Cuando todo parecía encaminarse a un final feliz, el nombramiento de un nuevo ministro de la Producción bonaerense tras seis meses de silla vacante volvió a quedar en la nada. Desde el gobierno de María Eugenia Vidal contaron a Letra P que está caída la posibilidad de que Diego Cifarelli, titular de la Federación de Molineros (FAIM), se quede con el puesto. “Seguimos viendo gente, esperamos definirlo en los próximos días”, detalló uno de los hombres de confianza de la gobernadora que está en el tema.

Cifarelli quedó empantanado en el fuego cruzado que se generó luego de que recibiera fuertes críticas desde su Junín natal. Allí lo criticaron casi todas las organizaciones agropecuarias con un argumento débil pero lo suficientemente concreto para congelar sus expectativas. Lo vincularon al ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, personaje con quien viajó a las giras de ventas a Angola. En el entorno del molinero le bajan el precio a ese tema, niegan que sea amigo del ex funcionario, y aseguran que “hay molineros que quieren que se quede en la cámara”. Él, a priori, está dispuesto a ponerse a disposición del Estado aún en este complejo escenario. Pero según supo este medio ha decidido correrse hasta que aclare el panorama. Algo de eso contó la semana pasada, en una reunión que se celebró en la sede de la Cámara alimenticia Copal. Uno de los que están vinculados con esa entidad, Agustín O Reilly, es un ex Arcor y el segundo en el escalafón de Producción de la Provincia. Lo conoce bien a Cifarelli.

En la ronda de nombres hay uno muy concreto que pica en punta: es el de Carolina Castro, un cuadro del que hoy hablan tanto en el vidalismo como en el entorno de Joaquín De la Torre, ex ministro del área. Castro es una alumna ejemplar de la Unión Industrial Argentina (UIA), que cuando Mauricio Macri ascendió a la Presidencia de la Nación se fue a trabajar con el ministro de la Producción nacional, Francisco Cabrera. La llevó a ese lugar Martín Echegoyen, otro ex UIA que es una de las manos derecha de “Pancho” en esa cartera. Castro se formó bajo la presidencia de dos cuadros fuertes en UIA, como lo fueron Héctor Méndez y José Ignacio De Mendiguren. Fue ella quien comandó UIA Jóven. Precisamente el “Vasco”, hoy dirigente del massismo, se cruzó hace unos días en la cena del Cippec con un alto cuadro bonaerense. Y hablaron del tema. “Lo estamos definiendo”, le dijeron.

En el ámbito de Cabrera aseguraron a Letra P que “si se va, no estamos al tanto”. A los industriales les entusiasma la posibilidad de que sea ella la elegida. La describen como una mujer que da preponderancia a la pequeña y mediana empresa, y que tiene objetivos claros. Incluso algunos de sus ex compañeros cercanos afirman que “es demasiado para este Gobierno”. Lo cierto es que, además de Castro, habría un tercer nombre en discordia guardado bajo siete llaves. Algunos creen que ese nombre y el de Castro son cortinas de humo para distraer la atención hasta que en Junín se calmen los ánimos con Cifarelli. Todo en un mar de especulaciones y rumores que generaron ya una novela de la ocupación de un cargo relevante en la Provincia con mayor cantidad de industrias del país.