El funcionario, siempre en un tono que entremezclaba las presiones con lenguaje coloquial y hasta soez, profundizó ese razonamiento más de una vez ante los hombres de empresas "leales" y les señaló que si bien él les había "hinchado las pelotas", habían obtenido enormes utilidades durante su gestión.

Los diálogos pudieron ser reconstruidos a partir de conversaciones con algunos de los participantes en la llamada "Escuelita" de Moreno, las reuniones que cada viernes convocaba en su secretaría para "bajar línea".

"Si tienen algún problema, no me lo ventilan por los medios. Vienen a mi despacho, me lo dicen y se arregla, que para algo arranco a las 7 y no me voy hasta última hora", era otra de las frases que le gustaba repetir al ahora ex hombre fuerte del equipo económico, que gustaba ordenar pegatinas de afiches contra sus "enemigos".

Según comunicó ayer el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro, Moreno presentó su renuncia a la secretaría de Comercio Interior. Su dimisión, junto con su designación como agregado económico en la embajada en Italia, fue comunicada este miércoles en el Boletín Oficial.

En la primera jornada luego de que se conociera el desplazamiento del funcionario más polémico del gobierno nacional, la Bolsa de Comercio reaccionó positivamente y subía más de 2% pasado el mediodía. El dólar libre, en tanto, caía 7 centavos y llegaba a $9,87.

La renuncia de Moreno se sumó a los cambios de Gabinete que la presidente Cristina Kirchner dispuso el lunes, cuando se anunció el alejamiento del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, el titular de Agricultura, Norberto Yauhar, y la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. En su lugar fueron designados Jorge Capitanich, Axel Kicillof, Carlos Casamiquela y Juan Carlos Fábrega, respectivamente.