Grinman: “Hoy los empresarios de la Argentina están pidiendo confianza”

Grinman: “Hoy los empresarios de la Argentina están pidiendo confianza”

En una entrevista exclusiva, el flamante presidente de la CAC sostuvo que las expectativas de recuperación “son muy moderadas”. Abogó por el diálogo político.

 

 

El flamante presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, se quejó por las “diferencias” dentro de la coalición de gobierno, y si bien afirmó que confían en que el presidente Alberto Fernández “podrá encaminar todos los problemas”, reclamó unidad hacia afuera para que existas “inversión y crecimiento”.

A continuación, la entrevista completa:

- ¿Cómo encuentra a la entidad al ser elegido presidente?

- La nuestra es una Cámara muy profesional en todo sentido, somos muy organizados. O sea que los cambios naturales de los cargos que se producen en la institución no significan cambios en su manejo. Quizás uno le dé una impronta diferente, pero las líneas políticas siguen siendo las mismas. Esta es una Cámara que no es oficialista ni tampoco opositora, ni es de protesta. Somos una Cámara de propuestas permanentes. Y si hay algo que nos caracteriza, porque nuestro capítulo que ya tiene 96 años, es el respeto, fundamentalmente en el marco de un Estado de Derecho, de la libertad económica. Somos defensores a ultranza de la iniciativa privada. Así que eso es invariable e inclaudicable.

- ¿Cómo analizan el futuro?

- La verdad que es complejo, pero por nuestra propia naturaleza, ya que venimos de problemas estructurales desde hace, por lo menos, 90 años. La Argentina tuvo dos momentos cruciales que impactaron negativamente para el futuro. Uno fue en 1930, cuando el primer golpe cívico-militar, donde se quebró esa democracia joven que venía de ocupar los primeros lugares per cápita del mundo, y que después comenzó una línea descendente. El otro punto de inflexión fue en el año 1975, en donde se agotó un modelo industrialista de sustitución de importaciones, eso de que se podía vivir con lo nuestro, y no tuvimos la capacidad de subirnos al tren de la inversión mundial. Hoy lo seguimos lamentando. Por eso somos un país con permanente fluctuaciones en temas económicos. Vivimos como si fuera un electrocardiograma de una persona que no está preparada para correr y que la levantan de la cama y le dicen, “tenés que ir a correr diez cuadras”.

-¿Cómo atraviesa el sector privado este momento?

- Hay que reconocer algo de nuestra clase empresaria: tiene una capacidad inventiva de sobrevivir, una capacidad de resiliencia extraordinaria. Pero en cuanto al futuro, cuando al mundo le va mal, a la Argentina le va terriblemente mal. Ha sido siempre así y obviamente por eso es que no prevemos que en el corto plazo pueda haber un cambio. Las expectativas nuestras en términos de recuperación son muy moderadas por diversas razones. La gente responsable todavía se cuida. El sector más afectado en toda esta tragedia es la clase media, que es el gran consumidor del argentino, ya que el 70% del PBI corresponde al consumo interno y esa clase media es la que aporta la mayoría.

- ¿Cómo encuentra esa expectativa?

- Uno consume cuando tiene expectativa positiva. Nos levantamos por la mañana, salimos al centro, vemos las vidrieras y compramos porque pensamos que vamos a tener un evento social o familiar, o porque estamos contentos y no damos un regalo. Hoy eso no existe, sino que el retorno será muy gradual. Sí es cierto que hay señales positivas. Por ejemplo, octubre 2020 contra 2019 hay una recuperación en el área de comercio de 5,8%, pero también hay que recordar que la caída fue mayor. O sea que podemos salir adelante, pero son necesarias señales fundamentales que tienen que venir del Gobierno.

- El Gobierno impulsa un país con sustitución de importaciones, ¿es un error de diseño?

- No sé si es un error de concepto. No es un problema de este Gobierno, sino del país. Está demasiado ideologizado, (en donde) creemos que somos lo más grande del mundo y que nosotros somos reyes de la verdad y que podemos salir adelante. Desde la Cámara lo que queremos es un sector pujante. El comercio es producción y servicio. O sea que para que el comercio ande bien necesita de una industria pujante; y esa industria, a su vez, necesita un comercio pujante para poder distribuir sus productos. Queremos una plena industrialización de nuestro país. Queremos un pleno auge del sector agropecuario.

- ¿Piden abrir totalmente el mercado comercial?

- Hay que ser inteligentes. Nosotros no hablamos de una apertura indiscriminada, sino de una apertura inteligente. Los principales países del mundo, como China, en su balanza comercial importa más de lo que exporta. ¿Por qué? Porque necesita de muchos insumos importados para hacer funcionar su economía. En la Argentina, el 88% de los productos importados que entran son absolutamente necesarios para nuestro desenvolvimiento diario, para la industrialización. Así que acá es impensable que pueda haber una industria trabajando a pleno sin que se abastezca de productos importados.

- Pero el Gobierno planifica el comercio exterior con el objetivo de cuidar las divisas…

- Si el Gobierno quiere cerrar ese margen de 12% o 13% de importación para los denominados productos suntuario, para que aquel que quiera comprarse un vino de España y que no lo pueda comprar; caviar y no lo pueda comprar; o un televisor que acá no se produce, y no lo pueda comprar, que lo haga. Pero no mueve el amperímetro ese 12%. Lo otro no lo puede cerrar. No puede demorar, como con las famosas DJAIs, en su momento, porque la industria necesita de insumos importados.

- ¿El sector del Comercio es responsable de la inflación?

