"Larreta se va a proyectar a nivel nacional y es una alternativa para el 2023"

El vicepresidente de la Legislatura, Francisco Quintana, es uno de los hombres más cercanos a Marcos Peña. En una entrevista con LPO repasa la situación del oficialismo luego de las PASO.

A pesar de que sus 36 años, Francisco Quintana es uno de los dirigentes más veteranos del PRO. A los 28 entró a la Legislatura como parte de la juventud macrista y como una de las espadas de Marcos Peña. Desde 2017 ocupó la Vicepresidencia 1º del parlamento capitalino a la que renunciará el próximo jueves. 

Su salida tiene que ver con el cargo que ocupará desde diciembre como consejero de la Magistratura de la Ciudad, pero también con un nuevo equilibrio de poder en el oficialismo, negociado entre Peña y Horacio Rodríguez Larreta. "En el poder judicial hay muchos cambios pendientes y eso yo lo veo como una oportunidad", asegura a la espera de que sus compañeros de bloque confirmen su nominación.

En diálogo con LPO hace un balance positivo de su paso por la Legislatura y asegura que Cambiemos seguirá existiendo después de diciembre. Admite que el macrismo subestimó "algunos de los problemas estructurales de la Argentina" y niega que Macri esté pensando en presentarse a las elecciones de diciembre en Boca, donde Quintana forma parte del espacio que encabeza Christian Gribaudo.

 

-¿Por qué deja su cargo meses antes de terminar el mandato? ¿Tiene que ver con un cambio de equilibrio en el PRO?

 

-Se debe a la posibilidad de ser candidato al Consejo. Si bien el nombramiento se va a confirmar a mediados de noviembre quiero encarar el proceso sin ningún tipo de incompatibilidad. Pero además quiero aprovechar las 2 semanas finales de campaña, del 10 al 24 de octubre para encarar la elección nacional. No tiene que ver con un cambio de esquema, lo único que estoy haciendo es anticipar una salida que es indefectible porque el 9 de diciembre termina mi mandato.

 

-¿Qué balance hace de estos dos años al frente de la Legislatura?¿Quedaron proyectos por sacar?

 

-Mi balance es muy positivo, tanto en lo parlamentario como en lo administrativo. En lo parlamentario fueron años de muchos avances, sobre todo el 2018, un año en el que tratamos seis códigos de fondo: El código Electoral, el Código Contravencional o el Código Urbanístico para dar algunos ejemplos. Muchas normas muy importantes para la regulación de la vida en sociedad en la Ciudad.

 

No me equivoco si digo que fue un año histórico para la legislatura, también lo fue en cantidad de sesiones. No hay ningún poder legislativo en la Argentina que haya tenido la cantidad de sesiones y trabajo que tuvimos nosotros a lo largo de estos dos años.

 

También estoy muy satisfecho a nivel administrativo. Conseguimos juntos grandes logros en la Legislatura, avanzamos en encuestas de clima laboral por primera vez, generamos mucha cercanía con todos los trabajadores de la casa. Tuvimos una administración muy austera que nos permitió devolver un remanente del presupuesto al Ejecutivo para que vuelva en forma de obras y de inversión por parte del estado.

 

-A diferencia de 2018, este año y todos los años electorales son ciclos en los que baja notoriamente la actividad, ¿se puede corregir eso?

 

-Sin desconocer que es así, si se miran en conjunto estos dos años, son años de mucha más tarea legislativa que en momentos anteriores. Es verdad que son años de menos trabajo parlamentario, pero si se compara 2019 con otros años impares te das cuenta de que tuvimos muchas más sesiones. Eso es un mérito colectivo, del bloque oficialista pero también de la oposición porque hay consenso en no bajar la intensidad de nuestros trabajos.

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-¿Cree que habrá un interbloque de Cambiemos en la Legislatura en el corto plazo?

 

-Quiero que eso pase. Quiero que el muy buen entendimiento que existe, y que se ve reflejado en la campaña, entre el PRO, la Coalición, Confianza Pública, el Socialismo y la Unión Cívica Radical se vea reflejado en la Legislatura. Lo natural sería que eso suceda después del 10 de diciembre, es un plazo razonable para que inmediatamente después de las elecciones, confirmado el triunfo de Horacio se empiece a trabajar en un entendimiento parlamentario con la nueva composición del parlamento.

 

-A nivel nacional, ¿Cambiemos fue una coalición electoral, una coalición parlamentaria o una coalición de gobierno?

 

-Creo que fuimos evolucionando. Arrancamos a mediados de 2015 como una coalición electoral y la propia ingeniería que se planteó de cara a las elecciones reflejaba esa idea de coalición electoral. Después pasó a ser una coalición parlamentaria que se vio reflejada con el interbloque tanto en Diputados como en el Senado y en una tercera etapa nos hemos acercado a una coalición de gobierno con la incorporación de dirigentes del radicalismo y la Coalición Cívica al gobierno nacional.

