El Gobierno aceleró su estrategia de control de precios a las alimenticias tras conocerse que en el mes de abril las empresas del sector volvieron a elevar los valores de sus productos un 5%, una cifra superior al mes anterior y que representa una actitud mezquina de las alimenticias.

La cifra ubica nuevamente a las alimenticias como responsables de la suba inflacionaria, pese a que el titular de la entidad que las representa (COPAL), Daniel Funes de Rioja, niegue la responsabilidad de la patronal del sector en la inflación.

Así, se confirma la tendencia al alza de los alimentos otra vez, y el Gobierno insiste con las medidas de control para frenar las remarcaciones descontroladas por parte de la patronal del sector de Alimentos y Bebidas.

 

50% en el último año

Es que en los últimos doce meses, los precios ya aumentaron 50%, aunque algunos productos ajustaron muy por encima de ese valor, como la carne y eso generó un fuerte impacto en los índices de pobreza e indigencia.

 

Es que las empresas de alimentos y bebidas subieron el valor de sus productos por encima, incluso, del promedio general inflacionario de cada año, lo que marca el índice de ganancias que obtuvieron mientras el resto de la población padecía restricciones.

Ello, a pesar que desde la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL), que preside Daniel Funes de Rioja, insisten en que las empresas alimenticias no tienen responsabilidad con la inflación, y victimizan a la patronal alimenticia.

Subas que generan pobreza

La inflación es un impuesto que golpea a todos, pero en especial a los más pobres. En la economía argentina esta definición sobre los ajustes de precios se adapta a la perfección: el rubro “alimentos y bebidas” creció en abril nuevamente en orden al 5%.

La suba superó al aumento de marzo y esto tiene que ver con las subas continuas de la carne, pero también del pan, otros alimentos en base a harina y verduras le asestaron otro duro golpe al poder adquisitivo de los trabajadores.

 

El índice inflacionario del mes dará, sin embargo, bastante por debajo del 4,8% de marzo, que según el relevamiento de distintas consultoras, el índice estaría en torno a 3,7%, un punto menos que el mes anterior.

 

Los otros rubros bajan, alimentos no

Lo que se sigue con mayor atención es la evolución de los alimentos, porque son los que tienen mayor peso en la canasta de consumo y en particular de aquellos que tienen menor nivel de ingresos, mientras los precios de otros rubros comenzaron a bajar.

Es que la canasta básica alimentaria viene aumentando bien por encima de la inflación promedio a tal punto que en los últimos doce meses subió 48% contra una inflación acumulada de 41,6% a marzo.

Las alimenticias generaron más pobres

 

Por eso La pobreza subió a 42% en el segundo semestre del año pasado y habría aumentado hasta 44% en el primer trimestre de 2021 ante la continua suba de los alimentos, y de la intransigencia de la patronal del sector a negociar paritarias en alza.

Con este panorama, el Gobierno prepara una batería de medidas que buscan reducir de la manera más drástica posible el aumento de los precios en los alimentos, todas vinculadas con controles para lograr resultados de corto plazo.

La tarea no será sencilla teniendo en cuenta la marcha semanal de los ajustes. Por ejemplo, según la consultora Eco Go los incrementos fueron de 2,1% en la primera semana del mes, de 0,5% en la segunda, 1,4% en la tercera y 1,1% en la cuarta.

Con el 5% de suba de abril, el aumento de alimentos en los últimos 12 meses ya ronda el 50% en promedio. El impacto sobre la canasta básica y los niveles de pobreza serán todavía más fuertes en la próxima medición, luego del 42% del segundo semestre de 2020.

 

Medidas anti inflacionarias

El Gobierno analiza implementar una lista de 120 precios de la canasta básica que se congelarían hasta las elecciones. Incluso la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, sugirió que los productos vengan con los precios fijos en sus etiquetas.

Ello, reemplazaría al programa Precios Máximos, que contiene más de 2000 productos. Sin embargo, las compañías alimenticias consideraron que resulta imposible sostener semejante cantidad de productos prácticamente sin variaciones de precios por tanto tiempo.

Por otro lado, buscarán la obligatoriedad para las grandes empresas de informar volumen de producción, a través del “Sistema Informativo para la Implementación de Políticas de Reactivación Económica” (SIPRE).

De esta forma, el Gobierno busca monitorear que se mantengan los volúmenes de abastecimiento de alimentos y bebidas al mercado.

 

Ley de Góndolas

Por último, el Gobierno busca la implementación de la ley de góndolas: ya fue aprobada por el Congreso y reglamentada. Se busca darle más espacio a las pymes para que tengan presencia en las góndolas de los supermercados.

El objetivo sería que las grandes superficies permitan más competencia, que ayudaría a bajar los precios. Sin embargo, la legislación resulta tan esquemática que no son pocos los que consideran que, tal como fue redactada, es de cumplimiento imposible.

Además, habrá nuevos registros previos de exportación: hace pocos días se aprobó para la carne, en lo que representa una suerte de regreso a la política que ya estuvo vigente durante los dos mandatos de Cristina Kirchner.