Por Emilia Delfino / Gabriel ZiblatLa sanción de la nueva ley de ART despertó el descontento entre los abogados laboralistas, quienes ven diezmada una de sus principales fuentes de ingresos, lo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner definió como “la industria del juicio”. Entre los letrados perjudicados está Hugo Antonio Moyano, más conocido como “Huguito”, hijo homónimo del secretario general de la CGT.
Huguito es el hermano menor de Facundo, y ambos son fruto del segundo matrimonio de Moyano padre, quien los cobija bajo su ala. De perfil bajo y sencillez, Huguito comenzó como abogado del moyanismo y creció de la mano de su padre. Fundó hace dos años la Consultoría Jurídico Sindical 17 de Octubre junto al abogado laboralista Juan Manuel Martínez Chas, ex funcionario de la Alianza durante el escándalo por la reforma laboral.
La ventaja de Huguito es su apellido y la llegada que su padre y sus hermanos, Facundo y Pablo –es medio hermano–, le abren en el mundo gremial. La de Martínez Chas, la experiencia y su paso por el Ministerio de Trabajo, donde conoció los vericuetos administrativos y políticos a la hora de aprobar o rechazar solicitudes de los gremios. Esos trámites son una de las fuentes de ingreso del estudio, pero en los tribunales laborales Huguito participa de audiencias por jucios de accidentes de trabajo.
Socios. Huguito y Martínez Chas tienen su propio estudio jurídico en Uruguay al 900, que tramitó y consiguió el año pasado ante el Ministerio de Justicia la personería jurídica a la Juventud Sindical, brazo juvenil del moyanismo.
Tramitan la personería gremial del sindicato de peajistas, que encabeza Facundo, y la del sindicato de informáticos de Neuquén y Río Negro, que fundó el hijo del número dos de la CGT moyanista, el petrolero Guillermo Pereyra. Se especializa en contratos laborales, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. También asesoran y gestionan jubilaciones y pensiones, y obtención de personería gremial.
Los laboralistas, como Huguito y su socio, son los más perjudicados por la nueva ley de ART, combatida por la CGT moyanista y la CTA no oficial. Justamente, Moyano expulsó a su principal asesor legal, Héctor Recalde, por considerar que apoyó tácitamente la ley oficialista.
Este año, Moyano padre presentó a Martínez Chas como asesor jurídico en varias reuniones con otros sindicalistas y laboralistas. Por caso, estuvieron juntos en las reuniones con la CTA de Pablo Micheli para debatir posturas sobre el impuesto a las ganancias y las relaciones laborales en la reforma del Código Civil. Con Recalde fuera de escena, Moyano se recuesta en Gustavo Ciampa, socio del diputado en su estudio. Pero Martínez Chas tiene chances de convertirse en el “nuevo Recalde”, hasta que Huguito se fortalezca lo suficiente como para ocupar ese lugar.
Martínez Chas fue funcionario de la Alianza en la Subsecretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo. El área estaba a cargo del frepasista Enrique Espínola Vera y la cartera laboral, de Alberto Flamarique, el ministro que le diría a Moyano en una cena, al pasar, “para los senadores tengo la Banelco”, y desató el escándalo por las coimas en el Senado.
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