La pérdida de reservas de la Argentina es un problema respecto del que el gobierno está tomando fuertes medidas en los principales sectores deficitarios, entre las cuales se encuentra la nacionalización de YPF o la restricción a la remisión de divisas para las empresas transnacionales que operan en el país.

En ese sentido, el turismo se está transformando en un problema, convirtiéndose en un agujero casi tan importante como el energético (10.000 millones de dólares). De allí que el gobierno haya tomado la decisión de encarecer los destinos turísticos internacionales mediante un recargo en las compras de dólares para turismo y compras al exterior –bajo la forma de adelanto impositivo–, que pasó del 20 al 35 por ciento.

Esta medida tiene un efecto similar al aumento del tipo de cambio "turista" para todo aquel que no pueda justificar sus ingresos y que, por lo tanto, no podrá pedir la devolución de ese recargo con el pago del Impuesto a las Ganancias. Para el resto, solo será una cuestión de financiamiento de las vacaciones, dado que ese recargo será devuelto con el pago de Ganancias, incluso a los que no paguen Ganancias –aunque en esos casos falta aceitar los mecanismos de devolución.

Más generalmente, las medidas tomadas desde principios de año en el sector se orientan a encarecer la opción del turismo internacional y favorecer la oferta turística local.

Ese encarecimiento del turismo internacional para este verano 2013 respecto del año 2012 se debe no sólo al aumento en el recargo sino al tipo de cambio, que se fue elevando de 5 pesos por dólar a más de 6,20. Este objetivo se ve reflejado en los datos del INDEC, según los cuales la salida de turistas argentinos en el segundo trimestre de 2013 bajó un 6,5%, mientras que el gasto en el exterior de esos turistas bajó 14,8% en el mismo período. Así, en el acumulado del primer semestre del año, las salidas de turistas argentinos hacia destinos internacionales cayeron 1,4% y los gastos, 8,1 pro ciento.

Estas modificaciones impositivas también cambian la forma de hacer turismo para la minoría de argentinos que viajan al exterior, al obligar a utilizar más la tarjeta y menos el efectivo.

Si bien esta forma de manejar dinero es la más común en Europa y en los Estados Unidos, en otros países (sobre todo en los latinoamericanos) esta costumbre no se ha generalizado, por lo que existen problemas reales a solucionar de parte de las autoridades cuando los argentinos viajan a esos países.

No obstante, el déficit turístico parece ser sobrevaluado: las estadísticas del Banco Central cuentan las compras realizadas individualmente por Internet en sitios internacionales especializados en el comercio electrónico como gasto en turismo. Por otra parte, se sospecha que muchos turistas extranjeros están cambiando sus divisas en las “cuevas” financieras, aprovechándose del tipo de cambio ilegal, por lo que sus gastos no son computados en las estadísticas y tampoco son acumuladas en las reservas del Banco Central.

De esa manera, nos parece que las medidas tomadas por el gobierno deberían ser acompañadas por una mejora en la captación de las divisas provenientes del turismo receptivo. «