En medio de la transición presidencial, que por el momento parece ser una de las más ordenadas de los últimos cuarenta años, y luego de la primera reunión entre el presidente saliente y el que va a ocupar el sillón de Rivadavia los próximos cuatro años, en esta extensa entrevista que busca tener un valor histórico, el mandatario reflexiona sobre los difíciles días en que le tocó gobernar, recién estrenada su presidencia, atravesando una pandemia, la renegociación de una deuda imposible de pagar con el Fondo Monetario Internacional, luego una guerra en Europa que afectó la economía mundial e impuso un reordenamiento de la geopolítica; a eso se sumó la sequía más grande de los últimos cien años. Todo esto, además de los desacuerdos internos de la coalición gobernante, dejó como resultado una inflación que prácticamente se triplicó, la pobreza aumentó y, lo que significa el mayor fracaso para un gobierno peronista, el salario de los argentinos no se recompuso, y la sensación de hartazgo y malestar social se tradujo en la elección del presidente más disruptivo de la historia argentina, el cambio radical de modelo de país y una incertidumbre que tiene a la sociedad en vilo.