 

-¿Cambiemos puede sobrevivir a una derrota de Macri?

 

-Estoy convencido de que Mauricio Macri es el principal líder de Juntos por el Cambio, pero también de que podemos trascender a los nombres propios. Creo que Macri va a ser reelecto, pero si eso no sucede pienso que Juntos por el Cambio va a seguir existiendo porque puertas adentro es mucho más lo que nos une que lo que nos diferencia. Van a ser momentos de mucho aprendizaje, probablemente mucho más para el PRO que para otras fuerzas que integran la alianza de seguir construyendo desde la oposición.

El PRO es una fuerza que siempre construyó desde la victoria, pero la derrota en las PASO tiene que ser una oportunidad para aprender y hacer autocrítica

 

-Las primarias significaron la primera caída importante para PRO en su corta historia. ¿Cómo impactó puertas adentro?

 

-Para quienes formamos parte del PRO esta se trata de la primer derrota importante. Desde las elecciones de 2005 hasta ahora, primero en lo local y después en lo nacional, esta es una fuerza política que siempre construyó desde la victoria y eso explica la dimensión del golpe del 11 de agosto. Pero también explica la convicción que tenemos hoy de que eso es una oportunidad para aprender y para hacer autocrítica.

 

-Dos de las promesas de campaña de Cambiemos fueron bajar la inflación y reducir la pobreza, pero las últimas mediciones muestran que en esos aspectos la Argentina está peor desde la llegada de Macri. ¿Qué falló?

 

-Reconocemos que los números no fueron lo que esperábamos. Son situaciones que nos preocupan y nos ocupan y que probablemente son dos ejemplos que nos permiten asumir con autocrítica que nosotros subestimamos algunos de los problemas estructurales de la Argentina, que vienen de hace décadas. Que sucesivos gobiernos que nos precedieron no pudieron solucionarlos y que nosotros asumimos que iba a ser más sencillo solucionarlos. Así lo transmitimos a la sociedad. Probablemente deberíamos haber sido más claros al asumir sobre lo complicado que resulta resolver esos problemas. Por algo todos los gobiernos que nos precedieron no lograron solucionarlos.

 

-Usted es uno de los dirigentes más cercanos a Marcos Peña. ¿Fue un líder positivo para el PRO?, ¿tuvo más errores que aciertos o al revés?

 

-Marcos es uno de los principales referentes de nuestro espacio. Si uno mira hacia atrás, el proceso de consolidación inédito que tuvo el PRO en la política contemporánea pasando del orden local al nacional, estoy convencido de que fueron muchos más los aciertos que los errores. En la autocrítica que mencioné están incluidos el Presidente y Marcos, pero el balance estoy seguro de que es uno de los principales responsables de que hayamos llegado a donde llegamos. En consecuencia creo que fueron muchos más los méritos que los cuestionamientos.

Marcos es uno de los principales referentes de nuestro espacio. Si uno mira hacia atrás, el proceso de consolidación inédito que tuvo el PRO en la política contemporánea pasando del orden local al nacional, estoy convencido de que fueron muchos más los aciertos que los errores

-¿Fue una equivocación que Vidal no desdoblara?

 

-No. Fue una decisión consensuada donde la última palabra la tenía la provincia de Buenos Aires. Entiendo que la diferencia, independientemente del calendario electoral, da a entender que había una voluntad de la ciudadanía de hacernos llegar un mensaje. Ahora nuestro desafío es tanto en la Provincia como en Nación es cambiar y creo que estamos en ese proceso.

-Desde un principio el PRO eligió prescindir del peronismo para la construcción de una nueva mayoría. ¿Cree que eso es posible en la Argentina?

 

-Estoy seguro de que Cambiemos desde sus inicios mostró vocación de apertura y amplitud. Creo que evolucionamos yendo a una alianza cada vez más amplia. De mínima cuestionaría la afirmación de que hemos estado cerrados a la incorporación de otros dirigentes valiosos cuando tenés para mostrar el acuerdo político con muchos intendentes de capitales del interior que tienen un origen en el peronismo, como puede haber pasado con Gustavo Sáenz en Salta o Gustavo Alfaro en Tucumán, o con Marcelo Rego en San Juan. En todos esos casos, que no tienen que ver con las últimas elecciones, queda a la vista una convicción de abrirle las puertas a todos aquellos dirigentes con los que compartamos valores y una mirada de futuro independientemente del punto de partida.

 

-¿"Sí se puede" es un eslogan o una convicción de que es posible revertir la derrota de agosto?

