La policía bonaerense está insubordinada y peligra el conurbano

La policía bonaerense está insubordinada y peligra el conurbano

Intendentes del PJ necesitan cambios urgentes en la estructura policial. Cada Municipio quiere volver a tener su departamental. Pronto pedirían la cabeza de Ritondo. La interna de la Bonaerense superó a Vidal que solo llena las calles de “Pitufos”. Política del Sur habló con concejales de Lomas y Avellaneda y un intendente de Cambiemos admitió a este medio que “la policía no responde a las llamadas de los centros de monitoreo”.

Por Ricardo Carossino

El ex diputado provincial del Nuevo Encuentro en 2014, cuando Daniel Scioli gobernaba la Provincia de Buenos Aires, Marcelo Saín, decía sobre la Policía Bonaerense: “Es una financiera donde lo que prima es la recaudación de toda actividad irregular o delictiva que es protegida por policías”.

En ese sentido el especialista en Seguridad agregaba que la Bonaerense “está totalmente desmadrada en cuanto a su lineamiento político. Donde un jefe de calle por ahí se corta solo haciendo negocios que ni siquiera sabe un comisario, y eso era impensable sociológicamente hace un años atrás”.

Pero Saín iba más allá: “Por eso la política le pide a la Policía que gestione la seguridad sin escándalo político, sin importarle si para eso tiene que participar en el negocio. Es un doble pacto”, cuestionó y advirtió que “el sistema está completamente pervertido y lo que vale es la recaudación ilegal de fondos”.

Dos años más tarde parece no haber cambiado nada. Es más todo está igual según el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que le dijo al diario La Nación: “La bonaerense es una fuerza de seguridad desmadrada", mientras que su par de Hurlingham Juan Zabaleta acotó: "La gobernadora tiene vocación de hacerse cargo, pero hay que admitir que había connivencia de la política con la fuerza policial".

El fantasma de Klodczyk

La misma palabra, la misma situación, el mismo escenario, la misma inseguridad, la misma policía y la misma corrupción interna de la fuerza que pone en jaque a cualquier gobernador desde la época de Eduardo Duhalde (aquella famosa “maldita policía” comandada por Pedro Klodczyk).

Este el comisario general fue designado jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en diciembre de 1991 por Duhalde y enfrentó una catarata de denuncias por corrupción y brutalidad policial (como el secuestro y muerte del joven Cristian Campos a manos de policías en 1992, la masacre de Andreani en 1996, el asesinato de José Luís Cabezas y la masacre de Buge en 1986).

La semana pasada los intendentes del Pacto de Padua que mantienen un contacto fluido con el Papa Francisco le reclamaron por la inseguridad y el regreso de la Gendarmería a la gobernadora María Eugenia Vidal, que en el propio distrito donde vive (Morón) sufre el 37% de los secuestros extorsivos, y quien le habló a través del diario fue Insaurralde, el jefe comunal del otro Municipio con más secuestros (el 24% del 73% bonaerense).

Precisamente el líder del massismo de Morón, Martín Marinucci, dijo a este medio: “Hemos acompañado la emergencia en Seguridad para que el intendente trabaje en la prevención del delito, pero todavía no sabemos cuál es su plan en esa área para los próximos cuatro años”. En ese sentido agregó: “El Frente Renovador el 13 de mayo presentó un proyecto de Decreto para accionar medidas antisecuestros, pero no obtuvimos respuesta del Ejecutivo”.

Por su parte, los intendentes del PJ coincidieron en que no le resultará simple al gobierno de Vidal limpiar la bonaerense, a la que cuestionan en duros términos. Además dudan que el ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, pueda manejar la fuerza policial "desde La Plata", por lo que abogaron por la concesión de facultades a las intendencias.

En Tres de Febrero, justamente donde Diego Valenzuela del PRO gobierna, está siendo fuertemente cuestionado por el secretario de Seguridad, un capitán del Ejército que fue cesado de sus funciones en 2006 y sancionado con 40 días de arresto luego de participar de un acto en el que se reivindicó el accionar de las Fuerzas Armadas durante la última dictadura. Es el capitán retirado Juan Manuel Lucioni.

Las voces de los Municipios

En su programa radial por AM 1470 Radio Cadena conducido por el periodista Rubén Molina, se consultó a varios concejales de la Tercera sobre la Bonaerense y el auge de los secuestros y cada uno dio su visión, pero quien más duro estuvo fue en concejal del Frente Renovador de Lomas de Zamora, Ramiro Trezza, quien elevó un pedido de informe al ministro Ritondo para que explique cómo va a desarticular bandas que según el edil “en Lomas tenemos entre tres y cuatro secuestros extorsivos por mes y Ritondo tiene que dar explicaciones de cómo hará para parar esta locura”.

Si bien el jefe de Gabinete de Insaurralde, José María Viñuales trató de bajar el tenor de la caliente situación, sus palabras parece quedar aisladas del coro de los que empiezan a reclamar “la cabeza” de Ritondo.

Según Viñuales la situación no es tan grave como la plantea Trezza: "En los últimos dos meses hubo cinco secuestros y entiendo que la banda que agarraron donde murió el policía de la metropolitana era parte de estos secuestros".

