Tras el acuerdo con Fernando Espinoza, La Cámpora y CFK quedan afuera del Partido Justicialista

Tras el acuerdo con Fernando Espinoza, La Cámpora y CFK quedan afuera del Partido Justicialista

El año 2017 quedará en el recuerdo de los jóvenes que se mantienen alistados dentro de la agrupación ultrakirchnerista La Cámpora, como uno de los más negativos de su corta carrera política.

 

El acuerdo que, pocas horas atrás, selló una virtual derrota de Fernando Espinoza y la aceptación de un cargo menor en un contexto de unidad, dejó prácticamente afuera a La Cámpora y a Cristina Fernández de Kirchner de la estructura partidaria. Ésta última, de cumplirse las predicciones de legisladores, intendentes y gobernadores peronistas, quedará sola en el Congreso, aislada como una rara enfermedad que es necesario evitar.

Máximo Kirchner intentó esquivar el bulto afirmando que “Cristina dijo que las candidaturas debían arreglarse entre los intendentes”. Una mentira piadosa para que sus seguidores levanten el ánimo. Lo cierto es que La Cámpora insistió para meterse en las internas del PJ hasta último momento, formó parte de la lista de Fernando Espinoza y hasta supo ubicar al alfil camporista Walter Festa como candidato a vicepresidente.

Fue sobre las últimas horas que, conscientes de la derrota, le ordenaron al intendente de Moreno que se bajara de la lista y llevaron adelante los arreglos necesarios para quedarse con algún lugar en la lista de los intendentes. Lamentablemente, ya era demasiado tarde. No les dieron nada.

Lejos de la fábula de Máximo KirchnerCristina Fernández personalmente intentó impugnar la lista de Gustavo Menéndez, e impulsó activamente a Fernando Espinoza como “candidato de la renovación”. No le quedaba otra. Sabía que los intendentes han llevado adelante una alianza implícita con gobernadores, dirigentes sindicales y legisladores para dejar al kirchnerismo afuera del PJ.

No es ésta la primera muestra del vacío de poder que rodea al clan Kirchner. En las negociaciones previas de la sede de la calle Matheu, La Cámpora insistió en proponer al candidato a presidente e, incluso, intentó copar varios actos armados por los intendentes, siendo el más relevante de ellos el que se celebró en el salón de Caras y Caretas.

La idea de armar una lista de unidad detrás del joven intendente camporista de 25 de Mayo, Hernán Ralinqueo, no prosperó, y el intento de acaparar actos ajenos provocó el vaciado del evento por parte de los jefes comunales, en una muestra irrefutable de poder. “Estos chicos aun no entendieron la historieta. Ellos manejaban la lapicera cuando la mamá de Máximo era la presidente y los llenaba de contratos para acomodar a todo el mundo. Ahora que no tienen un peso se les nota que no son políticos y se quedaron solos. Se acabó muchachos”, repitió Martín Insaurralde a pocas cuadras de allí, cuando Fernando Espinoza intentó acercar las partes.

En el marco de la discusión por el presupuesto bonaerense, Máximo Kirchner ordenó a Verónica Magario y a Fernando Espinoza unir a toda la oposición en una oficina con la idea de no votar la iniciativa del gobierno. Aquella tarde fue paradigmática. En el despacho que habían dispuesto en la cámara de Diputados no había más que cuatro personas. Los intendentes peronistas le habían vaciado la reunión. En ese mismo momento Martín Insaurralde perfilaba los últimos detalles del acuerdo que cerraría horas más tarde con María Eugenia Vidal, que aprobó su presupuesto sin sobresaltos.

Mientras estas derrotas políticas se sucedían unas a otras en un torbellino imparable, La Cámpora perdía, una tras otra, las elecciones universitarias en las que se presentaba.

Incluso luego de ordenarle a Walter Festa bajarse de la lista de EspinozaWado de Pedro se quedó en las cercanías tratando de obtener un lugar de último momento para su agrupación. Con el correr de las horas, la sentencia estuvo firme. El ex intendente de La Matanza negoció solo dos lugares, uno para su compañera Verónica Magario y otro para él mismo. La Cámpora, una vez más, lo mirará desde afuera. 

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