"Vaya al psicólogo": del enojo de Máximo Kirchner a la dura respuesta de Alberto Fernández

Terminaba el debate del impuesto a las grandes fortunas y el autor del proyecto, Máximo Kirchner, no quiso terminar su discurso sin expresar su malestar con el radical Mario Negri por haberle sugerido, en tono irónico, que iba a poner "un diván" para atender a varios diputados del oficialismo.

 "Recién escuchaba al diputado preopinante que quería mandar al psicólogo a un integrante de nuestro bloque. Yo nunca opino de los integrantes de su bloque ni lo voy a hacer. Tenemos que dar una demostración de respeto, de que podemos discutir sanamente", cuestionó desde su casa.

Visiblemente molesto, enfatizó: "No es tiempo para insultos. Me parece que hay que salir de los lugares comunes, tratar de entendernos mejor y no mandar al psicólogo a nadie. Ser respetuosos de todos los bloques".

 

Curiosamente la chicana del diván cambió de bando con el correr de unas pocas horas. El presidente Alberto Fernández se enfureció con el periodista Javier Díaz, en medio de una entrevista con el canal A24, ante una pregunta sobre la inseguridad y la sensación de "miedo" a estar en la calle. "Yo, sobre sus sensaciones lo único que le puedo recomendar es que hable con un psicólogo, eso me excede a mí", le dijo el jefe del Estado. "Sí, pero si yo tengo una sensación de miedo, es porque tengo miedo, y de eso tiene que encargarse el Estado", retrucó Díaz, a lo que Fernández insistió: "Yo me limité a hablar de su concepto, sobre sus sensaciones no puedo hacer nada, son sensaciones suyas".

 

  

Apeló así a lo que el jefe del bloque del Frente de Todos e hijo de la vicepresidenta había considerado una falta de respeto durante la sesión parlamentaria en la que se aprobó el impuesto a las grandes fortunas.

 

 

Pelea en la madrugada

El episodio había estallado en la madrugada cuando el diputado chaqueño Aldo Leiva atacó al gobierno de Mauricio Macri y a los opositores que argumentaban en contra del impuesto. "¿Por qué no invirtieron en estos cuatro años los empresarios, cuando estaban todos sus amigos en el poder? ¿Por qué no generaron empleo? Pero como son los herederos del odio, de los que bombardearon Plaza de Mayo, los cómplices de la dictadura militar, los que atentan permanentemente contra los gobiernos populares, los que odian a los pobres y desprecian a la clase media, hoy se rasgan las vestiduras porque el pueblo les dijo que no".

  

Negri pidió la palabra y estalló con ironía: "Si algún otro colega necesita hacer lo mismo que el anterior, hagamos una ronda ahora, cosa que después terminemos tranquilos. Hagamos un consultorio ahora y que cada uno se saque las ganas". A los gritos, Leiva le respondió. Pero el radical alzó la voz, ya sin el barbijo puesto: "¿Quién más necesita? ¿A quién más le recomiendo el psicólogo? ¿Necesitan un diván? ¡Acá tienen un diván! El diputado (Leopoldo) Moreau quiere uno, acá estamos".

Máximo Kirchner le siguió en el uso de la palabra y se sintió conminado a defender a sus colegas, al final de la defensa del proyecto. "No es tiempo de insultos. Los argentinos y argentinas necesitamos encontrar un punto de equilibrio y acuerdo. Necesitamos del sector privado y del sector público invirtiendo juntos. Se trata de encontrar entre todos y todas una salida en común", dijo.

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