El Gobierno, el delgado margen de la "estabilidad" y el frente social

El Gobierno, el delgado margen de la

El oficialismo reafirmó en un encuentro de Macri con legisladores la línea de prudencia para "llegar" a octubre. La contención del dólar es objetivo básico. También, la idea de sostener cierta tregua política. Inquietan además otros conflictos y reclamos

Hernán Lacunza concentró la atención en el quincho de Olivos con su exposición sobre el tema excluyente de estas horas: las medidas para extender plazos de las deudas y el control de cambios. Fue una intervención breve pero destacada en el primer encuentro de los diputados oficialistas con Mauricio Macri después de la dura derrota electoral en las PASO. El ministro ha ganado espacio en el Gobierno y carga a la vez una mochila pesada. Está claro que sin "estabilidad" del dólar, no hay espacio mínimo para pensar en "llegar" a octubre, según el verbo que describe con crudeza ese objetivo. Si se consigue tranquilizar los mercados, recién después podría ser delineada la política para enfrentar la campaña.

La cita con los legisladores incluyó naturalmente a Marcos Peña, motivo de reparos nada nuevos pero silenciosos, a Rogelio Frigerio y a otros ministros, entre ellos Carolina Stanley. No expuso sobre el reclamo de movimientos sociales, que demandan el dictado de la emergencia alimentaria, aunque el tema no pasa inadvertido para algunos de los asistentes porque además podría repercutir en el Congreso. Anoche, en medios oficiales se insistía con que no están cerrados los canales de contacto con esas organizaciones y se repetía que ya se vienen tomando medidas para aumentar los fondos, sin necesidad de nuevas leyes.

El tema no es menor. Sobre todo, porque se está produciendo una convergencia de presiones, no solo de organizaciones piqueteras, sino también de legisladores y algunos gobernadores. En medios del oficialismo, hay miradas más conspirativas y otras más realistas, con eje en la campaña y más aún en un clima de crisis agudizado después de las primarias.

En esa línea, un legislador destaca diferencias en la forma en que vienen creciendo los reclamos. Afirma que desde el ministerio de Stanley, el "frente social" es atendido con fuertes partidas presupuestarias y negociaciones en continuado, especialmente en combinación con la provincia de Buenos Aires. Los funcionarios de estas áreas han trabajado juntos desde la etapa inicial del macrismo en la Capital. "Nada cambió en esa política", dice. En esa línea estarán los anuncios que venía trabajando y finalmente hará hoy María Eugenia Vidal.

Lacunza ha ganado espacio en el Gobierno (Adrián Escandar)

La luz amarilla tiene otro sentido sobre el modo en que se ha ido extendiendo el reclamo en el terreno político. Diputados del peronismo y otras franjas opositoras dejaron abierta la puerta a la convocatoria de una sesión especial, la semana que viene, para darle volumen al tema. Con todo, en el PJ y el kichnerismo estarían esperando que el Gobierno destrabe antes el conflicto, para cumplir con la línea que, repiten desde esa vereda, estaría bajando desde el círculo de Alberto Fernández: no aparecer empujando nada que pueda ser interpretado como combustible en medio de la gravedad de la crisis.

El caso de las provincias es más complejo. Varios gobernadores, a través de sus ministros del área, se sumaron ayer al reclamo de la emergencia alimentaria. Es otro frente de tensión alimentado por diferentes problemas planteados después de las primarias: los efectos en la coparticipación de la baja de Ganancias y del IVA para alimentos esenciales, las deudas tomadas en dólares por varios distritos y el financiamiento de algunos de ellos con letras ahora "reperfiladas", entre otros. Por ahora, sólo el primero de esos rubros ha generado negociaciones con el Gobierno, en paralelo con un reclamo a la Corte.

La mirada está puesta además en la calle. Más allá del malestar de arrastre con algunos dirigentes piqueteros, por la exposición pública y el diferente tono en las negociaciones, la inquietud es mayor en esta etapa de enorme sensibilidad. Aunque parezca lejana y ajena al oficialismo, también asoma la situación crítica y extendida en Chubut, con derivaciones en un paro de CTERA y más marchas en la Capital.

Los recelos y los juicios más críticos sobre los orígenes o motivos políticos de algunos de estos conflictos están ligados además a la desconfianza sobre los movimientos de la oposición frente a los intentos de tregua política para no agravar la crisis. Los últimos tuits de Alberto Fernández, pegando sobre el Gobierno por la recesión, la pobreza y las caídas de la bolsa, generaron preocupación y enojo en el oficialismo, que de todos modos mantuvo su línea de "prudencia" en el discurso. Se evitaron los comentarios públicos.

Alberto Fernández (Gustavo Gavotti)

Esa decisión fue reafirmada en el encuentro de ayer en Olivos con un centenar de diputados, encabezados por el radical Mario Negri junto a Alvaro González, recién estrenado al frente del macrismo en Diputados, y Juan Manuel López, de la Coalición Cívica. Además de destacar el nivel de asistencia, los voceros de la cita fueron claros al definir dos puntos: mantener el eje discursivo –y los silencios- como expresión de "responsabilidad" política para no generar más incertidumbre y asimilar definitivamente que sin estabilidad del dólar no hay tránsito llevadero hacia octubre y menos aún, campaña.

Ese fue el núcleo del discurso de Macri, más allá de las frases para tratar de inyectar ánimo después de la caída de agosto. Lacunza expuso argumentos sobre deuda y dólar, y una primera evaluación de los efectos del paquete de medidas en lo que va de la semana. El lugar ganado por el nuevo ministro en pocos días, más allá de sus condiciones personales –"Es un activo muy importante en esta etapa", lo calificó uno de los presentes en Olivos- expone el delicado cuadro entre una y otra elección. Y las urgencias básicas de estas horas.

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