La sugestiva hiperactividad de Cristina Kirchner y Mauricio Macri en pleno debate de la Ley Ómnibus

La sugestiva hiperactividad de Cristina Kirchner y Mauricio Macri en pleno debate de la Ley Ómnibus

La ex presidenta va todos los días al Instituto Patria y se reúne con dirigentes del peronismo. Comparte su mirada sobre la actualidad y la interna partidaria pero evita hacer declaraciones. Igual que el líder del PRO, que tampoco habla en público, pero, en cambio, intervino fuerte para alinear a los diputados en apoyo de Milei

Por Facundo Chaves

Son los protagonistas centrales de la política argentina de los últimos 15 años. Quedaron relegados a un segundo plano con el ascenso súbito de Javier Milei a la primera magistratura, pero ninguno está dispuesto a retirarse. Deliberada o involuntariamente, Cristina Kirchner y Mauricio Macri siguen actuando en espejo, como en los tiempos en que ambos ocupaban la centralidad de las dos coaliciones, que la victoria del presidente libertario dejó reducidas casi a escombros.

En medio de la traumática discusión de la “ley ómnibus”, ambos aumentaron la frecuencia de las reuniones políticas, interesados tanto por la coyuntura como por la dinámica de sus propias internas. Uno está decidido a reasumir la presidencia del PRO y resignificar la identidad política e ideológica de su partido. Y Cristina Kirchner, en cambio, envía señales hacia el PJ bonaerense y trabaja por revitalizar Unión por la Patria, después de la penosa experiencia del último gobierno.

Ninguno está desligado de los avatares del gobierno libertario, según pudo confirmar Infobae de fuentes que tienen con ellos trato habitual y directo. Macri se involucró de manera personal en sostener y dotar de musculatura institucional y racionalidad política a La Libertad Avanza, sobre todo -pero no únicamente- en la Cámara de Diputados. Y la dos veces presidenta y anterior vicepresidenta va todos los días al Instituto Patria, escucha a los dirigentes y comparte una mirada crítica sobre las medidas y planes de Milei.

En el caso de CFK, la última foto que se conoció ofrece claves valiosas para entender mucho de su presente. “Hace un tiempo que quería entregarle a Cristina Kirchner un balance de mis primeros 4 años de gestión en Moreno. También conversar sobre la difícil situación económica y los desafíos que se plantean en nuestro país y en mi amado Municipio”, publicó la intendenta de ese partido del oeste del Conurbano. Ambas posaban en la oficina de la ex presidenta. Detrás la enorme Bandera Argentina, el cuadro de Manuel Belgrano y un cuadro con la sombra inconfundible de Néstor Kirchner.

Mariel Fernández reúne tres condiciones singulares. Es una de las pocas intendentas peronistas del GBA, integra el Movimiento Evita de Emilio Pérsico -blanco de ácidas y continuas críticas del Gobierno por su actividad como gestor de planes y, en simultáneo, dirigente político peronista- y principalmente es una de las vicepresidentas del PJ bonaerense, que preside el diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. En el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, la maquinaria político-electoral más aceitada de la Argentina, hay un creciente estado deliberativo. Desde Jorge Ferraresi (Avellaneda), al díscolo Fernando Gray (Esteban Echeverría), hay varios caciques municipales con apetencias por ocupar la presidencia del PJ provincial.

Cristina Kirchner, más allá de estar al tanto de ese clima interno tenso en el peronismo bonaerense, mantiene una relación familiar y política óptima con su hijo y de diálogo cotidiano, según pudo saber Infobae. Su preocupación tiene que ver con la marcha del gobierno de Milei y las consecuencias económicas y sociales de las medidas tomadas. Si bien reconoce las consecuencias negativas de la fracasada última experiencia peronista -tiene un reconcentrado encono con Alberto Fernández y su estadía europea- se mostró alarmada ante sus últimos interlocutores por el impacto negativo entre los sectores más postergados del modelo económico que puso en marcha el actual presidente.

Carolina Gaillard y Cristina Kirchner

En el mismo lugar que con Mariel Fernández, Cristina Kirchner se sacó una selfie -la ex presidenta no suele aceptar posar porque sí- con Carolina Gaillard, una diputada entrerriana que tuvo su momento de “estelaridad política” el año pasado, cuando presidió el intento de juicio político a los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia, un proceso que duró todo el año pasado y concluyó sin absolutamente ningún resultado. Aunque trascendió que habían hablado sobre ese kafkiano intento de enjuiciamiento, Infobae pudo confirmar que no fue el tema excluyente del encuentro.

Esa diputada, en la primera sesión de la “ley ómnibus” fue una de las voces más críticas en contra de la iniciativa que presentó Javier Milei como el proyecto parlamentario fundacional de su gobierno.

Macri, los libertarios y el PRO

Desde Cumelén, donde disfruta sus últimos instantes de vacaciones, Mauricio Macri redobló la intensidad de su actividad política en los últimos días en dos sentidos claros, nítidos. Primero, buscó colaborar con Milei alineando al PRO en pos de encarrilar el debate de la “ley ómnibus” -emprolijando el contenido del proyecto y el formato para el debate- y luego dio el visto bueno para acelerar la transición en el partido para reasumir cuanto antes la Presidencia, en lugar de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

La nitidez de su actuación tiene que ver con que se involucró personalmente en la cuestión legislativa, al participar el martes de un Zoom donde ponderó a Cristian Ritondo y a Silvia Lospennato, dos espadas clave para que el mega proyecto de ley llegue al recinto y empiece a ser discutido. Expuso así su compromiso personal para que la gestión de La Libertad Avanza cuente con las herramientas solicitadas para poner en marcha su plan de gobierno. “Hoy es un día muy importante porque se va a votar una ley fundamental para comenzar un cambio en la Argentina. Por eso apoyo la ley que presentó el gobierno. Al mismo tiempo, hoy vamos a poder ver a dos grupos en acción: los que se empeñan en mantener sus privilegios buscando trabar al gobierno y los decididos a avanzar hacia el cambio”, publicó este miércoles el ex presidente en su cuenta de X.

El ex presidente Mauricio Macri, hiperactivo

Lo segundo que quedó claro es su decisión abierta de reasumir rápido la conducción del PRO, en lugar de Patricia Bullrich. ¿Por qué el repentino apuro? Las interpretaciones se bifurcan en un laberinto borgeano: para algunos es para resignificar la identidad del partido más cercana al espíritu libertario, y para otros un mero cálculo político frente a la hipótesis del escalamiento de una crisis. Despejando las especulaciones, los presidentes de las provincias y toda la dirigencia -a excepción de los bullrichistas y larretistas- lanzaron un “operativo clamor” que sólo puede orquestarse con un guiño, la tolerancia o un disimulado aval del interesado.

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