La indefinición de la entrada en vigencia y duración de la cuarentena, así como la política de acceso al transporte público, obligaron a posponer esta noche en Olivos el anuncio de la nueva fase de aislamiento social preventivo y obligatorio en el área metropolitana de Buenos Aires. Mañana al mediodía, Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof harán público de manera conjunto el nuevo formato del aislamiento estricto que comenzará a regir el 1 de julio. El Presidente y el Gobernador de Buenos Aires plantearon la entrada en vigencia inmediata de las nuevas restricciones a la circulación mientras que el jefe de gobierno porteño pidió un plazo hasta el miércoles de la semana próxima para asegurar el cumplimiento de la nueva fase en la Ciudad. Tampoco se llegó a la reunión entre las máximas autoridades del AMBA con un acuerdo sobre la duración de la nueva etapa de confinamiento. Larreta propuso tres semanas de prórroga con mayores controles, mientras que Alberto y Kicillof se inclinaban por repetir el formato de dos semanas. "La situación vuelve al 20 de marzo con funcionamiento de bancos y algún otro rubro esencial. Lo mismo va a ocurrir con el transporte. Se viene restricciones muy fuertes para salvar vidas", advirtieron al término de la reunión desde la Quinta Presidencial.

Hubo sin embargo consenso sobre la necesidad de reducir los rubros que abarcan a los trabajadores esenciales y acotar nuevamente los permisos de circulación para bajar el movimiento interjurisdiccional de personas, en paralelo con un refuerzo de las fuerzas de seguridad con la instalación de nuevos “check points” interurbanos. Sabina Frederic en su visita a Esteban Echeverría, donde recorrió la estación de trenes de Monte Grande junto a Fernando Gray, adelantó que el gobierno nacional procederá al cierre de algunas estaciones en las líneas Sarmiento y Roca. No había acuerdo sin embargo en cuanto al corte o restricción del transporte interurbano en los principales puntos de acceso a los ferrocarriles de zona sur como las estaciones de Lanús, Lomas de Zamora y Monte Grande.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el bonaerense y Nación trabajan de manera coordinada pese a las distintas visiones y urgencias sanitarias. Anoche los 1482 nuevos casos en provincia volvieron a superar a los 942 nuevos contagios en Ciudad. Y el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva en el AMBA creció 2,1% en un solo día. Saltó del 52% de ocupación del miércoles al 54,1% de ayer. A pedido del Presidente y del Gobernador, Larreta ya accedió a que se suspenda el permiso para salir a correr en la Capital Federal. Se mantendrían, sin embargo, los paseos familiares porteños regulados de los sábados y domingos así como la apertura de los comercios esenciales vigentes el 20 de marzo. Librerías, carpinterías, perfumerías, indumentaria y jugueterías deberán volver a bajar las presianas.

En la provincia de Buenos Aires existe una tensión similar. En la videoconferencia del miércoles entre Kicillof y los intendentes del conurbano le pidieron al Gobernador que la definición sobre la apertura de comercios barriales quedara a cargo de los municipios. Sin embargo, sólo estarán permitidos los rubros esenciales vigentes al 20 de marzo y el resto debería volver a cerrar. Algunas industrias mantendrían la actividad. En marzo, fase 1, al inicio de la cuarentena, sólo existían 24 rubros de actividad encuadrados como esenciales. Con las nuevas habilitaciones, actualmente hay más de 60. Cómo adelantó Ámbito, la redefinición de esenciales figura al tope del menú de las recomendaciones de los Ministerios de Salud del AMBA. El endurecimiento de la cuarentena en AMBA expone tanto a Larreta como a Kicillof a gestos de desobediencia ciudadana. Tanto en Capital Federal como en el conurbano existe una flexibilización de facto del aislamiento más allá de las políticas oficiales.

“¿Para qué apurar el anuncio?”, fue la explicación formal que se deslizó desde Olivos para diferir la comunicación de las medidas. En concreto, la postergación del anuncio abrió una ventana de tiempo adicional, en principio hasta este viernes al mediodía, para terminar de pulir la letra chica del acuerdo. El trípode político de Alberto-Larreta-Kicillof viene gestionando la crisis sanitaria de común acuerdo y ahora la sociedad ingresa en una fase donde los contagios empiezan a dispararse en mayor cantidad en la provincia de Buenos Aires. Esa asimetría en cuanto al diagnóstico sanitario y la gravedad de la pandemia es lo que provocó anoche la necesidad de “tiempo adicional” para consensuar las medidas.

En Olivos también estuvieron Vilma Ibarra junto a Santiago Cafiero en paralelo a la reunión que duró más de dos horas y media para definir la letra chica del decreto que definirá el formato de la nueva cuarentena en AMBA. En un tramo del encuentro entre Fernández, Larreta y Kicillof también se sumaron los jefes de gabinete y los Ministros de Salud de Nación, Ciudad y Provincia para terminar de ajustar las medidas de común acuerdo. “Las tres jurisdicciones han acordado en avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación. Tal como se viene expresando la decisión a la que se ha arribado tiene como fundamento la evolución de la situación epidemiológica en AMBA, tanto en la multiplicación de casos como en la contagiosidad del virus”, explicaron anoche desde Olivos.

“Las características de la próxima fase requieren precisiones dada la delicada situación que estamos viviendo y las condiciones que impone la virulencia de la enfermedad. El Presidente, el Gobernador y el Jefe de Gobierno de la Ciudad están comprometidos en alcanzar las mejores soluciones entendiendo que la ciudadanía ha realizado un gran esfuerzo estos meses para lograr los objetivos. Necesitamos reforzar la responsabilidad que ha tenido la ciudadanía hasta el momento para seguir cuidándonos entre todos”, agregaron.