Riquelme y las elecciones en los clubes, la gran barrera anti Sociedades Anónimas Deportivas

Riquelme y las elecciones en los clubes, la gran barrera anti Sociedades Anónimas Deportivas

Este domingo hubo votaciones en seis clubes, en tres hubo récord de votantes. La participación popular se presenta como el primer escollo al plan privatizador de Mauricio Macri y Javier Milei. 

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FEDERICO LAMAS

En las últimas semanas, en el fútbol argentino se revivió un viejo debate que en la mayoría de los clubes parece saldado, pero que -aun así- un grupo de dirigentes cercanos a la derecha tradicional y a la nueva derecha más reaccionaria quiere volver a impulsar. El proyecto de las Sociedades Anónimas Deportivas volvió a aparecer en el horizonte impulsadas por Mauricio Macri, revitalizado por Javier Milei y seguido de cerca por un par de empresarios. En este contexto, las elecciones de Boca Juniors permitían la posibilidad de coptar uno de los núcleos centrales para expandir la idea, pero el domingo tuvo un freno: Juan Román Riquelme.

 

El domingo, el fútbol argentino tuvo un dato significativo más allá de lo ocurrido en Boca. Hubo, por lo menos, seis clubes de Primera División o Primera Nacional que tuvieron elecciones. En cada una de ellas hubo una gran concurrencia mientras que, en dos de ellas, hubo récord de votantes. Las elecciones que tuvieron números históricos fueron en Boca -con victoria de Juan Román Riquelme-,  San Lorenzo -con victoria de Marcelo Moretti- y Colón de Santa Fe. En esos procesos eleccionarios hubo récord de votantes, mientras que en el club xeneize hubo más de 47 mil personas que efectuaron el sufragio, en el Ciclón se movilizaron más de 20 mil socios. También se votó en Tigre, Deportivo Morón y Nueva Chicago mostrando así la posibilidad -y las ganas- que tienen sus socios de elegir los caminos de las instituciones. 

El acto eleccionario se suma, de esta forma, al freno de los clubes a las Sociedades Anónimas Deportivas y al deseo de seguir como clubes que puedan tomar sus propias decisiones. En este punto, el triunfo de Riquelme sobre el poderío de Macri -que fue de respaldo a Andrés Ibarra- incluso se transformó en un acto político que tuvo desde cruces en la Justicia, como una masiva movilización en respaldo del ex enganche en plena Bombonera para poder llevar adelante la votación. También, a toda esta situación, se le sumó el aparato mediático que desplegó el expresidente de la Nación que tuvo más minutos de aire en canales deportivos, sumado a una campaña que incluyó a ex ídolos y también al propio presidente de la Nación, Milei, quien volvió a la Bombonera para ejercer su voto tiempo después de haber dicho, entre otras cosas, que "no era más hincha". 

Un viejo sueño macrista que vuelve

Macri hizo todo lo que estaba a su alcance para quedarse con la silla en Boca. Movió su aparato, unió fuerzas y movió -incluso- al presidente de la Nación para tratar de volver al lugar donde todo comenzó: Boca Juniors. Hace más de 20 años tomó el poder del club con el principal deseo de impulsar las Sociedades Anónimas Deportivas y hasta llegó a llevarlo al Comité de AFA. En 1998, Julio Humberto Grondona le había hecho creer a Macri que existía la posibilidad de modificar el estatuto de AFA para permitir el ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas. El dueño del anillo del “Todo pasa” tuvo una charla, le dijo que lo iba a apoyar, abrió el debate y lo presentó en Asamblea. Al momento de la votación 24 manos en alto optaron por el “NO”. Macri había caído en la trampa de su propio “killer” y ese deseo de tener SAD en Argentina se postergó, una y otra vez. Ahora, con Milei en el poder, aparece ese hueco y está decidido a llevarlo adelante. 

El último viernes, en una charla con periodistas, la diputada de La Libertad Avanza, Juliana Santillán sostuvo que próximamente el proyecto de las Sociedades Anónimas Deportivas se pondrá en discusión, ya sea a través de un proyecto Omnibus en el Congreso o a través de otro mecanismo. La frase de la legisladora apareció en la misma semana en la que hubo dos noticias que llamaron la atención en un país vecino. El Montevideo City Torque, club que depende del Manchester City, se fue a la segunda división de Uruguay luego de haber presentado con bombos y platillos un plan para "destronar" a Peñarol y Nacional. También, el ex jugador de River, Fernando Cavenaghi, vendió el club que era de su propiedad: Racing de Montevideo a un proyecto financiado por el Bayern Munich. De esta forma, ese mítico equipo uruguayo ahora tendrá capitales alemanes, ya que llegó la expansión de ambos clubes europeos. 

 

El plan de Macri, con una posible presidencia en Boca, era -desde ya- apuntalar el proyecto de Sociedades Anónimas Deportivas y seguir adelante con el "modelo inglés" que tanto pregona Milei. Bajo la falsa idea de que "un club puede elegir" o, incluso, con la falsa promesa de decir "vas a poder competir con los mejores del mundo", lo cierto es que el fútbol uruguayo muestra con un primer golpe de vista que la idea nunca es llegar a ser un competidor, sino una huerta de futbolistas y un reservorio para negocios. Cuando la "empresa" no da sus frutos, los capitales se van. 

De esta forma, la aparición de Riquelme y los récords de votantes en tres de las seis elecciones que se llevaron adelante este domingo es algo más que un dato sobre la realidad de un club, sino que se transformó en el primer desplante a un modelo de país. 

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