Francisco Jueguen

Para el Ministerio de Economía puede ser un paréntesis en la tormenta económica. La leve desaceleración –en niveles aún muy elevados– que el índice de precios porteño marcó en mayo iría de la mano, cuentan fuentes del Palacio de Hacienda, con los cálculos que realizó la Secretearía de Programación Económica que dirige Gabriel Rubinstein. La otra novedad que podría aportar algo de alivio al Gobierno es alguna señal del Fondo Monetario Internacional (FMI) mañana, en su habitual conferencia quincenal de los jueves, referida al programa argentino.

En cuanto a la inflación, pese a las proyecciones cercanas al 9% de las consultoras privadas, cerca de Sergio Massa se ilusionan con una tregua aunque, cautelosos, esperarán a que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difunda el miércoles que viene el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

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La dirección estadística de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires marcó para mayo un avance de la inflación de 7,5%. En abril había sido de 7,8%. En tanto, el último IPC Nacional, de abril, había sido de 8,4%. En Economía se ilusionan con un retroceso similar al registrado en la ciudad, aunque son precavidos. En los últimos meses, las proyecciones de Rubinstein estuvieron por debajo del número final difundido por el instituto estadístico.

Ya en China, el equipo económico había señalado que la intervención sobre los dólares financieros en medio de la corrida había tenido un impacto en la contención de la suba de los precios. Esa premisa oficial, sin embargo, no tuvo eco por el momento en los relevamientos privados, que incluso superan el 9% para el mes.

En el brindis que se realizó en el Palacio de Hacienda por el Día del Periodista, un funcionario incluso afirmó que los alimentos en los supermercados habían aumentado 0% en los primeros días de este mes. El hombre del equipo de Massa señaló que los fuertes aumentos se dieron en “productos sin códigos de barras” en los últimos meses, refiriéndose –como ejemplos notorios– a la carne vacuna, el pollo y los huevos, entre otros.

La comitiva que viajó al lejano oriente encontraba el origen de la inflación en la “emisión descontrolada” que se registró desde 2020. En ese año, el de la pandemia, se emitieron 7 puntos del PBI, calcularon. Fuentes oficiales dijeron que entonces Massa le habría sugerido a Martín Guzmán lograr financiamiento fresco por US$8000 millones de la renegociación de la deuda, pero que Guzmán habría tildado esa opción de “anti patria”. En 2021 y 2022 se siguió imprimiendo billetes sobre la base que dejó el IFE y la ATP, dijeron.

En ese sentido, en el Ministerio de Economía indicaron que sería importante, “como señal”, el test de deuda en pesos que tendrán el lunes, cuando “podrán despejar el 50% del financiamiento para el resto del año”.

Expectativas por lo que diga el Fondo

Por otro lado, se espera que el Fondo Monetario Internacional (FMI) comience a dar mañana, en su tradicional conferencia de prensa, pistas sobre el cronograma de trabajo en el recálculo del programa de deuda con la Argentina. En Economía siguen, por ahora, con reuniones virtuales y sin definiciones sobre viajes a Washington en una negociación que parece comenzar a dilatarse. En el Palacio de Hacienda indicaron que, incluso, se baraja como posibilidad un anticipo del pago de deuda de fin de mes. Aunque no fue confirmado, sería una muestra de voluntad de pago en caso de que las negociaciones se extiendan más allá del 20 de junio.

Ese cronograma de trabajo, contaron, fue uno de los temas que el presidente Alberto Fernández habría tratado con Massa. A eso se sumaron los resultados del viaje por China, las medidas de “alivio fiscal” (actualización de ganancias para el aguinaldo y monotributo) y posibles anuncios para el sector automotor relacionados con beneficios atados a las exportaciones incrementales. Son incentivos que ya están en funcionamiento.