El oficialismo relativiza las derrotas provinciales y descarta que vayan a tener impacto nacional: “Son películas distintas”

El oficialismo relativiza las derrotas provinciales y descarta que vayan a tener impacto nacional: “Son películas distintas”

En Unión por la Patria advierten que la última elección perdida por Capitanich en Chaco no marca el anticipo de una caída de Massa ni una ola opositora. El factor Milei y la expresión de la insatisfacción social

Por Joaquín Múgica Díaz

La dura derrota que Jorge “Coqui” Capitanich sufrió en Chaco el último domingo parece no haber descolocado al peronismo, donde está instalada la creencia de que las elecciones provinciales y la nacional son “dos películas distintas”. Realidades diferentes en contextos particulares, motivo por el que creen que no es un síntoma de cambio de era a nivel nacional.

“En las PASO nacionales en Chaco ganó Massa, salió segundo Milei y Bullrich quedó tercera. El domingo ganó el candidato de Juntos por el Cambio en la provincia. La insatisfacción se expresa de maneras distintas y por canales diferentes”, analizó un funcionario kirchnerista que tiene el termómetro del día a día de la campaña.

En el oficialismo están convencidos que no hay una relación directa entre los resultados de las elecciones provinciales y lo que vaya a suceder en las elecciones generales del 22 de octubre. Entienden que el desdoblamiento que ejecutaron la gran mayoría de los gobernadores le permitió al electorado expresar su rechazo o su respaldo sin que tenga consecuencias en la elección presidencial.

Una muestra de eso es el triunfo del peronismo en Chaco durante las Primarias y la caída de Capitanich 48 horas atrás. Los dos boletas tenían el sello de Unión por la Patria (UP). Al final del camino, es el peronismo en diferentes versiones y sus candidatos con distintas responsabilidades. Todo en una misma boleta. El electorado es el mismo, pero la elección de esas personas es diferente.

Ese argumento le permite al oficialismo pensar que no se está generando una ola de triunfos de Juntos por el Cambio que eleve la candidatura de Patricia Bullrich, sino que son victorias aisladas que, si bien están encadenadas, no tienen como resultado final un triunfo (o un eventual segundo lugar) de la ex ministra de Seguridad en las próximas elecciones.

“No hay que confundirse. La ola de cambio la tuvimos en las PASO cuando apareció Milei en la cancha con 30 puntos”, sostuvo un importante dirigente social. En el peronismo tienen en claro que la mayoría de la sociedad votó un cambio de gobierno y que hay un agotamiento con la gestión que aún persiste en el poder. Pero la posibilidad de forzar un balotaje con el líder libertario les permite considerar que existen posibilidades de ganar. El candidato libertario y sus ideas dejan abierto el juego hasta el final.

Además, creen que si bien Bullrich puede capitalizar el triunfo de su candidato en Chaco y la probable victoria de Alfredo Cornejo en Mendoza el domingo que viene, no se moverá demasiado en las proyecciones electorales que detallan las encuestas, donde aparece ubicada en el tercer lugar, a una importante distancia de Massa.

¿El motivo? Siempre el mismo. No hay conexión directa entre la fuerza política y el candidato que gana la elección provincial, con el desempeño que pueda tener la ex ministra de Cambiemos. Las dificultades para contener el voto blando de la coalición opositora y la captura del discurso de cambio duro que hizo Milei, es la que la lleva a Bullrich, según analizan distintos consultores, a ocupar ese tercer lugar que flota en el aire.

Patricia Bullrich con gobernadores electos y líderes jóvenes de Juntos por el Cambio

Otro de los argumentos que utilizan en UP para asegurar que no será lineal el comportamiento de la gente, es el fenómeno electoral que expresó Javier Milei en las PASO. El diputado libertario ganó en la mayoría de las provincias argentinas y quedó primero a nivel general. Sin embargo, a sus candidatos locales les fue muy mal. Ni siquiera fueron competitivos.

Ese fenómeno de votos del líder de La Libertad Avanza (LLA) provoca un escenario particular de cara a las elecciones generales, que lleva al peronismo a pensar que el 22 de octubre se jugará un partido único e irrepetible, que no estará influenciado por los resultados provinciales.

En gran medida Massa polariza con el libertario porque apuesta a llegar al balotaje y convertirse en el mal menor para muchos votantes que ven en Milei un límite. Una estrategia que se divisa con facilidad aún cuando restan dos meses para la eventual segunda vuelta.

“Siempre es mejor ganar. Pero ha quedado demostrado que la elección nacional va por otro camino. Ahora hay que acomodar el cuerpo y seguir hacia adelante en la campaña”, sostuvo un dirigente de peso en la estructura electoral del ministro de Economía. En el búnker de UP evitan detenerse en las derrotas provinciales. Es como si quedaran ancladas en el pasado reciente sin tener trascendencia en el tiempo.

Disimulados o no, el peronismo va recibiendo diferentes golpes en el camino hacia las elecciones generales. El 12,4% de inflación fue el más duro de todos, porque desde hace 30 años que no había un registro tan alto en el índice del precios al consumidor. La devaluación del 22% sobre el dólar oficial fue otra cachetada seca que provocó una disparada de los valores. Aún así, sigue en pie y con capacidad de competir hasta el minuto final.

Jorge Capitanich perdió la pelea por su reelección. El peronismo gobernaba la provincia desde hace 16 años

A ese panorama se le suma que el oficialismo no gana en una elección provincial desde el 25 de junio. Desde aquel día hasta al fecha perdió en Córdoba, San Juan, Chubut, Santa Cruz, Santa Fe y Chaco. Le quedan cinco elecciones por delante: Mendoza, Buenos Aires, CABA, Catamarca y Entre Ríos. En tres tiene grandes chances de perder. La foto federal es poco alentadora.

Juntos por el Cambio ya tiene siete gobernaciones y puede sumar tres más. En el 2015, cuando fue gobierno, controlaba cinco distritos. El cambio en el mapa es evidente. Aún así en las entrañas peronistas descartan que los resultados de esas elecciones terminen impactando en los comicios nacionales.

“Antes de las PASO nos costaba creer que Milei podía ser competitivo porque le iba mal en todas las provincias. Y todo cambió el 13 de agosto. Es imposible descifrar lo que va a pasar en octubre”, se sinceró un intendente del interior bonaerense, que no niega que hay una clara regresión en el volumen electoral del peronismo en las provincias como parte de un profundo desgaste en varias gestiones locales. Su mirada es una verdad irrefutable en todos los rincones de Unión por la Patria.

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