Desde hace meses que el intendente de Lomas de Zamora hace lobby interno en el Grupo Esmeralda para sumar voluntades que acepten un cambio de estrategia y se animen a lanzarse a la cancha con candidato propio, sabiendo que solo él y Gabriel Katopodis cuentan con peso como para representar al espacio en una interna.

Lo que desconoce el ex diputado es que en el entorno de Randazzo, la falta de definiciones tiene que ver con los números que manejan sobre sus posibles rivales en la interna.

Según esos datos, y siempre bajo la hipótesis de que la ex presidenta Crisitna Fernández de Kirchner no sea candidata, la intención de voto de Daniel Scioli en el conurbano sigue siendo alto y además recibiría una parte importante de los electores de CFK si finalmente fuera el candidato del kirchnerismo.

En el entorno de Randazzo tienen "terror" a salir a repetir el escenario del 2015, en el que resultaba inverosímil que el entonces ministro triunfara ante el dos veces gobernador. 

Y es que la tardanza de Florencio en mostrarse activo de cara a la sociedad parece haberle jugado en contra, mientras que las recorridas del ex motonauta por los distritos costeros le han levantado el perfil, sobre todo porque viene cosechando muchos más elogios que críticas, lo que hacen crecer sus expectativas.

En ese escenario, Insaurralde aparece casi como un outsider, dispuesto a presentarse a perder por goleada o quizá confiando demasiado en la lealtad de sus pares del grupo que comanda, que públicamente hablan de la necesidad de "renovación" del peronismo, pero que en la intimidad admiten que los números mandan de cara a la elección de este año.

"Martín es así, siempre se corto solo" reconocen los randazzistas y aseguran que "es un producto del kirchnerismo mas ingenuo, un invento de CFK que se le fue de las manos incluso antes de las elecciones del 2013". Aunque de todas maneras confian en que los amagues de Insaurralde son solo eso, o un intento por apurar las definiciones del ex ministro.

En definitiva, el jefe comunal construyo buena parte de su carrera política generando expectativas de cambio de espacio político que nunca termino de concretar.  Tras la derrota del kirchnerismo en 2013 se mostró rápidamente a Sergio Massa y lanzó rumores sobre su pase al Frente Renovador, después del triunfo de María Eugenia Vidal fue uno de los primeros en mostrarse "dialoguista" con la gobernadora y ahora amaga con ningunear a Randazzo y lanzarse solo con el apoyo del grupo esmeralda.

En frente tiene a un dirigente que es exactamente lo opuesto, Scioli hizo de la lealtad un verdadero culto y no rompió con el kirchnerismo a pesar de los palos en la rueda y del pedido a gritos de sus colaboradores, en los momentos en los que la relación parecía insostenible. 

De hecho en el tramo final de la campaña por la segunda vuelta, el gobernador hizo muy buenas migas con grupos ultra k, otrora detractores de sus políticas como Quebracho y Nuevo Encuentro, que hoy estarían dispuestos a acompañarlo si fuera nuevamente el candidato K.

La decisión final no tardaría en llegar y podría significar el quiebre de los Esmeralda si prima la idea de lanzar a Insaurralde a pesar de la escasa intención de voto y el alto grado de desconocimiento que el dirigente tiene en la mayoría de los bonaerenses.