Es la comida: Massa ensaya un congelamiento friendly con las alimenticias

Es la comida: Massa ensaya un congelamiento friendly con las alimenticias

Sin un programa cerrado, el Ministerio de Economía sondea acuerdos. Las empresas niegan tener negociaciones avanzadas y reclaman un plan macro para los precios.

Por Ariel Maciel

El secretario de Comercio, Matías Tombolini, y su equipo multiplicaron las reuniones con representantes de distintas empresas del sector alimenticio para lograr microacuerdos de congelamiento de precios, pero bajo la modalidad "amigable", sin la necesidad de tensar la cuerda en el mano a mano, más allá de las amenazas públicas que el ministro Sergio Massa realiza "para contener los reclamos" de sus socios del Frente de Todos. Las negociaciones son "de una en una", aunque los privados desconfían que vayan a tener éxito ante la "falta de un plan económico de largo plazo".

Fuentes de las empresas de la industria de la Alimentación confirmaron a Letra P de la existencia de las reuniones con Tombolini y la subsecretaria de Políticas para el Mercado Interno, Anastasia Daicich, en las que recibieron consultas sobre alternativas para un plan de productos congelados, que podría incluir mayor acceso a dólares del Mercado Único Libre de Cambio (MULC), para la importación de insumos y bienes de capital e, incluso, la implementación de un dólar a 200 pesos, al estilo dólar soja, para beneficiar la exportación de las compañías que adhieran.

Sin embargo, el mundo de la alimentación desconfía de una incidencia positiva del congelamiento-friendly, ante los temores de devaluación que se mantienen "intactos" en el mercado, según admitieron ante este portal. "La expectativa no está en los precios, sino en la posibilidad de una devaluación. Estamos así desde hace tres años y nadie quiere quedarse con pesos, porque en definitiva el problema son los pesos, no los dólares", sentenció el dueño de una de las empresas más grandes del país, que recibió el reporte de uno de sus ejecutivos que participó de las reuniones.

"El tema no es el acuerdo de precios en sí mismo. Sucede que si de fábrica salimos con productos con precios al consumidor, que estén dentro de los márgenes acordados, el problema surge en el momento de garantizar que se mantengan en la góndola. Porque cuando vendemos, y ante la incertidumbre de no saber a cuánto vamos a poder comprar la próxima vez, la cadena de distribución, en vez de trabajar con un margen del 20%, lo hace al 40%", le confesó a Letra P otro empresario que está detrás de las negociaciones.

Para ese hombre de negocios, el conflicto inflacionario se sostendrá si continúa la "política de parches", ya que "nadie quiere quedarse parado mientras los demás se sientan en la silla". Según las alimenticias, un acuerdo de precios necesita un plan a largo plazo, "al estilo plan Austral", de manera de ser "consistente" y con metas "cumplibles". Las empresas vieron, en las primeras conversaciones, que "no existe un programa a discutir", sino una forma de dialogar sin "nada específico".

"Parece más una discusión política. Les planteamos los problemas que vemos ante la falta de un plan general, y ellos saben todo esto. No nos pidieron nada específico. Nos consultaron, hablaron del plan de 180 días y nada más. Pareció más una puesta de escena para su interna, para poder decir que estuvieron hablando con todos los empresarios. No los vi convencidos de este acuerdo de precios. No hablamos de un programa y dio la impresión que no lo tenían desarrollado para buscar este tipo de estabilización", admitió, crudamente, el director de una empresa alimenticia, consultado por Letra P, opinando de la dinámica de poder entre el massismo y el cristinismo. 

Tombolini y Daicich llevaron inquietudes a las reuniones, en torno a la viabilidad de la inscripción de los precios congelados en los productos elegidos "para tener 180 días tranquilos, sin aumentos". Allí es donde apareció en escena el mayor cupo importador o la implementación del dólar de 200 pesos para la exportación si es que acceden a la propuesta.

Llamativa, como mínimo, fue la cita que tuvo el lunes pasado la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), que preside el también jefe de la UIA, Daniel Funes de Rioja. Reunidas las grandes empresas productoras del país, ninguna se hizo cargo de tener avanzado un acuerdo de congelamiento. "Todos nos mirábamos la cara para ver quién era una de las siete. Parece más bien un globo de ensayo o nos mentimos entre todos", ironizó uno de los participantes, consultado por este medio.

El propio Massa afirmó que existen negociaciones avanzadas con siete empresas del sector alimenticio para congelar 2.500 precios por cuatro meses, aun cuando la intención inicial fue de un semestre entero. El programa Precios Justos buscará desanclar las expectativas inflacionarias, en momentos en que esas perspectivas de remarcaciones subieron en octubre 6,7 puntos porcentuales, lo que ubicó al registro como el más alto desde 2006. De hecho, se espera una suba del costo de vida del 68,4% en los próximos doce meses. Todo según un relevamiento de la Universidad Di Tella.

Comentá la nota