Turismo, dólar, fuga y la falla en el sistema de Javier Milei y Toto Caputo

Turismo, dólar, fuga y la falla en el sistema de Javier Milei y Toto Caputo

Se acercan las vacaciones y vueve el dilema: ¿el tipo de cambio está barato? El establishment advierte por las reservas, pero el Gobierno arriesga.

 

Por Marcelo Falak

Se acercan las vacaciones y, con eso, un nuevo sacudón de turismo al exterior y la continua polémica sobre el nivel del dólar, que resume, tras el salvataje del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el conseguido in extremis del Tesoro de los Estados Unidos, la falla sin solución del sistema económico de Javier Milei y Toto Caputo.

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¿Tipo de cambio caro o barato?

En el fondo, ¿cuánto sostiene un nivel de ingresos populares de por sí vapuleados y cuánto los afecta por el lado de la pérdida de puestos de trabajo?

Al cierre de la rueda del viernes 11 de abril, justo antes del anuncio del nuevo rescate del Fondo, el dólar mayorista cotizaba a 1.074 pesos. Desde entonces subió nada menos que 35%, prácticamente el doble de la inflación acumulada entre ese mes y noviembre último. Pese a la retórica del Presidente y el ministro de Economía, se produjo una importante devaluación real del peso.

El dólar en la era de Javier Milei (Fuente: Rava Bursátil).

"Por el récord de viajes al exterior con el dólar estable, 2025 cerraría con una histórica salida de dólares. Las proyecciones iniciales, que rondaban los 10.000 millones, se elevaron y llegan a 13.000 millones de dólares, alrededor de 1,6% del PBI", publicó Clarín.

Sobre llovido, mojado, porque se espera que 2026 comience también con un déficit fuerte de la balanza turística, lo que, sumado a la voracidad de un millón de argentinos por el ahorro en billetes verdes y a los pagos de deuda previstos, provocará nuevas tensiones sobre las reservas del Banco Central y dudas sobre la solvencia del país.

Las ironías de Toto Caputo

El ministro de Economía se tomó días atrás de los datos del superávit comercial –menguante, pero superávit al fin– para ironizar sobre sus críticos.

Caputo omitió dos verdades: una, que la mitad llena del vaso se explica, casi en su totalidad, por el auge en curso de las exportaciones de energía; dos, que por esa razón el problema no pasa hoy por el saldo del comercio de bienes, sino por la cuenta corriente, que incluye los servicios.

Habida cuenta de que el pago de deudas dependerá de que alcance con lo poco que hay en el Banco Central –del que acaban de salir 1000 millones de dólares más para el pago de un vencimiento de Bopreal– y de que Donald Trump y el virrey Scott Bessent sigan con ganas de salirle de garante a la Argentina de extrema derecha, eso obliga a poner la lupa de nuevo en el ahorro de los argentinos que mantienen la cabeza fuera del agua y en el turismo. En esto se juega si el tipo de cambio tiene un nivel suficiente.

Si el peso se devaluó, ¿por qué seguirá siendo fuerte la salida de viajeros?

"Tras el mínimo alcanzado el verano pasado, el tipo de cambio real multilateral (TCRM) se depreció significativamente ubicándose actualmente 18% por encima del promedio del primer bimestre del año. Sin embargo, la mejora del TCRM efectivo del turismo fue menor por la virtual eliminación del dólar tarjeta dada por la posibilidad de comprar divisas en el mercado oficial por parte de los individuos y hacer stop debit" en sus resúmenes, escribieron en El Economista Lorenzo Sigaut Gravina Laura Vernelli, director de Análisis Macroeconómico y economista de Equilibra, respectivamente.

Entonces, ¿todo marcha acorde al plan?

Toto Caputo.

 NAEs el riesgo país, Toto Caputo

Para responder esa pregunta conviene acudir, más que a las chicanas de Los Picantes del Palacio de Hacienda, a la evolución del riesgo país.

El Emerging Markets Bond Index Global Diversified (EMBIGD) es elaborado por el banco de inversión J.P. Morgan y constituye un indicador amplio y de referencia internacional de solvencia soberana. Su valor indica la sobretasa que pagan los títulos de deuda de todos los diferentes países en relación con el Bono del Tesoro estadounidense , considerado riesgo cero.

Si los bonos suben de cotización, su rendimiento se comprime y el riesgo país baja. En caso contrario, ocurre lo opuesto.

Desde hace semanas, los papeles de la deuda nacional van y vienen, lo que interrumpió el shock inicial por el sorpresivo triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas. El costoso salvataje estadounidense, que, dadas las fragilidades del plan de Milei y Caputo, debe ser permanente para no derivar en un cañonazo por la culata, le dio otro empujón a la baja, pero están faltando novedades que lo lleven por debajo de los 500 puntos básicos –una sobretasa de cinco puntos porcentuales por encima del 4% que rinden los bonos norteamericanos–, el nivel que permitiría –mínimamente– un regreso al mercado voluntario. Es por eso que viene plano.

