En medio del ruido político, la pobreza reapareció en el temario como chicana y sin asumir responsabilidades

En medio del ruido político, la pobreza reapareció en el temario como chicana y sin asumir responsabilidades

La difusión de un nuevo relevamiento generó lecturas cruzadas. CFK buscó despegarse y apuntó a Macri y Milei. El Presidente habló de la “herencia de la casta”. El problema de fondo es que se mantiene la tendencia de deterioro social y se afirma la pobreza estructural

Por Eduardo Aulicino

El drama de la pobreza reapareció de golpe esta semana en el temario público, duró poco y dejó apenas unas chicanas. Todo en velocidad. Cristina Fernández de Kirchner intentó exculparse de este largo proceso de deterioro social, que es parte de su mochila, y Javier Milei tomó nota para apuntar a la “herencia del modelo de la casta”. Después, para cuestionar el informe que acaba de difundir la UCA y que, por supuesto, tiene costados discutibles. El problema de fondo es que, en medio del ruido político, el tema quedó otra vez en la banquina como una cuestión menos que secundaria, quizá hasta la difusión de otro dato estadístico, privado u oficial.

 

El trabajo del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la UCA, fue impactante por los números y por el hecho de mostrar una evaluación mensual casi a la misma altura que las mediciones de procesos, basadas generalmente en comparativos entre iguales semestres. De todos modos, y más allá de los porcentajes concretos, el relevamiento va en línea con el sentido común y con la realidad que traducen señales como la evolución acelerada de precios -el IPC y las canastas básicas- y la pérdida de ingresos.

La UCA señaló que la pobreza habría rozado el 50% en diciembre último y trepado al 57 en enero. Es decir, en la lectura política, el final de la gestión peronista/kirchnerista y el arranque del gobierno libertario, en los dos casos como expresión social. La escalada es considerada por otros estudios, aunque con porcentajes alejados de tales picos.

El Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó que la pobreza en la Argentina habría llegado en enero al 57,4% de la población argentina

En cualquier caso, la peor respuesta política suele atarse a lecturas parciales sobre el fragmento que podría ser algo conveniente o de menor carga propia. Y en este paño, se destacó la ex presidente, con una increíble lectura del gráfico, publicado con el informe referido, que muestra un camino de coincidencias y divergencias notables entre las cifras del INDEC y las de su Observatorio Social. Se ven a simple vista, a pesar de todo, algunos datos fuertes, como el piso creciente de pobreza estructural que supone esa línea y el vacío estadístico impuesto en el final de su segunda presidencia.

CFK descarga las responsabilidades en el período de Mauricio Macri y en lo que va de Milei. En tren de simplificar a modo de consigna, se trataría sólo de la deuda con el FMI y el ajuste. En el medio quedan los cuatro años compartidos con Alberto Fernández, como vicepresidente y, más aún, como principal factor de poder en la interna. Apenas dice que el anterior gobierno “no pudo o no supo” cortar el “condicionamiento” de la herencia macrista.

Es notable, en todo sentido, lo escrito por CFK. En especial, porque el agravamiento del cuadro social era visible y sostenido. La expectativa de un proceso a la baja de la pobreza y la indigencia -después de los picos de la enorme cuarentena por la pandemia- se había agotado rápidamente y ya la segunda parte del 2022 marcaba una trepada que se agravó con el correr del 2023.

Todo el texto de la ex presidente está destinado a rechazar, de hecho, los cuestionamientos a las experiencias del kirchnerismo en el poder. Y lo más llamativo es que reproduce el gráfico referido, a partir del 2004, es decir, luego del pico producido por la tragedia de 2001. Esas estadísticas muestran -aún con las divergencias de la UCA y el INDEC en varios tramos- que la pobreza volvió a crecer en la segunda presidencia de CFK, aumentó con Macri y se agravó con Alberto Fernández.

Javier Milei apuntó a la "herencia de la casta" por los niveles de pobreza

En el caso del cierre de la ex presidente -el segundo semestre de 2015- los datos corresponden a trabajos no oficiales, porque directamente se dejaron de difundir relevamientos de pobreza en la etapa más oscura del INDEC, con explicaciones insólitas como evitar una estigmatización social. La sucesión es esta: CFK deja 30% de pobreza, Macri registra 35,5% y la última gestión peronista/kirchnerista termina con estimaciones que van del 45 al 49,5%. El informe oficial será difundido el mes que viene.

Más allá de los cruces políticos, y de la discusión sobre los tipos de mediciones -en este caso, por ingresos-, es claro el efecto de la crisis en continuado y sobre todo un par de datos. El primero: la pobreza no bajó nunca del 25% en los últimos veinte años. Y el segundo: desde 2018 se ubica sobre el 30%. Eso significa además que el núcleo duro creció y se afirmó de manera significativa.

Ese está lejos de ser el foco de la discusión política en estos días. El kirchnerismo salió a explotar el informe de la UCA y el oficialismo puso la mirada crítica sobre la calidad del relevamiento -Milei sugirió un dibujo- y el momento político. Esto último, se supone que porque ocurrió a pocos días de la audiencia concedida por el Papa Francisco al Presidente.

La visita terminó llamando la atención por el nivel de cordialidad y los tiempos del encuentro. Fue difundida por el Vaticano una decena de fotos cargadas de sonrisas y gestos distendidos. Y la reunión a solas se extendió algo más de una hora. La versión presidencial buscó exponer casi un respaldo a la línea económica del Gobierno. Después, sin entrar en zona de conflicto, fue destacado en medios de la Iglesia que el Papa colocó el acento en la atención de los sectores más vulnerables, es decir y en todo caso, un ajuste equitativo.

Vuelta a los números. Existen otras estimaciones sobre las cifras de pobreza en el final del gobierno anterior y el inicio de esta gestión. Apuntan a un segundo semestre del 2023 más cerca de los 45 ó 46 puntos porcentuales que de los 50. Y proyectan un salto en enero, pero también en escala bastante menor a los 57 puntos que anota el documento del observatorio de la UCA.

En cualquier caso, la tendencia es alarmante. Cargas pasadas, combinación de arrastre y decisiones propias. Nadie puede mirar el tema como ajeno.

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