El Gobierno busca poner paños fríos al escándalo Volnovich pero resta una definición en la cúpula

El Gobierno busca poner paños fríos al escándalo Volnovich pero resta una definición en la cúpula

Consideran “terminado el tema” del viaje, pero admiten que se debe definir la incompatibilidad entre que sus titulares sean pareja; todavía no se produjo la reunión entre Alberto Fernández y Volnovich

Acasi diez días de comenzado el escándalo por el viaje de los titulares del PAMI, Luana Volnovich y Martín Rodríguez, a una isla mexicana, el Gobierno busca dar por terminado el tema, pero el escándalo sigue con final abierto. “El tema viaje está cerrado”, aseguran en Balcarce 50, donde sin embargo admiten que sí “es un tema a resolver” el hecho de que Volnovich y Rodríguez sean directora y subdirector del organismo y pareja al mismo tiempo.

Desde que se conoció la imagen que los mostraba juntos en el bar de una isla mexicana, el escenario fue cambiando. De la bronca y decepción que hubo en el Gobierno cuando se supo que habían viajado a pesar del pedido presidencial de que los funcionarios descansaran en el país, se pasó a una suerte de “cuarto intermedio” del que luego deberá resolverse la continuidad de ambos en el organismo.

Para eso será clave el encuentro pendiente que tienen el presidente Alberto Fernández y Volnovich. Lo acordaron telefónicamente el viernes, pero aún no se concretó. Cuando finalmente suceda se debería concretar la salida de ella o de Rodríguez del organismo, que maneja la cuarta caja en importancia del Estado Nacional.

En las últimas horas la salida de Rodríguez fue considerada un hecho, pero luego quedó congelada. En el medio también se conoció la estadía fuera del país del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, hombre del albertismo, a Uruguay. Sin embargo, varias de las voces consultadas por La Nación aseguraron que las situaciones “son completamente distintas”. Afirman que tanto Moroni como el titular de la cartera de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, que viajó a Cuba, “tuvieron códigos y avisaron”.

A diferencia de Volnovich y Rodríguez, integrantes de La Cámpora, tanto Ferraresi como Moroni son dos funcionarios cercanos al Presidente.

“Sus situaciones son incomparables con las de Volnovich y Rodríguez”, completaron cerca de Fernández, una afirmación que no comparten fuente del camporismo. “Además, lo grave de Volnovich y Rodríguez es que dejaron un organismo, que es prácticamente un ministerio, sin conducción política y administrativa”, insisten desde el albertismo. “Alberto es un tipo que aprecia los valores, y lo que pasó quiebra su confianza”, aseguran.

“Si algo está claro es que acá nadie va a dejarse apurar por la agenda mediática o las luces”, completó una alta fuente de la alianza de Gobierno a La Nación. En ese escenario no sólo entraría Fernández sino también mencionan a La Cámpora, la organización liderada por Máximo Kirchner que integran los titulares del PAMI.

Además de la reunión que se adeudan el Presidente y Volnovich, si algo indica que la definición no está dada es un antecedente fundamental en el Gobierno y es el que tiene que ver con la salida de Marcela Losardo, quien durante poco más de un año fue ministra de Justicia y cuya cabeza fue pedida insistentemente por la vicepresidenta Cristina Kirchner. “Alberto es de dejar pasar. Con Losardo estuvo diez días hasta que definió”, recordaron ante La Nación. “Él no es dejarse apurar y menos cuando desde el otro está el contrapeso que está”, aseguran en referencia al camporismo.

Esta no es la primera decepción de Fernández con un miembro de La Cámpora. En septiembre pasado, en la semana posterior a la derrota en las elecciones primarias, el Presidente se sorprendió con la ola de renuncias que encabezó el ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y que incluyó a Volnovich y una decena de funcionarios K.

Dos días después de esa decisión en masa, la titular del PAMI incluso firmó una resolución (la 1290/21) en la que le delegaba a Rodríguez “la firma de todo acto administrativo”.

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