El Frente no tiene un único discurso para Cambiemos

Esta semana quedó claro tras la votación de los diputados socialistas a favor del proyecto opositor en Ganancias. El gobernador criticó la iniciativa pero no a sus legisladores. Los posibles candidatos para las elecciones que vienen endurecen sus críticas.

No hay "discurso único" al menos dentro del Frente Progresista y en las fuerzas que lo integran. La afirmación del presidente Mauricio Macri en torno al discurso que dice compartir con el gobernador Miguel Lifschitz no sólo no fue desmentida por el titular de la Casa Gris, sino por el contrario, pareció darle la razón.

Y nada menos que en un tema en el que prácticamente toda la oposición cerró filas: La modificación del Impuesto a las Ganancias, una de las promesas más recurrentes de Macri en campaña, que sus opositores se dispusieron a "ayudar" a cumplir. Y si así no lo hiciere, no serán dios y la patria quienes lo demandarán sino los trabajadores, los que votaron por "el cambio" y los que no. Los diputados del FAP votaron el proyecto consensuado por todos los sectores de la oposición a excepción del Frente de Izquierda.

Tanto Hermes Binner como Alicia Ciciliani levantaron sus manos y la diputada inclusive posó para la foto junto a Graciela Camaño del Frente Renovador y Héctor Recalde del Frente para la Victoria, más los diputados que responden a Diego Bossio, los Libres del Sur y representantes de fuerzas provinciales. Durante esa jornada varias veces hablaron los dirigentes del Socialismo entre sí. Los diputados en el Congreso, Antonio Bonfatti en la Cámara provincial, Lifschitz desde su despacho e inclusive la intendenta Mónica Fein.

Los operadores legislativos del PRO estaban en dificultades, sus llamados fueron infructuosos, no quedó claro si fue por errores políticos o matemáticos. Ingresando al territorio del absurdo creían estar cerca de ganar la votación cuando en ningún momento sumaron más de 80 o 90 voluntades contra más de 140 de la oposición en su conjunto. Apelaron a los gobernadores peronistas, y desde ya al propio Lifschitz, que en ningún momento les pidió a sus camaradas que votaran de otra forma.

Pero después de eso, al ser consultado por la prensa el gobernador dijo que "Santa Fe se vería perjudicada en más de 2500 millones" lo cual puede ser así en caso de no retocarse el cuadro de retenciones a las mineras por caso o al campo inclusive. Y agregó ‑según sus propios compañeros innecesariamente‑ "es una mala ley". Sólo el núcleo duro del PRO se atrevió a tanto, el presidente calificó de irresponsable a la amplia mayoría de los diputados nacionales y llamó "impostor" a Sergio Massa, a quien adjudica la paternidad de la jugada.

En Santa Fe hasta los aliados del PRO ‑José Corral por citar un emblema‑ fueron menos "generosos" que el gobernador en su apoyo al discurso de la Casa Rosada. Pero puntualmente esta situación no generó un cisma ni cerca de estar de eso dentro del socialismo. Bonfatti dijo "entiendo a Miguel, él tiene la responsabilidad de defender los recursos para Santa Fe", y no mucho más que eso.

 

Durante la fatídica jornada para Macri en Diputados, varias veces hablaron los dirigentes del Socialismo entre sí.

 

Al cierre de esta edición, los principales dirigentes del PS estaban reunidos ‑como suelen hacerlo los fines de semana‑ conversando sobre el tema y sobre todo entorno al proceso electoral que se desarrollará el año que viene. Es precisamente ese punto el que mayor debate reclama y la determinación de desdoblar o no los comicios va a ser crucial para definir las candidaturas. La tendencia más firme indica que serán unificadas.

Es decir que las elecciones de concejales en los municipios y las de diputados nacionales se harán el mismo día. Eso equivale a "nacionalizar" la elección, y sin perjuicio de la relevancia de las candidaturas a concejales, los candidatos a las bancas en el Congreso de la Nación llevarán el paso del comicio. La semana pasada en esta columna se expuso acerca de una afirmación que comparten diferentes sectores del arco político, pero que especialmente desvela al Frente Progresista: "No hay 2019 sin 2017". Y a ese pronostico hay que agregarle no sólo una estrategia definiendo discurso y perfil, sino nombres y apellidos. Y una cosa va asociada a la otra.

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