María Eugenia Vidal, de la sombra de Michetti a verdugo de barones

La gobernadora electa de la Provincia comenzó como pasante en la ANSeS. Se ganó la confianza de Macri y llegó al cargo más caliente de la política argentina: conducir el destino bonaerense. 

Cuando su hijo era apenas un bebé, dos mujeres la encañonaron para llevárselo. Instintiva, ella se tiró sobre el cochecito y gritó desesperada para evitar que se lo llevaran. El momento más tenso de su vida terminó con las dos delincuentes huyendo, y el instinto maternal a flor de piel. Ese gesto primitivo denotó algo que quizá Mauricio Macri vio en ella para designarla como candidata: "Elegí a una mujer joven, madre, profesional, con la sensibilidad y la pasión que demostró María Eugenia". Vidal nunca imaginó que iba a terminar al frente de la Provincia de Buenos Aires. Sus rivales y los medios tampoco. Así, en años, pasó de ser la sombra de Gabriela Michetti a verdugo de los temidos barones del conurbano.

La gobernadora bonaerense electa que derrotó a Aníbal Fernández apareció en el momento en que Macri no tenía a nadie para poner en la Provincia. Años atrás otra mujer, Gabriela Michetti, lo había desairado cuando le pidió la mudanza. Al momento de postularla, todos creían que el Frente para la Victoria tenía la elección ganada. Un todo terreno del conurbano como Aníbal F., frente a una ignota mujer de un partido con poca tradición territorial.

El jefe de Gabinete estaba tan confiado en su triunfo que contaba los días. "En tres semanas soy gobernador", comentaba y en televisión hasta se animaba a apostar "lechoncitos" al aire porque creía que su triunfo era un hecho: "Of course que le gano a Vidal", reía. 

Del lado amarillo de la política, uno de los mejores amigos de Macri apostaba lo contrario. Su confianza en el triunfo de Vidal era tal que, el día que se inauguró la sede del Gobierno porteño allá por abril, en una pizzería de Parque Patricios apostaba ante un grupo de periodistas: "María Eugenia va a ser gobernadora, si pierde les pago un almuerzo por semana a todos donde elijan"

Perdió Aníbal y la performance de Vidal sacudió a las filas kirchneristas y, admiten en el PRO, a muchos de ellos que creían que era un sueño imposible. ¿Síntoma del vaticinio? Parte de los kirchneristas y camporistas que no tendrían lugar en la Nación, con Daniel Scioli, se anotaban en la provincia para seguir con cargos públicos. En contrapartida, aún hoy Vidal está buscando gente para conducir un fierro caliente como el bonaerense.

La irrupción de "María Eugenia" -como simplifican en su partido- comenzó con caminatas cortas, de pocas personas, y timbreos ajenos a los medios. "Conurbanizó" un poco su look y también su discurso."Me siento muy cerca de los ideales de Perón y Evita", llegó a decir en campaña, forzando aún más los difusos límites de PRO.

 

 

Vidal desembarcó con un perfil delineado desde PRO como una "típica mujer de clase media". Vive en Castelar, tiene 42 años, está casada con Ramiro Tagliaferro, concejal de Morón y ahora intendente electo. Tiene tres hijos: Camila, María José y Pedro, el bebito que corrió peligro cuando tenía una semana de nacido.Comenzó su carrera como funcionaria pública con una pasantía en la ANSeS para terminar al frente del distrito electoral más grande del país.

Pero hay dos datos que no pegan, sin embargo, con este retrato que el equipo de marketing de PRO viene puliendo: estudió Ciencia Política en la Universidad Católica Argentina y veranea en Pinamar.

Su carrera política, cuentan en el PRO, fue a base de trabajar continuo. Dirigió los equipos técnicos en política social de la Fundación Grupo Sophia. Sus primeros pasos en la función pública porteña fueron, en 2003, en la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura como directora. En 2007 fue electa legisladora y, al año siguiente, la designaron ministra de Desarrollo Social. Poco a poco, fue ganándose la confianza de Mauricio Macri en la danza de internas de PRO. Ni Michetti, por entonces delfín de Macri, imaginaba lo que se vendría. 

Su próximo paso le significó mucha más exposición pública. Cuando Macri tuvo que renovar su mandato, no optó por su primera vicejefa de Gobierno porteña, Gabriela Michetti, sino por Vidal: fue su compañera de la fórmula ganadora en 2011.

Como Scioli, Vidal también hace gala de su vocación de trabajo: "Yo soy la primera que llega y la última que se va, y quiero que la gente que trabaja conmigo haga lo mismo", suele transmitirles a los que ingresan a su equipo.

La confianza de Macri llegó por un estudio sobre el área de desarrollo social de la Ciudad: "El día que le presentamos los resultados, me preguntó si yo era capaz de implementar esas políticas. Me quedé sorprendida y decidí involucrarme en los equipos técnicos de Compromiso por el Cambio", cuenta Vidal. Cuando el líder de PRO no tenía a quién poner para el distrito que hoy gobierna Daniel Scioli, Vidal apareció como una tímida candidata en tierra de barones. Como ministra, había mantenido fuera de los medios y tema sensible para los prejuicios que genera el PRO: el área social.

Su llegada a la candidatura bonaerense vino con barro político. La unidad que hoy muestra el PRO, de cara al balotaje, no era tal cuando se disputaron las PASO en la Ciudad entre Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta. En esa pelea, Vidal fue uno de los grandes apoyos del "Pelado" para ganar. "El que le abre la puerta a María Eugenia es Horacio", cuenta una de las personas que participa del partido de Macri desde hace una década. Pero hoy Vidal trascendió ese padrinazgo.

En el ámbito privado, Vidal agradece el rol de su madre: es quien cuida a sus chicos ante la apretada agenda, que puede extenderse a jornadas de más de 15 horas fuera de su casa. Las figuras femeninas son fuertes en su hogar: tiene el recuerdo de su abuela, "a quien Evita le dio derechos", según contó en un encuentro de Mujeres PRO en Lanús hace tres meses.

El manejo de su exposición público será de ahora en más otro desafío. Sin el carisma de Michetti, Macri la eligió en el arranque de su segundo mandato porteño como una de las voceras para temas sensibles. Aprendió. El domingo fue la voz más importante al micrófono en el búnker de Cambiemos, luego de la de Mauricio Macri.

En su vida más íntima, disfruta de leer y mirar películas. Tuitea ella misma los fines de semana. Y hace gala de la vida en familia.

Según sus asesores, los sueldos docentes y la educación estarán entre las prioridades de las primeras medidas que tomará como gobernadora. La compleja infraestructura de La Plata, siempre afectada por las inundaciones, también será prioridad. Promesas que deberá cumplir para arrancar el enorme desafío bonaerense. 

Como vicejefa de Gobierno impulsó la Ley de Celiaquía, kioskos y estaciones saludables y llevó a cabo programas de empleo joven.También atravesó el desalojo y la represión en el Borda, el complejo traspaso del subte y las inundaciones en la Capital.

Vidal se suma además, con su victoria sobre Aníbal Fernández, a un récord sin precedentes en elecciones provinciales: a partir del 10 de diciembre serán cinco gobernadoras mujeres(junto a Alicia Kirchner en Santa Cruz, Lucía Corpacci en Catamarca, Rosana Bertone en Tierra del Fuego y Claudia Abdala de Zamora en Santiago del Estero). Ella es la primera en la historia bonarense.

Cuando Daniel Scioli le entregue la conducción, enfrentará el momento más importante de su vida: controlar el distrito más indomable del país. ¿Estará preparada?

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