De todos modos, Viñuales sostuvo la percepción de MI al considerar: "Tengo la sensación de que Ritondo se ve superado por la inseguridad y no hay propuestas. No estamos viendo un rumbo en las políticas de Seguridad de la Provincia”.

Los entornos, tanto de Lomas, de Lanús como de Avellaneda no dejan de criticar la medida de armar una departamental que aglutine a los tres Municipios y quien más claro lo dijo fue el edil lomense Emiliano Baloira al expresar: “Creo que hubo un retroceso en materia de seguridad por volver a una estructura anterior a la del ex ministro León Arslanian y nos sacaron la departamental de Lomas".

Baloira reclamó en nombre del Municipio: "Necesitamos tener urgente una reunión con el jefe de la departamental porque vamos a seguir peleando por la autonomía de la policía local y queremos saber qué política lleva adelante la departamental".

Desde Avellaneda, el concejal del massismo, Armando Bertolotto, criticó a la policía local conocida como “los pitufos” y recordó: “Desde el massismo habíamos propuesto una policía local en serio y que cada dos años se evaluara la gestión del comisario y que fuera elegido por la gente".

“Lamentablemente, Scioli hizo un engendro con esa policía local que no tiene nada de local y nos extraña que el PRO hizo la metropolitana en CABA y acá no lo hacen", criticó el edil al tiempo que se preguntó: “Hay hechos que son medio llamativos porque uno no ve enfrentamiento de policías con los narcos sino enfrentamientos entre narcos".

¿Y el plan de Mariú?

Hoy el único plan del gobierno provincial parece ser solo entregar chalecos y patrulleros y llenar la calles de Policía Local conocidos como “Pitufos”. A esto, la gobernadora al mejor estilo PRO se limitó a escribir en su Facebook: “Cuando asumimos nos comprometimos a dar la pelea contra las mafias porque queremos vivir en una provincia donde podamos salir sin miedo a la calle y donde podamos confiar en los que cuidan de nosotros”.

Esto está empezando a hacer eco en la gente. Según una encuesta de la firma Analogías a la que Política del Sur tuvo acceso, entre marzo y mayo la mirada de los bonaerenses sobre la gestión de la gobernadora es la siguiente: la percepción positiva bajo de un 64% a un 57%, mientras que la percepción negativa subió de un 25,9 a un 40%. Por lo cual la gente está rechazando las pocas ideas del ministro Ritondo.

“Hace unos meses lanzamos el Plan Integral de Seguridad. Duplicamos la inversión en equipamiento y tecnología, mejoramos su capacitación. Subimos a nueve meses la duración del curso inicial y además sumamos a este curso materias sobre Derechos Humanos y violencia de género”, explicó sobre los llamados “pitufos”.

No pudo, no quiso o no se animó a decir cómo puede hacer para detener una Bonaerense “desmadrada” que en sus bases se comportan más como barras bravas que como mafiosos con códigos en las calles recaudando quiniela clandestina, prostíbulos y narcomenudeo.

Desobediencia civil

Política del Sur habló en el más estricto off the record con un intendente de Cambiemos y desde el oficialismo del conurbano también admitieron que tienen problemas con la policía bonaerense.

Según este jefe comunal “la bonaerense está insubordinada, no acata órdenes y cuando se la llama para actuar según lo que detectan los centros de monitoreos, no acusan recibo de las llamadas”.

La Ley 13 de la Provincia de Buenos Aires deja muy claro en el artículo 55: “El Ejecutivo determinará las faltas leves y graves de los agentes. Faltas graves, las inherentes a conductas que involucren al personal en hechos de corrupción, abandono del servicio, actos que impliquen la violación de derechos humanos, uso abusivo de su status profesional e incumplimiento de órdenes de servicio”.

Las razones del desmadre

Política del Sur en el informe de la semana pasada (Vidal quiere cambiar la policía y ya le sale caro: el 73% de los secuestros son bonaerenses) explicaba los motivos posibles de la rebelión interna de la fuerza que pasan por la lógica interna policial, principalmente y por el peligro de que el poder civil les quite las corruptas formas de autofinanciación.

Respecto de la interna, Vidal hoy se apoya en el comisario Bressi (además sospechado de actuar en casos narcos durante la gestión de Daniel Scioli), y no es más que la continuación de Matzkin, el jefe saliente. Esto lo que produce, es otros sectores esperanzados en crecer en los cargos se vean ahora relegados y siga la misma línea anterior manejando el poder de la Bonaerense.

Por lo tanto, es posible que este auge de secuestros extorsivos que crecieron potencialmente en los últimos meses tengan que ver con esta interna para desacreditar la línea Matzkin-Bressi, desde donde Vidal, según confió una fuente muy cercana a la gobernadora del Ejecutivo Provincial, quiere cerrarle los “kioscos” a la línea opositora (léase el manejo clandestino de la prostitución, la quiniela y el narcomenudeo, esto último uno de los temas más calientes en el conurbano donde el mismo Papa Francisco se metió).

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