de una modificación en el esquema cambiario se harán más fuertes. Mientras más tarde en levantarse la restricción cruzada, más traumático será reunificar nuevamente los mercados”, analizó. Desde la consultora Equilibra mencionaron entre los instrumentos posibles “a) la venta de divisas del Tesoro o del BCRA en el techo de la banda, ya que éste último cuenta con reservas líquidas por US$ 23.300 millones para defender el techo, pero a mayor venta de divisas, mayor riesgo de impago de la deuda en moneda dura; b) la venta de dólar futuro/dólar linked pero a riesgo de fuertes pérdidas si se abandonan las bandas cambiarias tras las elecciones; c) la suba de tasas de interés pero a menos de un mes de las elecciones, no hay suba de tasas que reactive el carry trade, d) y/o aumentar las restricciones y controles, lo que reduce la demanda, pero eleva la brecha cambiaria”. 

 

Por su parte, de acuerdo con la visión de 1816, “las únicas maneras posibles de que Argentina pueda volver a acceder al mercado parecen ser una elección que cambie drásticamente el sentimiento de los inversores, y/o que Estados Unidos salga a comprar masivamente bonos en el secundario y/o se comprometa a comprarlos en determinado nivel de tasa”. Si no se dan ninguna de esas dos cosas, “las alternativas que quedan para servir la deuda son que nos preste Estados de manera directa, o que el Gobierno empiece a comprar muchos dólares (vencimientos con bonistas, Bopreales, repos, FMI y Club de París)”. 

 

Precios de bienes al alza

Po último, a mediados de este mes se conocerá el dato oficial de inflación de septiembre. La mayoría de los analistas privados la ubica por arriba del 2,0% mensual. “La inflación medida por nuestro Instituto alcanzó el 2,4%, superando las expectativas inflacionarias proyectadas al inicio del mes”, indicaron desde el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) desde dónde suelen aproximarse al dato que difunde luego el INDEC. Según el centro de estudios, “este comportamiento refleja, en gran medida, la volatilidad cambiaria, la presión ejercida por la incertidumbre electoral y la elevada inercia inflacionaria”. 

La dinámica de precios estuvo atravesada por una nueva fase de inestabilidad, luego de la breve calma experimentada tras las señales de apoyo por parte del gobierno republicano. “El dólar se mantuvo en niveles de alta volatilidad y, como es habitual en nuestra economía, el pass-through (traslado de las variaciones del tipo de cambio a los precios internos) operó de manera casi inmediata en bienes de primera necesidad”, adelantaron. En concreto, el rubro Alimentos y bebidas sin alcohol -de mayor ponderación en la medición inflacionaria – habría registrado un incremento del 2,6%, impulsado por subas en lácteos (7%), aceites (6%), farináceos (5%), entre los principales. 

Esto demuestra, una vez más, que nada de lo que pasa es gratis para la mayoría de la población: los costos recaen principalmente sobre las familias argentinas golpeadas por ingresos pulverizados, destrucción de fuentes de trabajo y un creciente endeudamiento para intentar -nada más y nada menos- que llegar a fin de mes.

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