Las agroexportadoras coparon la ventanilla y declararon u$s 7000 millones en tres días. Los productores quedaron afuera y con bronca.
Por Francisco Aristi
Las agroexportadoras Bunge, LCD (Dreyfus), Cofco, Viterra, Cargill, Molinos, AGD, CHS, Amaggi, ACA y ADM se apropiaron de u$s 1400 millones que el Estado resignó con las "retenciones cero". Anotaron exportaciones sin tener la totalidad de los granos, completaron los u$s 7000 millones para que Toto Caputo contenga el dólar y excluyeron a los productores y acopiadores.
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Según registros oficiales citados por la Bolsa de Comercio de Rosario, en las 72 horas de las retenciones cero se declararon 19,5 millones de toneladas de soja, cebada, sorgo y aceite de girasol y de soja.
La Sociedad Rural Argentina (SRA) reaccionó con bronca. Los pequeños y medianos productores contaban con 30 días para decidir si aprovechar el beneficio, pero quedaron sin margen: “hasta nos bajaron el dólar de 1.500 que nos servía también”, se quejaron en voz baja.
Retenciones cero sin granos propios
Con las DJVE cargadas, las empresas liquidarán en el mercado libre de cambios los dólares de estas exportaciones sin pagar retenciones. Así, embolsaron unos u$s 100 por tonelada de soja declarada durante el breve período de vigencia del beneficio.
El mecanismo es simple: tendrán hasta mayo de 2026 para comprar los granos que aún no poseen y embarcarlos. Lo harán a productores y acopiadores, pero pagándoles con el descuento de retenciones vigente al momento de esa compra. En otras palabras, se apropiaron del 26% de rebaja que Caputo resignó de las arcas públicas.
Las grandes cerealeras —Bunge, Dreyfus, Cofco, Viterra (recientemente fusionada con Bunge) y Cargill— concentraron la mayor parte de las operaciones.
Las agroexportadoras aprovecharon el cupo de retenciones 0 de Javier Milei y Toto Caputo
“El exportador carga las DJVE sin tener el grano comprado. Es decir, vende sin retenciones y compra con precio de retenciones. Ahí está la ganancia”, explicó a Letra P Matías De Velazco, secretario de CRA. Desde la SRA, en tanto, advirtieron que no está claro si las agroexportadoras contaban efectivamente con los granos.
No fue su primer golpe de oportunidad. El lunes posterior a las elecciones bonaerenses, las cerealeras habían anotado envíos récord de soja porque las retenciones se calculaban con el tipo de cambio del día anterior. Así lograron una diferencia extra con el salto del dólar.
Sociedad Rural, sorpresa, furia e indignación
“Los agroexportadores son buitres, están para el negocio y fueron ágiles para quedarse con todo, mientras los productores comenzaban a sembrar y no tuvieron tiempo de nada”, dijo a este medio Tomás Layus, vicepresidente de la Sociedad Rural de Rosario. Y agregó: “Ahora el presidente Javier Milei debería bajar las retenciones a 10% y así licuar este negocio fantástico de las cerealeras”.
Otros dirigentes del agro hablaron de “vergüenza”, “desprolijidad” y “tomada de pelo” para describir el fin abrupto de la medida, que duró apenas 72 horas.
Viterra, fusionada con Bunge, se quedaron con gran parte del cupo de retenciones cero.
Incluso Nicolás Pino, presidente de la SRA y aliado clave de Milei en el sector, admitió su malestar: “El ánimo nos duró poquito. Nos llamó la atención que en 48 o 72 horas se cubra todo y volvamos a lo de antes”, dijo en diálogo con Radio Mitre.
Bronca de sojeros de Estados Unidos
La reacción no quedó solo en el ámbito local. Un comunicado de la Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) señaló: “Los productores otra vez afuera del negocio de la baja de retenciones”. Y alertó que, dado que las cerealeras no tienen aún los granos, deberán salir a comprarlos con una capacidad de pago muy superior a la reconocida en el mercado.
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores de Cereales, fue más tajante: “Es un escándalo lo que pasó. El lunes a las 16 se habían declarado ventas por apenas u$s 4180 millones, pero después de las declaraciones de Scott Bessent, que advirtió que Argentina no podía sostener esas exenciones porque deformaban el precio para los agricultores norteamericanos, ARCA cerró de inmediato las retenciones cero”.
Entre las grandes exportadoras nucleadas en CIARA-CEC, también hubo lugar para firmas medianas y pequeñas que aprovecharon la ventana: Tanoni exportará 56 toneladas de aceite de girasol; Legar SA, de Carlos Casares, anotó 52 toneladas; Primalink, especializada en mezclas para aves, también se benefició, al igual que Argensun (dueña de las marcas Pipas y Tía Maruca), Miska (Azul), EcoGranis (Salliqueló) y Gear (Rojas).
Las ventajas a las agroexportadoras no nacieron con Milei. Durante el gobierno de Alberto Fernández, el “dólar soja” de Sergio Massa también terminó favoreciendo principalmente a las grandes cerealeras.
Algo similar había ocurrido en 2007, cuando los exportadores se adelantaron a un aumento de retenciones y anotaron ventas antes de la oficialización. Ese episodio fue el prólogo de la guerra entre el kirchnerismo y “el campo” que marcó la política argentina durante más de una década.
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