La crisis del consumo empezó a verse también en los supermercados

La crisis del consumo empezó a verse también en los supermercados

Las ventas en las grandes cadenas comenzaron a caer en la última semana de diciembre. La paradójica razón por la que habían subido previamente y los sombríos pronósticos para lo que se viene. 

Por

JAVIER SLUCKI

El impacto en el bolsillo de la liberación de precios y la devaluación de Javier Milei, que desplomó las ventas minoristas de los comercios pyme, ya empezó a verse también en el consumo en los grandes supermercados durante diciembre pasado, en otra muestra de las consecuencias del ajuste para la clase media.

El último domingo, la CAME mostró que las ventas en los comercios minoristas pymes registraron en diciembre una caída de 13,7% en términos interanuales, y una baja del 11,2% respecto a noviembre último. Más preocupante aún, la caída estuvo liderada por el rubro Alimentos y bebidas, con un 19,8% en relación a diciembre de 2022.

Ahora, este mismo panorama empieza a verse también en las grandes cadenas de supermercados. Según pudo saber El Destape de fuentes del supermercadismo, las ventas en este sector empezaron a caer casi un 2% en la última semana de diciembre respecto al mismo período de 2022.

Las fuentes diferencian esto de lo que ocurrió en el resto del mes. El indicador muestra que, tomando diciembre completo, las ventas de los grandes supermercados cerraron aproximadamente un 9% arriba en relación a diciembre del año pasado. 

Sin embargo, lo que preocupa al supermercadismo es justamente la tendencia. Según entienden, esa suba del 9% corresponde a compras por stockeo, reservas de valor, el efecto del medio aguinaldo y las compras por las fiestas. Es decir, por un lado el efecto estacional típico de fin de año. Pero, por otro, el índice positivo del mes fue ocasionado parcialmente por la conducta preventiva que los propios consumidores tomaron frente a las largamente anunciada devaluación del dólar oficial y liberación de precios.

En este sentido, en los grandes supermercadistas entienden que esa cifra positiva fue un último coletazo, pero que ahora el escenario es diferente y que de cara a las próximas semanas y meses deberán convivir con constantes bajas en las ventas. 

De este modo, la preocupación de los supermercados por el impacto negativo en las ventas sigue vigente. Ya en la segunda semana de diciembre, desde el sector habían dejado trascender su disconformidad con las subas de un 100% en las listas enviadas por los proveedores de bienes de consumo masivo.

Desde inicios de 2022, con la progresiva aceleración inflacionaria, los grandes supermercados habían comenzado a acaparar un mayor volumen de mercado gracias al los acuerdos de precios como Precios Cuidados Precios Justos, ausentes de hecho en los comercios de proximidad. Ahora, con su desaparición, las cadenas perdieron un importante imán de consumidores. El inicio de la caída de ventas de fin de diciembre puede ser un indicio de esta nueva realidad.

Aun así, las grandes cadenas nunca dejaron de ser principalmente un foco de compras de la clase media, versus los sectores medio-bajos y bajos que mayormente se dirigen a los comercios de cercanía. De este modo, esta caída en las ventas es otra evidencia más de que la crisis de los ingresos también está alcanzando a los sectores acomodados. Por lo pronto, los salarios privados formales cayeron un 13% en diciembre, según la estimación del experto en estadística Martín Barrionuevo.

Los precios, como no podía ser de otra forma, muestran este mismo panorama. Según el relevamiento de la consultora LCG, los precios de los alimentos y bebidas subieron un 27% en diciembre, con un pico del 11% en la tercera semana del mes, justamente luego del salto en el tipo de cambio implementado por Luis Caputo.

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