La crisis se sentó en la mesa chica de la UIA

La crisis se sentó en la mesa chica de la UIA

Luego de un prudente silencio público, el Comité Ejecutivo compartió datos del contexto y admitió una “fuerte caída en la actividad” y que “empieza a haber pérdida de empleos”.

 

Por Leandro Renou

A velocidad crucero u otros eufemismos vinculados a una marcha lenta, aplacada, llegó finalmente a la mesa chica de la Unión Industrial (UIA) el diagnóstico crudo de la realidad de las fábricas. Admitieron los popes de la entidad que preside Martín Rappallini lo que, en público, por ahora no expresan de manera directa: que la situación de las fábricas es crítica y ya se ve impacto en los puestos de trabajo. La posición fue clara y está en línea con el juego que habilitaron los grandes. El hecho de empezar a mostrar, de cara al Gobierno, que hay apoyo al rumbo macro, pero una preocupación seria por cómo eso se traduce en la recuperación de una actividad que hoy atraviesa, dependiendo el rubro, las peores cifras en décadas.

La situación de reconocimiento de la crisis se puso de manifiesto en la reunión del Comité Ejecutivo, la mesa chica de la entidad, en la que se sientan los pesos pesados como Arcor, Ledesma y Techint. “Hay una fuerte caída en la actividad”, expresó uno de los presentes en el almuerzo celebrado en uno de los salones de la sede de Avenida de Mayo. Otro de los presentes agregó que “empieza a haber pérdida de empleos”, un dato que hasta ahora no se había puesto tan a la vista. Fue luego de que compartieran datos técnicos de un escenario general con empresas grandes y chicas cayendo como moscas. Sobre todo, en los cordones fabriles más importantes del país.

Argen-China

Otro de los problemas que estuvo en el debate del Comité fue el de las importaciones. “Esto es más complejo porque China es otra China, es una China muy fuerte”. La idea que los industriales tienen es que la crisis puede acelerarse porque los asiáticos tienen una potencia de invasión comercial que, por caso, no existía en los años de Carlos Menem. Eso acelera el proceso de destrucción fabril y más con un gobierno que no está interesado en poner al Estado como intermediador y regulador de las relaciones comerciales.

Vale decir que Paolo Rocca, de Techint, venía dando mensajes más habituales sobre el golpe de las importaciones. Hace unos días, se hizo viral con el ejemplo del crecimiento de producto extranjero de línea blanca, como heladeras y lavarropas. Manifestó días atrás que, en un año, la importación de lavarropas había pasado de 5000 a 87 mil mensuales, mientras que la de heladeras saltó de 10 mil a 80 mil. “Eso lleva a muchos a la opción de seguir produciendo o cerrar y usar la cadena comercial para distribuir material importado”, diagnosticó el dueño de Techint.

En la mesa chica de los UIA boys, además, se planteó el asunto de que “estamos en un momento de transición”. Lo que los ceos industriales esperan es que la nueva conformación del Congreso, que estará operativo en 10 días, apure leyes que ellos creen claves para salir de la coyuntura crítica. Los que menos expectativa tienen advierten, de todos modos, que si salen las Leyes laborales e impositivas eso puede ayudar “a evitar que las empresas sigan cerrando, pero no logrará que las empresas crezcan”.

Rappallini dijo hace unos días que “producir en la Argentina es un 30 por ciento más caro que en Brasil”, marcando la línea que más esperan los industriales. Para las pymes, sobre todo, es central que haya “una cancha más equilibrada”.

Un ceo de las bebidas, en alerta

El rubro de bebidas es uno de los más golpeados dentro de la industria de la alimentación. En las últimas horas, sorprendieron las declaraciones del ceo de Cervecería y Matlería Quilmes, Martín Ticinese, quien habló de manera directa de la crisis sectorial.

“Es necesario que empiece a crecer la producción”, expresó, como condición central para que se reactive un consumo muy complicado. Antes de partir a ser gerente de la firma en Estados Unidos, Ticinese agregó que se espera un 2026 mejor, siempre y cuando las condiciones antes mencionadas se den.

En este contexto, precisó que “el principal desafío es que el orden de las variables macroeconómicas se traslade a la microeconomía”. Entiende Ticinese la transición “ha sido más larga de lo proyectado”. El referente de la cervecera más importante del país admitió, además, que hay problemas de competitividad y se quejó de la carga tributaria cercana al 53 por ciento.

Por otra parte, diagnosticó que se recuperan muy lento las variables de industria, construcción y comercio, y fue tajante sobre este último segmento: “El consumo ha sufrido bastante”, reconoció.

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