Kicillof respaldó a la CGT: “El punto de partida para ponerle freno a Milei es el movimiento obrero”

Kicillof respaldó a la CGT: “El punto de partida para ponerle freno a Milei es el movimiento obrero”

El gobernador se reunió con las principales centrales sindicales del país y acusó al Gobierno nacional de atacar al empleo, los salarios y el sistema productivo.

Durante la jornada que celebraba el Día del Trabajador, el gobernador Axel Kicillof se reunió con los principales referentes sindicales del país en la sede de la CGT, en la sede de calle Azopardo 802. En un contexto de movilización masiva por el Día Internacional del Trabajador, el mandatario bonaerense expresó un fuerte respaldo al movimiento obrero y lanzó duras críticas contra el gobierno de Javier Milei: “El punto de partida para ponerle freno a Milei es el movimiento obrero”.

Acompañado por la vicegobernadora Verónica Magario y parte de su gabinete, Kicillof advirtió que “como consecuencia de las políticas económicas del Gobierno nacional el tejido productivo de nuestra provincia está empezando a tener graves problemas”. Señaló además que la administración libertaria “va contra el trabajo, contra el salario, contra las jubilaciones, y está destruyendo a la industria”.

El encuentro contó con la participación de los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello; de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky; de la CTA Autónoma, Hugo Godoy; además de numerosos dirigentes de gremios nacionales. La central obrera, por su parte, encabezó una movilización bajo la consigna “El trabajo es sagrado”, que marchó desde Independencia y Perú hacia el Monumento al Trabajo, en repudio a las “políticas de exclusión y ajuste” del Gobierno.

En ese marco, Kicillof reafirmó su oposición al rumbo económico nacional: “Desde el Gobierno provincial enfrentamos este programa no solo por una cuestión ideológica y de convicciones, sino porque ataca todo lo que la Provincia representa y necesita para crecer”.

Mientras afuera miles de manifestantes se congregaban en Plaza de Mayo —custodiada por un fuerte operativo policial— la dirigencia sindical y el gobernador trazaban una línea de resistencia política frente al ajuste. La consigna compartida fue clara: el trabajo no se negocia.

La jornada sirvió también para reforzar la alianza entre el Gobierno bonaerense y las organizaciones sindicales, en un momento de creciente conflictividad social y económica. Para Kicillof, el rol de las centrales obreras es clave no solo en la defensa de los derechos laborales, sino como freno político frente a un modelo que —según denunció— “prioriza la especulación financiera por sobre la producción y el bienestar de los argentinos”.

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