El kirchnerismo se juega a mantener vivo el proyecto de la re-reelección

El kirchnerismo se juega a mantener vivo el proyecto de la re-reelección
Por Martín Bravo

El oficialismo intentará retrasar al máximo el debate por la sucesión de Cristina para evitar la pérdida de poder.

Los afiches firmados por la consultora de Enrique Pepe Albistur preanunciaron que la consigna ya instalada por el kirchnerismo se potenciará en este año electoral y será uno de los ejes, acaso el principal, de las campañas que comenzarán a insinuarse en este verano. El Gobierno necesita mantener la expectativa de una Cristina “eterna”, al menos para postergar lo máximo posible la batalla por la sucesión presidencial . Para alcanzar los dos tercios en Diputados y quedar cerca en el Senado, lo que lo dejaría a un paso de la reforma constitucional, tendría que repetir el apabullante resultado de 2011 , aunque en política la matemática puede no ser exacta y el oficialismo apuesta a que con un triunfo, aun más acotado y sin que le permita acceder a los números que busca en el Congreso, perdure el objetivo reeleccionista.

Con las encuestas que marcan un pronunciado descenso en la consideración de Cristina Kirchner y su Gobierno en relación con el último turno electoral, la foto actual se revela más cercana a la derrota de 2009 que a la victoria por paliza de 2011 . Aquella vez, el oficialismo acumuló caídas en los principales distritos y promedió poco más que 30 puntos en todo el país, un sonoro golpe que de algún modo implica ahora un alivio para el Frente para la Victoria: renovará los diputados de esa elección, por lo que con repetir ese resultado conservará los legisladores actuales y la mayoría –con aliados- en esa Cámara . Para orillar los dos tercios (tendría que sumar unos 35) debería superar otra vez el 50%, algo impensado en una legislativa y con la adhesión en baja . Ni los kirchneristas más optimistas lo imaginan, aunque encuentran el modo de presentar un panorama favorable. “Nuestro piso es el 2009 y el techo, el 2011. Falta mucho pero con un término medio, cerca del 40%, nos alcanza. Si la oposición se queda en 20%, Cristina sigue por encima de cualquiera”, se mostró confiado, y expectante por un repunte de la economía, un diputado oficialista. En ese hipotético escenario quedaría latente acceder al número para la reforma no con la elección sino con pases posteriores, una mirada con la que coinciden algunos opositores. “Si ganan por varios puntos y no asoma una alternativa fuerte, los dos tercios llegan solos. ¿En qué lista entró (Alberto) Roberti?”, dijo a este diario un peronista disidente en referencia al ex diputado denarvaísta que ingresó en la última elección detrás del radical Miguel Bazze y de Graciela Ocaña, y acaba de pegar el portazo con destino incierto. En el Senado el oficialismo ni siquiera lograría los dos tercios con una elección como la de 2011: los mandatos duran seis años y renovarán los que ingresaron en 2007, por lo que le será más difícil sumar, aunque apuntará a acercarse del mismo modo .

Por el momento, a poco más de siete meses de las primarias, los fogoneos de la re-re aparecen -como en el caso de Julio De Vido, hace dos semanas- más para contener desbordes y disputas de sucesión prematuras ante tropiezos del Gobierno que como manifestaciones de posibilidades reales. El panorama electoral le resulta otra vez desfavorable en los principales distritos –Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza- e incierto en Buenos Aires, sin candidato definido y con el peronismo más activo. “Con o sin reelección, vamos a trabajar para asegurar el proyecto de país que encabeza la Presidenta”, dejó esta vez el escenario abierto la diputada Diana Conti, primera promotora de una “Cristina eterna” . Consultada sobre la caída de imagen del Gobierno, apuntó: “Encuestadores que no son afines dicen que la adhesión es superior al 2009, y la coyuntura es cambiante y hay tiempo para repuntar”.

Para procurar remontar el panorama adverso ya se insinúan estrategias electorales -como el pedido a las provincias de unificar los comicios- y en los próximos meses se potenciará el uso de recursos del Estado para juntar votos. El Presupuesto de este año prevé casi $4.600 millones para obra pública, $753 millones para publicidad oficial –más otras partidas que suman miles de millones en ministerios, dependencias y Télam- y $1.200 millones para el Fútbol para Todos, cifras que a su vez podrá ampliar con las facultades discrecionales del Ejecutivo, por decreto, como en los últimos años.

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