- El sector de comercio y servicio no es formador de precios. Nosotros tenemos un porcentaje que lo aplicamos sobre la mercadería que compramos. ¿Por qué vienen con aumentos de precios esa mercadería? Porque tienen muchos insumos importados. Usted va y compra una caja de jugo cítrico que se produce en la Argentina, y el componente del tetrabrik es importado. La tinta es importada, y así puedo dar dos millones de ejemplos porque todo eso incide ¿En qué se transporta la mercadería? En camiones, que utilizan insumos importados. Entonces todo tiene que ver con todo. Hay que dejar la ideología de lado y ser pragmático. Que uno vea lo que hizo China, un gobierno cerrado en lo político, pero con una apertura capitalista en lo económico. Porque a lo económico no le importa la ideología, lo que le importa es poder ganar dinero.

- El Indec mostró caída en las ventas de supermercados, ¿cómo es hoy la situación de ese sector?

- El gran consumidor es la clase media y ha sido la más castigada. Hay que entender que mucha gente cree que el sector supermercado está espectacularmente bien porque fue declarado esencial y siempre estuvo abierto. Pero digamos que las compras de los supermercados aumentaron en los primeros 45 días a días de esta cuarentena, cuando la gente, desesperada, iba a hacer stock de mercadería. Luego fue bajando, volviendo a la normalidad, y la normalidad es que la situación está mal. Todo comienza a retraerse por falta de expectativa positiva.

- ¿Cómo esperan las ventas para fin de año?

- La vemos de la misma manera. La gente no está con ánimo de juntarse en fiestas multitudinarias. Va a ser todo muy tranquilo. Y creemos que para el 2021, si sale la vacuna y se comienzan a vislumbrar resultados positivos, va a empezar a reactivarse de una manera gradual. Pero hay que entender que nuestro sector viene de dos años de recesión, durante 2018 y 2019, y que entre el 2010 y el 2018 fueron ocho años de estancamiento. Una década casi perdida en el tema económico para el sector comercio y servicios, y obviamente para los otros sectores.

- ¿Cuál es el escenario económico que pronostican?

- Nosotros en la Cámara tenemos empresarios muy importantes, que piden que haya un clima de tranquilidad, un clima de negocios, de confianza y eso lo tienen que dar las autoridades del Gobierno. Ya ni siquiera piden que bajen los impuestos porque sabemos que no pueden bajarlos porque el Estado está deficitario. Lo único que pedimos es que no sigan creando nuevos impuestos. Y lo que están solicitando firmemente es que el Gobierno genere clima de negocios. Y el clima de negocios, en general, se cuida con confianza.

- ¿Desconfianza a las crisis económicas?

- Nos preocupa mucho más lo político que lo económico. Esas diferencias, que son presiones propias de un sistema democrático, tanto en el oficialismo como la oposición, tienen que dirimirse puertas para adentro; y para afuera tienen que dar señales de unidad y que van todos por el mismo camino. Este es un país presidencialista. Nosotros respetamos la investidura presidencial, confiamos en el presidente Alberto Fernández podrá encaminar todos los problemas. Pero en la misma coalición de gobierno salen otros que quieren otro camino. Entonces un día vamos por acá y el otro día vamos por allá. Y eso genera una total desconfianza. Y para que esa inversión y crecimiento tiene que haber confianza.

- ¿Ven condicionamientos al desarrollo del sector privado?

- Un país se hace grande con una actividad privada pujante y vigorosa, porque la actividad privada es la única que tiene la capacidad de generar riqueza. Por eso digo que hay mucha ideología en la Argentina. Ahora salieron con el impuesto a los ricos, un impuesto mal llamado solidario porque sale por ley y es obligatorio. Hablan de 12.000 ricos en un país de 45 millones de habitantes. Es una vergüenza decir que sólo hay 12.000 ricos. Algo está sucediendo. Entonces hay que reconocer que somos un país de pobres, y hay que quebrar esa inercia. La Argentina tiene que empezar a tener cada vez más ricos y cada vez menos pobres. No al revés, porque a la pobreza se la combate generando riqueza. Y esa riqueza la puede generar el sector privado.

- ¿Cuál es la propuesta para generar más riquezas?

- Los empresarios motivados, los empresarios confiados en que no se cambian las reglas del juego, confiados en seguridad jurídica, crean empresas y, consecuentemente, nuevos puestos de trabajo. Pero yo creo ser absolutamente claro que esto no es un problema solamente de esta gestión de un gobierno que casi recién comienza. Este es un problema de todos, absolutamente todos los gobiernos que pasaron estos últimos 80 o 90 años, y algunos no los dejaron y otros no tuvieron la capacidad de armar un sistema económico fuerte. Por eso tenemos estos problemas. Pero insisto, hoy los empresarios de la Argentina están pidiendo confianza.

- ¿Tienen en agenda una reunión con el Gobierno?

- Nosotros estimamos que sí, por lo menos vamos a hacer las solicitudes correspondientes. Somos una Cámara absolutamente dialoguista, y las veces que hemos ido al Gobierno, cuando nos invitan, siempre les llevamos algún tipo de propuesta. No somos una Cámara cargosa que estamos pidiendo entrevistas a cada rato. Trabajamos con un equipo de profesionales de primera línea y conversamos absolutamente todo. No nos cerramos a la ideología. Nosotros creemos que lo mejor que le puede pasar a la Argentina es ser un país con diferencia de pensamiento, muchos pensamientos distintos., para después empezar a tomar de cada uno lo mejor. El pensamiento único es terriblemente malo para cualquier gestión.

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