La polarización en la fragmentación

La polarización en la fragmentación

Serán 17 pre candidatos a intendente por 11 fuerzas políticas. La crisis de las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias. El pragmatismo por sobre las ideologías. La “política” sigue mirando su propio ombligo.

Si la “política” tiene algo apasionante es que no respeta ni siquiera sus propios tiempos y procesos, es indescifrable (e incomprensible). Lo preocupante de la “política” es que últimamente no está siendo la herramienta transformadora que supone ser y por momentos solo parece ser un espacio de discusión entre “algunos” que dicen representar a “otros” (incomprensiblemente).

En nuestra ciudad habrá 17 pre candidatos a intendente por 11 fuerzas políticas. En otros palabras, las elecciones Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias poco tienen que ver con la construcción política buscada por los distintos espacios electorales. Se buscan “lideres” en una instancia en donde deben encontrarse consensos en torno a programas de gobierno que permitan la construcción de espacios.

El sistema de partidos políticos, elementos indispensables para el sistema democrático consagrados constitucionalmente, hizo agua frente a los personalismos desmedidos (o mal medidos).

Resulta agresivo cuestionar la motivaciones que llevaron a los dirigentes a tomar determinadas decisiones. Es preferible atenerse a los hechos y sacar conclusiones en base a ellos. Por momentos es absurdo el obstinamiento de algunos sectores por criticar la “falta de consensos” en pos de derrotar a otro.

La conformación de coaliciones o frentes electorales debe presentar bases sólidas, un acuerdo programático y una coherencia ideológica, inclusive si esa coherencia es solo el pragmatismo electoral. Esto es parte de lo que recomiendan cientos de autores al momento de construir este tipo de alternativas electorales y es lo que la realidad indica si tomamos como ejemplo la experiencia en otros países.

Pero ya es hora hacer foco en lo que nos encontraremos en el cuarto oscuro. Curiosamente afrontaremos una elección “polarizada” signada por una marcada “atomización” partidaria. Repetimos, no es la intención de esta nota cuestionar las decisiones de los distintos espacios.

En esta nota intentaremos analizar a los protagonistas de esta supuesta polarización: “Frente Marplatense” y “Cambiemos”.

Hace un par de semanas la primaria del Frente para la Victoria, devenido en “Frente Marplatense” a propuesta de Pulti, resultaba ser una de las más atractivas.

El “dedo” presidencial demostró la necesidad o conveniencia de que exista un solo candidato, solo la negativa de Randazzo obligó a un cambio de planes en la provincia de Bs. As.

Cuando todos esperábamos que las diferencias entre los que dicen representar al “proyecto nacional y popular” se diriman en una elección, solo la candidatura de Gustavo Pulti fue capaz de pasar por el tamiz “kirchnerista”.

Esto generó muchos enojos, algunas frustraciones y muchas contradicciones. En este caso, la presentación de más de una lista hubiera permitido resolver esas diferencias y garantizar la participación de todos los sectores que se encuentran cotenidos por el “proyecto”. Otra vez será.

Más allá de las frustraciones, solo Fernando Alí decidió desmarcarse de la estrategia oficial y presentó su candidatura de la mano de un partido vecinal denominado “Mirada Amplia Regional”. Ya sin Jorgelina Porta, el hombre del PAMI prefirió no ser parte del “Frente Marplatense”: ¿Diferencias insalvables o solo jugada para mejorar su posición de cara a alguna negociación?

Pulti logró lo que parecía imposible: alinear al Frente para la Victoria sin resignar completamente la lista de concejales. Al menos logró mantener 2 hombres de su confianza en los primeros tres lugares. Aquí no hubo un Zannini que rompiera el molde.

La falta de reacción de algunos sectores kirchneristas llamó la atención de propios y ajenos. Solo el tiempo dirá si la confrontación hubiera sido “productiva” para el sector. El kirchnerismo tiene la facilidad de saber alinearse tras el caballo ganador: ¿Será Pulti capaz de mostrarse o convertirse en un líder capaz de aglutinar al kirchnerismo local? ¿Desidia u obediencia?.

El caso de “Cambiemos”, el espacio conformado en nuestra ciudad por el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y Agrupación Atlántica, es muy distinto. Aquí habrá más de una opción a nivel local para que el electorado seducido mayoritariamente por la propuesta de Mauricio Macri elija el candidato a la intendencia.

Por un lado estará Vilma Baragiola acompañada por una lista de concejales de pura cepa radical. En el otro rincón nos encontramos a Carlos Arroyo con su estructura vecinal secundándolo. Si hay algo que se puede decir de “Cambiemos” es que para las primarias locales logró conformar una propuesta interesante en términos cuantitativos (pochoclera), pero endeble en términos cualitativos (ideológicos).

Es esperable que se conformen coaliciones, claramente el sistema electoral las alienta, pero los “acuerdos electorales” brillan por su ausencia. Un par de reuniones, muchas idas y vueltas, algunas fotos, exclusividades que no eran tales y supuestas coincidencias que esconden disidencias, marcaron el pulso del nacimiento de “cambiemos”.

A primera impresión, la principal (única) coincidencia es “ganarle a Pulti” construyendo en torno a la disidencia. Las disidencias internas surgirán cuando cada partido presente su propuesta de gobierno (¿?), y será ese el momento en donde muchos confirmarán si el “paraguas macrista” es suficiente para contener a todo el espacio.

Resumiendo, es una alianza que resulta ser una amenaza real a las aspiraciones reelecionistas de Gustavo Pulti. El ganador de esta contienda jugará un “mano a mano” con el intendente. El punto débil es la “a priori” cuestionable capacidad de los actores de contener los votos de su contrincante en la primaria: ¿podrá Baragiola seducir el electorado identificado por Arroyo? ¿podrá Arroyo ser atractivo para el votante radical?.

Aún nos restan abordar 14 pre candidaturas correspondientes a 9 fuerzas electorales. La polarización en la atomización. El fracaso de las Primarias Abiertas Simultaneas Obligatorias. La crisis de los partidos políticos. La conveniencia por sobre la ideología. Muchos temas para tratar en poco más de un mes.

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