El riesgo país en la Argentina de Javier Milei (fuente: Ámbito Financiero).

Al Gobierno le hace falta algo más, pero por ahora no llega el prometido préstamo de un pool de bancos y, es más, las negociaciones en torno a un drástico redimensionamiento a la baja empeora las expectativas.

La exigencia es la conocida: la postergadísima acumulación de reservas.

Domingo Cavallo, consultor designado

Como cualquier ministro de Economía en todo tiempo y lugar, Caputo puede dar su versión de las cosas, pero convencer es otra cosa. El mercado reclama más para que el modelo pueda entrar en la fase virtuosa en la que el acceso al mercado de deuda permita refinanciar allí vencimientos y relajar los requerimientos que, en la lógica mileísta, impone un ajuste perpetuoque limita la construcción política.

Por lo pronto, el banco Barclays señaló que la situación de las reservas es peor hoy que cuando Milei sucedió a Alberto Fernández y Caputo, a Sergio Massa.

Por si eso fuera poco, volvió un clásico: Domingo Cavallo, cuya palabra recuperó influencia en el Círculo Rojo por alguna razón que se le escapa al autor de esta nota, señaló en su blog que "las declaraciones de los miembros del equipo económico son al menos confusas, si no contradictorias. Aparentemente hay dos razones por las que prefieren decir que no tienen apuro por acumular reservas: una es para evitar que esa compra de reservas por parte del Banco Central empuje hacia arriba el tipo de cambio; otra para evitar que la emisión de pesos necesaria para pagar por las reservas facilite el traslado a precios del aumento del tipo de cambio y aumente la tasa de inflación".

Para el exsuperministro, hoy "el tipo de cambio real no es de equilibrio".

"Yo soy uno de los que sostienen que conviene comenzar pronto a acumular reservas. En mi opinión, debería disponerse simultáneamente la eliminación completa del cepo y la compra de reservas, acompañada de una decisión legislativa que prohíba hacia el futuro la introducción de restricciones al movimiento de capitales y permita el uso del dólar como moneda para todas las funciones que cumple el peso, especialmente para la intermediación financiera", continuó. Subtitulado: más reservas en el Central, más garantías para los acreedores, dólar más caro y economía bimonetaria.

Domingo Cavallo.

Acudir a Cavallo es necesario para encontrar una expresión de lo que demandan el mercado y todos aquellos que quieren "que al Gobierno le vaya bien". En esas condiciones, remata el padre del "uno a uno", el tipo de cambio "buscaría su nivel de equilibrio y las tasas de interés, tanto en pesos como en dólares, bajarían como consecuencia de una fuerte reducción del riesgo país".

¿Volver a los 90 es el camino para Javier Milei?

Más allá de lo estrictamente financiero, hay otra lupa para examinar la cuestión cambiaria: la de un modelo que busca su irreversibilidad y que, además de reformas estructurales como la laboral, la impositiva y la jubilatoria, pretende consolidar una mejora de la competitividad promedio mediante el asesinato súbito de todo lo que no sea hoy mismo competitivo.

¿Un tipo de cambio más alto que proteja a sectores industriales mano de obra intensivos? No. ¿Una protección de esos actores al menos temporal, mientras se reducen otros costos, como los tributarios, y se restablece un acceso pleno al financiamiento? Tampoco. ¿Alivio a salarios que siguen pisados adrede para que el consumo se entone y le haga un lugar también a las manufacturas locales? Menos.

Las respuestas son tipo de cambio desequilibrado, apertura importadora y "destrucción creativa".

Que la Argentina de mañana no sea un páramo social, un lugar estragado por la inseguridad y un territorio en disputa por mafias que llegan a donde el Estado no tiene intención de ir son asuntos que dependerán del azar.

La crisis de Whirlpool es apenas un caso testigo entre muchos más, situación que el Gobierno enfrenta con el lema de "reconversión o muerte".

Reconversión inmediata, no planificada, significa pasar a importar más barato lo que se produce más caro –desde ya, con tipo de cambio trampeado, impuestos comparativamente altos y falta de crédito–, algo que Milei y sus economistas entienden como un beneficio para los más –los consumidores– en detrimento de los menos –los trabajadores que se suman día a día a las listas de desocupados–.

Esa estrategia no debe sorprender: del modo en que se dio en los años 1990–justamente cuando Cavallo mandaba y no era un consultor desigado–, el desempleo ya nunca bajó del 12% y tocó máximos de 18,4%, pero eso no le permitió al entonces oficialismo menemista hacer política entre los incluidos, sino incluso formar mayorías, ganar elecciones, obtener una reelección y protagonizar una década de hegemonía.

El pasado y el futuro están hechos de los materiales existentes en la naturaleza.

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