En el Gobierno afirman que Milei estaba al tanto del operativo de rescate de los asilados en Caracas

En el Gobierno afirman que Milei estaba al tanto del operativo de rescate de los asilados en Caracas

En reserva, aseguran que “se venía trabajando” su liberación desde que asumió Trump; niegan un acuerdo con Maduro

 

Jaime Rosemberg

Teléfonos cerrados, rostros de circunstancia y hasta el muy norteamericano “no comments”, fueron la constante del oficialismo desde el anochecer de ayer, cuando primero la prensa venezolana y luego el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, dieron cuenta del “rescate” y traslado a ese territorio de los opositores al chavismo asilados desde marzo de 2024 en la sede de la embajada argentina en Caracas.

En medio de un cerrado hermetismo, que incluyó a la Casa Rosada y la sede de la Cancillería, desde el Gobierno sugirieron que el presidente Javier Milei estaba al tanto del operativo de la administración de Donald Trump que puso fin al encierro de los dirigentes, cercanos a María Corina Machado, quien calificó de “épica” la “operación por la libertad de cinco héroes de Venezuela”.

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“Estábamos trabajando [en ese tema] desde que asumió [Donald] Trump”, contestaron, escuetos, muy cerca del Presidente, quien también estuvo al tanto del comunicado que su oficina emitió, horas después de confirmada la noticia.

Un comunicado formal en el que, sin dar detalles del operativo que permitió la salida de los asilados, expresó su “reconocimiento a la exitosa operación”, en especial a Rubio, “por su compromiso personal en esta operación, que ha hecho posible que estos verdaderos héroes recuperen finalmente su libertad”. Sin mencionar a Brasil, la oficina del Presidente señaló que “valora profundamente los esfuerzos realizados para garantizar la seguridad y el bienestar de quienes por mucho tiempo estuvieron bajo protección argentina de la persecución del régimen de Nicolás Maduro”.

La residencia del embajador argentino en Venezuela, en la que estuvieron asilados los opositores, está desde agosto pasado a cargo de Brasil, quien se hizo cargo de la sede diplomática (y de alimentar y cuidar a los asilados) luego de que la delegación argentina fuera expulsada del país caribeño por el gobierno de Maduro. Días atrás, fuentes del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva dejaron trascender que tenían “serias dificultades” en “sostener” el cuidado de la sede diplomática, un punto más de divergencia entre Caracas y Brasilia, mientras los lazos entre Milei y Maduro están definitivamente rotos.

“No hubo acuerdo”, contestaron, enfáticos, desde la Casa Rosada, cuando la consulta giró sobre un eventual acuerdo entre Estados Unidos y Venezuela para viabilizar la salida de los opositores. Un acuerdo que sí se logró, por ejemplo, en febrero pasado, cuando seis ciudadanos norteamericanos fueron liberados y enviados a su país, luego de una reunión personal entre el presidente Nicolás Maduro y Richard Grenell, enviado especial de Trump.

En marzo pasado, al cumplirse un año de su estadía en la sede diplomática, el vocero de los asilados, Pedro Urruchurtu, afirmó a LA NACION: “Somos rehenes y estamos viviendo una especie de secuestro en la que somos fichas de canje, mientras deterioran nuestra situación”.

Además de quejarse por las condiciones de su vida allí -sin agua, a veces sin luz, asediados por fuerzas chavistas en los alrededores de la sede diplomática-, Urruchurtu reconocía a este diario que “las gestiones para lograr (el salvoconducto) no han parado, pero es necesario coordinar mucho más para concretarlo”. Según afirman las fuentes locales, no se trató de una salida consensuada con el régimen de Maduro, que hasta esta hora no ha emitido opinión alguna sobre lo ocurrido.

Originalmente eran seis dirigentes ligados a María Corina Machado los que buscaron refugio en marzo de 2024 en la embajada argentina: Magalli Meda, mano derecha de la líder opositora; Pedro Urruchurtu, coordinador internacional de Vente Venezuela (VV), partido que encabeza Machado; el exdiputado Omar González y el experto electoral Humberto Villalobos aguantaron durante más de 13 meses el hostigamiento constante de las fuerzas policiales, que no sólo cortaron los suministros de luz y agua, sino que también concedían de forma arbitraria las entradas de alimentos y medicinas.

En diciembre de 2024, Fernando Martínez Mottola abandonó la embajada con su salud muy deteriorada y dos meses después falleció en Caracas. Aunque la información, por precaución, no había sido confirmada oficialmente, Claudia Macero, encargada de Comunicación de VV, habría conseguido escapar hace semanas de la embajada.

 

 

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