La táctica de Macri para el ‘25 levanta las acciones de Schiaretti

La táctica de Macri para el ‘25 levanta las acciones de Schiaretti

El ex presidente imagina una oferta electoral fraccionada en Córdoba, con LLA, el PRO y el Frente Cívico compartiendo una boleta liderada por Juez, y De Loredo al tope de la lista radical. Bajo amenaza de quedar tercero, el Centro Cívico mira a Schiaretti, que recupera centralidad.

Por Felipe Osman.

El arranque de Javier Milei al frente de la Casa Rosada ha desconcertado al sistema político en su conjunto. El presidente, lejos de sostener el giro hacia el centro que mostró tras caer en las Generales, para congraciarse con los votantes de Juntos por el Cambio de cara al balotaje, abandonó tras la segunda vuelta el pragmatismo que lo llevó a sumar a su esquema a Patricia Bullrich y empezó a practicar uno diferente, apalancado casi exclusivamente en las redes sociales y una estrategia comunicacional directa con el electorado.

El mandatario, que se ufana de haber sepultado el teorema de Baglini, redobla la apuesta tras cada tropiezo, y mantiene una alta imagen positiva incluso después de haber implementado un durísimo ajuste y sin mostrar más resultados que una inflación que, aún en baja, sigue por encima de los dos dígitos, dejando muy atrás a los salarios.

En cualquier caso, esta popularidad (47,2 por ciento de imagen positiva, 52,5 de imagen negativa, según el último informe de Zuban-Córdoba) hace que en cada provincia los oficialismos empiecen a mirar con preocupación el 2025, frente a un Milei que, milagrosamente, parece no pagar costos frente la licuación de los ingresos.

Trascartón, el 2025 ofrece de por sí ventajas relativas al oficialismo nacional y correlativas dificultades para los gobernadores. Para empezar, La Libertad Avanza ni siquiera era un rival a tener en cuenta en las Legislativas de 2021. Tanto, que Milei apenas pondrá en juego dos bancas el año próximo, las obtenidas por él y por su vicepresidenta. (Dato de color: en el estudio de Zuban-Córdoba, Villarruel es la dirigente con mejor imagen del país, incluso por encima de Bullrich y Milei).

Además, como en cada elección de medio término, el voto estará calibrado cien por ciento en el contexto nacional, sin que elecciones locales puedan torcer el eje de la discusión hacia las problemáticas de cada provincia. Es decir, sin que los partidos o alianzas provinciales puedan hacer valer su peso relativo. En el caso concreto de Córdoba, los argumentos del cordobesismo se diluirán.

Macri, que acaba de volver a la conducción del PRO, es consciente de todos estos factores, e imagina una estrategia para que su partido pueda surfear la ola del 2025 y presentarse como ganador. O, más concretamente, como uno de los ganadores. Para eso concibe una alianza con La Libertad Avanza que, en Córdoba, también integraría el Frente Cívico, y cuya boleta podría liderar el propio Luis Juez; y en otra canasta, una boleta radical liderada por Rodrigo De Loredo. (Una digresión: fuentes con llegada a los despachos nacionales aseguran que Juez ya tiene línea con “el Jefe”, Karina Milei).

Esto, en la visión del ex presidente, permitiría además que la sumatoria de ambas boletas sea mayor a la cosecha que podrían alcanzar con una única lista, ya que algunos sectores del radicalismo difícilmente digieran una alianza con los libertarios. En rigor, este último bien podría ser el primero de los fundamentos.

En la tesis macrista, esto también serviría para resguardar la alianza Juez-De Loredo en una campaña de escasa o nula confrontación entre dos dirigentes que tienen la mira puesta en un mismo objetivo de largo plazo: la Gobernación, en 2027.

Todo este esquema impactaría con muchísima fuerza las pretensiones del Centro Cívico, que tendría chances de quedar tercero. Y de ahí que en Hacemos Unidos empiece a circular, cada vez con más fuerza, la hipótesis Schiaretti 2025.

El ex gobernador dejó el Panal con una alta imagen y plantó bandera en el escenario nacional durante la última campaña presidencial. Además, es sabido que el schiarettismo tiene más aceptación y llegada en el espectro libertario del que puede presumir el gobernador, que se expuso al fuego cruzado con el Gobierno Nacional en defensa del complejo productivo provincial.

La posibilidad de que Schiaretti vuelva al ruedo electoral entusiasma al llaryorismo, que encontraría una coartada para hacer campaña sin confrontar con Milei y contaría, además, con el mejor de los candidatos imaginables. La pregunta es si Schiaretti se expondría a caer derrotado por el mismísimo Juez.

Es una interrogante que seguramente se sostendrá por mucho tiempo sobre la política local. Mientras tanto, este revalúo de las acciones de Schiaretti en el peronismo cordobés también traerá aparejados efectos secundarios, pudiendo ralentizar la velocidad del recambio dirigencial en algunos departamentos, revitalizando la figura de Vigo en el PJ Capital, y reponiendo un polo de poder a reconfigurarse en torno a la figura del ex gobernador. 

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