¿Puede el Frente de Todos remontar el resultado en la provincia de Buenos Aires?

¿Puede el Frente de Todos remontar el resultado en la provincia de Buenos Aires?

Un caudal de supuestos indecisos, votos que cambian de destino, un "clima" diferente según detectan los intendentes, incertidumbre sobre el total de los votos de Manes, cuánto recibirán Espert y la izquierda, son algunos de los condimentos que explican que los encuestadores no se jueguen.

Por: Raúl Kollmann.

“Difícil, no imposible”. Con esa frase imprecisa, la mayoría de los consultores y encuestadores diagnostican las posibilidades del Frente de Todos de dar vuelta los resultados de las PASO en la provincia de Buenos Aires. Nadie arriesga un resultado, porque según los sondeos que terminaron esta semana, hay entre un ocho y un diez por ciento de ciudadanos que aún están indecisos, o que tal vez no quieren decir a quién van a votar. O afirman que votarán en blanco o que no concurrirán a votar y nadie sabe si eso es lo que harán. “La provincia de Buenos Aires está abierta”, concluyen. Es decir que dentro de un marco de paridad y teniendo en cuenta que Juntos ganó en septiembre por cuatro puntos y por lo tanto sigue siendo el favorito, el escenario es imprevisible. Los intendentes del Gran Buenos Aires del Frente tienen la sensación de que las cosas mejoraron y que mejoraron las chances, pero no saben si eso será suficiente para cambiar el resultado de las PASO.

Movimientos

Una de las incógnitas de la elección es si Juntos logra retener los votos que Facundo Manes logró en la interna opositora. La impresión de los consultores es que una parte emprendió la fuga, hacia la izquierda, hacia José Luis Espert o hacia el Frente. Son puntos de importancia.

El diagnóstico es que los libertarios de Espert harán una buena elección, superando al Frente de Izquierda (FdI) en el tercer lugar, pero todo indica que la izquierda hará una buena elección, como en las PASO.

Quien también le resta apoyos a la lista del macrismo es Cynthia Hotton. No hará una gran elección, pero son votos que tradicionalmente iban para el PRO.

Del otro lado, la alianza opositora suma votos, sobre todo por el efecto del triunfo en las PASO y porque las fuerzas conservadoras suelen mejorar su votación en la elección general. Tiene que ver con que sus adherentes son menos interesados en política y por lo tanto suelen faltar a las primarias. En una elección caliente como ésta, no estarán ausentes.

Clima

Por supuesto que la mayor fuente de votos para Juntos está en el malestar que producen los 10 puntos del producto bruto que se perdieron con la covid-19. Es muy difícil ganar una elección con semejante derrumbe mundial, un sabor amargo que han probado y siguen probando los oficialismos de todo el planeta. Además, están las características propias de esta crisis, en la que los gobiernos -en este caso el de Alberto Fernández- tuvieron que ordenar cierres y restricciones.

El segundo factor clave de la alianza macrista es el respaldo mediático, todos los días y a todas las horas. El bombardeo ha sido incesante, incluso en aspectos tan decisivos como la vacunación. El hostigamiento abarcó desde las cosas que el gobierno hizo bien hasta, obviamente, los errores del oficialismo, las polémicas internas o la cuestión de los precios. Pero eso sí, siempre escondiendo las dificultades surgidas de una catástrofe económica y una deuda que dejó el mismo macrismo.

Lo que juega a favor del Frente es que el clima cambió respecto de las PASO: casi no hay restricciones, existe una intensa reactivación de la economía y el consumo, volvieron las actividades sociales, los clubes, los bares, los restaurantes. Eso debería pesar en la elección.

Todos

Está claro para los consultores, y también para los intendentes, que el Frente hará una mejor elección en el Gran Buenos Aires, en especial en los distritos que integran la Tercera Sección Electoral: La Matanza, Quilmes, Florencio Varela, Avellaneda, Lomas de Zamora y otros muchos municipios. Las PASO del peronismo no tuvieron mucho interés porque no había listas enfrentadas como sí las hubo en Juntos: la interna Diego Santilli-Facundo Manes fue un incentivo para votar, pero no hubo una competencia paralela en el Frente. Esta vez los intendentes tienen una motivación que no había en septiembre: se eligen concejales y otros cargos municipales. A los mandatarios comunales les importa mucho retener el control de los consejos deliberantes de su distrito. Esta vez hubo más casa a casa y un operativo electoral de mayor eficiencia.

Más pareja está la elección en la Primera Sección electoral, en que se mezclan distritos en que hay alto poder adquisitivo -Vicente López, San Isidro, Pilar- con otros más populosos -Morón, San Martín, Merlo, José C Paz, Tres de Febrero- y los municipios que son una combinación de countries y barrios humildes como Tigre o Escobar, incluyendo polos industrializados más alejados como Campana. Los consultores coinciden en que el Frente podría imponerse por un escaso margen en esa Primera Sección.

El resultado de la elección bonaerense estará entonces en ver si la ventaja que saca el peronismo en esas dos secciones compensa o supera la diferencia que Juntos saca en el interior provincial y ciudades en las que hace mucho que no gana el peronismo: La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. Dos tercios de los votantes están en el Gran Buenos Aires, o sea que la llave del desenlace va a estar allí.

Encuestas

En situaciones de paridad como la actual, los propios encuestadores afirman que los sondeos no son un instrumento adecuado para definir un ganador: el margen de error hace imposible dar un diagnóstico categórico.

 

Eso hizo que muy pocos profesionales hayan publicado encuestas en esta elección. Hubo una pifiada muy seria en las PASO, con la curiosidad que hasta los consultores de Juntos pronosticaban que ganaba el FdT. Y esa reticencia a adelantar un resultado tiene su centro en el distrito bonaerense: equivocarse en la provincia que reúne al 40 por ciento del electorado argentino, es equivocarse en el corazón de la elección. 

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