El entorno de Boudou reconoce que Cristina podría dejarlo caer

El entorno de Boudou reconoce que Cristina podría dejarlo caer

SOSPECHAS DE CORRUPCION. Dicen que la campaña electoral influirá para que desde la Casa Rosada le indiquen “que de un paso al costado”.

Por mera coincidencia o acaso porque fueron una constante este año, los viajes parecen ser sinónimo de malas noticias para Amado Boudou. Al igual que en junio, cuando fue procesado en el caso Ciccone, la decisión del juez Claudio Bonadio de elevar a juicio oral la causa por la inscripción irregular de un auto encontró al vicepresidente fuera del país, en Lima, Perú, desde donde regresará hoy tras representar a la Argentina en la Cumbre del Clima. Puede haber sido una de sus últimas giras: en su entorno admiten que el Gobierno podría pedirle “que dé un paso al costado”, aunque apuestan todo a la resolución de la Cámara Federal en torno a la apelación al procesamiento presentada por la defensa del vicepresidente.

“Es inevitable que le pidan un gesto, que dé un paso al costado. Si esto (por la elevación a juicio) hubiera sido el año pasado o a principios de este, era diferente. Pero estamos muy cerca de la campaña y ninguno (de los candidatos del FpV) va a querer tenerlo cerca. No creo que la Presidenta pueda sostenerlo más”, analizaron, con resignación, cerca de Boudou. Lo concreto es que, aislado por el oficialismo, incluso en el propio Senado, el vicepresidente hace varios meses que no se ve cara a cara en privado con Cristina. “No lo recibe hace mucho y tampoco hablan por teléfono. Está claro que las cosas no están bien”, reconocieron cerca de Boudou. La última vez fue en junio, cuando la Presidenta le ordenó ir a fondo contra el juez Ariel Lijo. Pero, tras esa reunión, revelada oportunamente por Clarín, el vínculo se enfrío aún más. Esta distancia, aseguran, es aprovechada por los funcionarios de primera línea, encabezados por el secretario legal y Técnico Carlos Zannini, que siempre mantuvieron distancia del vice. “Se lo hacen sentir. Ni siquiera le atienden el teléfono, casi no hay diálogo”, agregaron.

Según habían dejado saber días atrás desde su círculo más íntimo, el vicepresidente había recibido con cierto alivio la investigación por el caso Hotesur que involucra a Cristina. Creía que iba a servirle para poder salir del foco mediático y, también, para hacerle llegar a los sectores que más lo cuestionan dentro del kirchnerismo el mensaje de que pueden estar en su misma situación. Ahora, este nuevo fallo adverso lo deja en una posición muy difícil. “Si fuera por Amado, con o sin juicio oral, se quedaría. Y hasta se bancaría una condena en su contra. Pero ahora ya no depende de él”, indicaron.

No obstante, el vice se aferra a una última instancia para mantenerse en su cargo: la apelación de su procesamiento que debe definir la sala I de la Cámara Federal. “Si le sacan el delito de cohecho, es otra historia”, completaron. A todo esto se suma la inestabilidad en la que está inmerso el bloque K en el Senado, que tras lucir impermeable durante estos años presenta fuertes grietas e internas. Crítico de Boudou, el jefe de los senadores, Miguel Pichetto, hoy no es el único problema para el vice: hasta los legisladores que le demostraron más lealtad coinciden con la oposición en que debe apartarse de su cargo, al menos como titular del Senado.

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