 

-Estamos convencidos de que se puede dar vuelta el resultado y que el 27 de octubre podemos estar en un escenario de balotaje. Eso tiene que ver con varias razones objetivas, independientemente de las sensaciones que tenemos cuando estamos en contacto con el electorado. Vemos un clima distinto, una convicción de que podemos estar mejor y que mucha gente que no lo hizo va a acompañar al Presidente.

 

Esas razones tienen que ver con aumentar la participación, creemos que hay muchos argentinos que el 11 de agosto no fueron a votar y que en octubre van a hacerlo, como los votantes en el extranjero. Votantes que decidieron darnos un mensaje votando a terceras opciones o al kirchnerismo. Votantes desencantados, para los que no estuvimos a la altura quisieron darnos un mensaje para que seamos conscientes de esos sentimientos. Pensamos que a esos votantes podemos recuperarlos. Entendemos que va a haber una valoración de nuestra autocrítica en materia de gestión y de campaña y votantes que eligieron otras opciones nos van a votar.

 

-¿Comparte el mensaje que dio Macri el día posterior a las elecciones?

 

-Creo que el mensaje de Mauricio fue el de alguien que se había visto sorprendido por un resultado que no estaba en nuestros cálculos y desde ese lugar yo lo entiendo. Creo que luego un Mauricio mucho más reflexivo tuvo un mensaje diametralmente opuesto que sostiene hasta hoy. Ese mensaje es propio de un Presidente, de un estadista y de un líder, llevando calma, mostrándose al frente de la situación. Esa calma se ve reflejada en los mercados día a día y es nuestra prioridad más allá cronograma electoral.

-¿Macri puede ser candidato a algo en Boca en diciembre?

 

-No, lo veo absolutamente comprometido y dedicado, primero a su actual responsabilidad y segundo a su vocación de gobernar cuatro años más la Argentina. No creo que Mauricio esté pensando en una alternativa, porque es muy probable que el 27 de octubre se confirme el balotaje y en noviembre Mauricio pueda ser reelecto.

Creo que hay una enorme valoración de la actual gestión de Boca, que tiene por lejos la mejor administración del fútbol argentino. El hincha lo va a valorar, independientemente que un mano a mano con River influye en nuestro ánimo.

 

-¿El resultado de la serie con River puede ser determinante en las elecciones de Boca?

 

-Sin dejar de reconocer que la elección de un club en general, y de Boca en particular, tiene una cuota emocional mayor a la de otras elecciones, siento que hay una enorme valoración de la gestión. Nosotros vamos a votar en asamblea el próximo 31 de octubre el balance y Boca tiene por lejos la mejor administración en el fútbol argentino. Tiene los mejores números y eso le permite reforzar a su plantel como lo refuerza, le permite tener un centro modelo de entrenamiento en Ezeiza que seguro está entre los principales de América Latina y a nivel mundial. También nos permite encarar obras en Casa Amarilla no solo para el disfrute de los socios y del barrio en general, somos la principal marca deportiva de la Argentina y por eso firmamos un contrato récord de indumentaria muy por encima del que tienen otros clubes. El hincha va a valorar que seguimos siendo el único grande, independientemente de reconocer que como hincha, un mano a mano con River influye en nuestro ánimo. 

 

-Si reelige en Ciudad y Macri no consigue dar vuelta el resultado de las Paso, ¿Larreta se convertirá en el líder del PRO?

 

-Creo que Horacio va a tener una enorme responsabilidad en el liderazgo de nuestro espacio independientemente del resultado a nivel nacional. Pienso que Mauricio puede ser reelecto y trabajo todos los días para eso, pero aún con ambos reelectos, de cara a 2023 y pensando una alternativa, creo que su muy buena gestión en la Ciudad le va a permitir a Horacio proyectarse a nivel nacional y ser uno de los principales referentes de Juntos por el Cambio.

 

-¿Qué escenario ve en las elecciones porteñas?

 

-Creo que en octubre se va a confirmar lo que ocurrió el 11 de agosto, que hay una mayoría de los porteños que tienen una altísima valoración de la gestión y del propio Horacio en particular. Nuestra propuesta, en línea con lo que impulsa Mauricio a nivel nacional, es una propuesta de mayor amplitud, de incorporación de dirigentes valiosos, como Martín Lousteau por el radicalismo y Roy Cortina por el socialismo y eso también va a hacer que nos enriquezcamos puertas adentro. Es una gestión muy buena y muy bien valorada, que se caracteriza por la cercanía del propio Horacio, pero también por la presencia del Estado en la calle con niveles récord de obra pública, creo que se va a enriquecer desde la diversidad de los aportes de dirigentes que antes construían desde la oposición van a hacer sus aportes desde adentro. 

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