De la gestión caliente macrista al budismo y la meditación: el presente de Quintana

De la gestión caliente macrista al budismo y la meditación: el presente de Quintana

Quien fue uno de los hombres fuertes de Mauricio Macri hasta su salida con la crisis de 2018, hoy se refugia en la intimidad de su casona de Cariló para incubar una ONG.

Supo ser uno de los hombres más fuertes de la Casa Rosada. Sin embargo, la crisis de 2018 lo dejó afuera del gobierno de Mauricio Macri. Desde ese momento, el ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana se sumergió, como nunca, en las lecturas budistas, los retiros espirituales y la meditación. Pero, a pesar de que hoy no tiene en su agenda inmediata volver a la política, sostiene el vínculo con el ex presidente, con Elisa Carrió y con su amigo íntimo Horacio Rodríguez Larreta.

 

Semanas atrás se refugió en su casona en Cariló junto a otro grupo de parejas para incubar una ONG y poder meditar. “Es un período de introspección”, le dijo a su círculo más cercano el ex dueño de Farmacity.

La casa está construida sobre un terreno de 5 mil metros cuadrados y posee diez habitaciones, siete baños y un valor aproximado de US$ 2.000.000. Hasta allí había llegado el ex funcionario macrista con un grupo de parejas que se venían juntando hace meses ya para diseñar el proyecto sin fines de lucro.

Pasó horas releyendo textos recomendados por su amigo, el gurú Bernardo Nante, presidente de la Fundación Vocación Humana y experto en estudio de Carl Jung. Esas mismas ideas lo llevaron a organizar retiros espirituales en Capilla del Señor el año pasado con funcionarios y legisladores del PRO.

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Actualmente, medita y vive una vida tranquila. “Estoy leyendo mucho”, les confesó a sus íntimos. Pasa la mayoría de sus días en el country San Diego, en Moreno. Sale poco. De hecho, le cantó el “feliz cumpleaños” a su ahijada Serena Rodríguez Larreta, la hija menor del jefe de Gobierno porteño, por Zoom.

Aunque reniega de continuar en la política, sus contactos tras su paso por la actividad pública los conserva. Con Macri estuvo hablando por teléfono. El ex presidente lo sumó en 2019 a las marchas del “Sí se puede”. Siempre con perfil bajo. “Nos quedó un vínculo de afecto, de compartir trincheras”, les transmitió el ex vicejefe de Gabinete a sus interlocutores.

Otro de sus contactos fue Elisa Carrió. Se hicieron amigos. Ella quiso afiliarlo a la Coalición Cívica pero él se negó. A tal punto que decidió no ser parte de ningún partido. Siquiera del PRO. Intentó erigirse como nexo entre Lilita y Larreta pero ese lugar hoy lo tiene Diego Santilli.

Con el jefe comunal lo une 35 años de amistad. Incluso escribieron un libro en conjunto en 1996 llamado Domando al elefante blanco, contando la experiencia en Anses. La joven pasante de la UCA que armó los textos se llamaba María Eugenia Vidal. Hoy los une la amistad más que la política. De hecho, a finales de 2019 sonó la idea de que Quintana se sumaba al gabinete porteño y el propio Larreta lo descartó de plano. En la Ciudad admiten que el jefe comunal lo cree un buen consejero, un amigo del corazón pero un pésimo gestor de la cosa pública.

Pero no fueron todas buenas. Aunque estuvo en contacto con Marcos Peña, quien fuera su jefe jerárquico en la Rosada, tras dejar el cargo de vicejefe de Gabinete le quedó un sabor amargo. No habla de “pelea” pero admite las “diferencias” que tuvo tras su salida de Balcarce 50. Otras fuentes del PRO aseguran que despotrica contra Peña como nadie.

Estuvo, junto al inefable ex ministro de Producción Francisco “Pancho” Cabrera, “recolectando talentos” por si Macri era reelecto para una renovación de gabinete y hasta él quería volver a conducir el área social.

Pero tampoco dejó buenos amigos en el gabinete macrista: muchos de ellos aún lo recuerdan con adjetivos negativos. Quintana manejaba el “gabinete social” que almorzaba cada quince días. El médico y ex titular del PAMI Carlos Regazzoni tiene un tendal de funestas anécdotas que promete no divulgar. Otros como Rogelio Frigerio, Andrés Ibarra o Sergio Bergman, entre otros, no tienen un buen recuerdo de su paso.

Como sea, hoy en su agenda de mediano plazo no está volver a ser funcionario ni participar activamente de la política. Sin embargo, fue candidato a senador suplente por la Capital Federal en 2019. Esa banca la tiene Martín Lousteau. Y se vence en 2025. El radical le prometió que no dejaría su lugar en el Senado. Quintana por ahora elige creerle.

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