Sorprendido con la polarización, Scioli se refugiará en el aparato del PJ

Sorprendido con la polarización, Scioli se refugiará en el aparato del PJ
Para revitalizar su plan 2015, el bonaerense apostará al peronismo tradicional. Massa lo tomará como blanco.
“Se polarizó todo”, repetía anoche, con una pesadumbre desconocida, Daniel Scioli, cuando los primeros números oficiales circulaban en los pasillos del hotel NH Tango y todavía no se habían difundido por televisión.

“Sergio hizo una gran elección”, confesó a Clarín el gobernador bonaerense, pocos minutos antes de llamar a Massa para felicitarlo con esas mismas palabras, tal como manda la etiqueta de la caballerosidad política.

Scioli sabía que el Frente Para la Victoria marchaba hacia una derrota segura en la provincia de Buenos Aires, pero ninguno de los encuestadores que consulta semanalmente logró acertar la magnitud de la derrota.

A pesar del cambio en el escenario, Scioli no cambiará su estrategia para 2015. “Vamos a seguir día a día con la gestión, respetando los tiempos institucionales”, aseguraba anoche, pronunciando una de las frases que, nadie se atrevería a dudarlo, tiene registradas.

La novedad que se encontrará el gobernador es que desde hoy mismo el Frente Renovador se esforzará en castigar la forma en que se gobierna hoy desde La Plata. Para Massa, su competidor para 2015 es Scioli. El gobernador, avisado, se defiende con el almanaque en la mano: “Un dirigente no es una simple coyuntura pasajera”.

Hasta hace unos pocos meses, Scioli despedía con una muletilla a quienes lo visitaban: “Preguntale a cualquiera si yo soy kirchnerista o no”. Él mismo confesaba que, por más declaraciones de alabanza al Gobierno que hiciera, sus acciones lo mostraban como alguien completamente distinto de los modos del matrimonio Kirchner. Hoy, en su equipo saben que esa situación cambió, porque el lugar de “peronista no kirchnerista” lo ocupó Sergio Massa.

Para cuando la pirotecnia de la derrota se aplaque, Scioli tiene planeado seguir con su construcción entre los gobernadores peronistas. Pero en ese grupo humano también hay ejemplares que buscarán hacerle la vida difícil. Las elecciones en el PJ nacional –y también en el bonaerense– están convocadas para el 15 de diciembre, aunque en el propio partido ya hay quienes aseguran que desde hoy mismo se dedicarán a trabajar para voltear esa fecha, que fue elegida por el propio Scioli.

“No hay ambiente para que nos pongamos a votar ahora”, admite un hombre que podría ponerse en la categoría de peronista histórico, que es el modo en que llaman a los sobrevivientes en la jerga interna. En el sciolismo ya admiten que su aspiración ahora es que esa normalización partidaria ocurra en marzo.

En la Casa Rosada, como siempre, tienen otra idea. El kirchnerismo duro aspira a que esa elección no ocurra nunca, ya que una victoria de Scioli –Massa dice que no le interesa dar esa pelea ahora– lo convertiría en el heredero indudable de Cristina Kirchner.

Anoche, acaso como un modo de esquivar la paternidad de la derrota, Scioli avisaba que “la que conduce es la Presidenta”. Los funcionarios más cercanos a Olivos se encargaron de hacer honor a esa frase hasta en los detalles más ridículos.

Martín Insaurralde, que encabezó la boleta bonaerense, se fue furioso -derroche de insultos incluido- porque no le dejaron hablar en el escenario del búnker. Su idea era profundizar su estilo sciolista, agradeciendo a sus votantes y felicitando a quien lo venció. No lo dejaron y se tuvo que conformar con darle paso a unas palabras del entrerriano Sergio Urribarri, como si fuera un movilero de TV.

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