Elecciones 2021: el Frente de Todos analiza por cuánto va a perder y prepara escenarios para el 15 de noviembre

Elecciones 2021: el Frente de Todos analiza por cuánto va a perder y prepara escenarios para el 15 de noviembre

El peronismo mira los números. Según el resultado, se definirá el rumbo del Gobierno. ¿Cuál es la nueva crisis política que se avecina?

Por: Pablo Winokur.

Hace 2 meses que en la Argentina no gobierna nadie. Cristina se internó. Juan Manzur se dedica a reuniones políticas con el peronismo clásico. Alberto Fernández viajó por Europa como si fuera el Jefe de Estado de un país de esas latitudes. Sergio Massa presenta planes de “alivio fiscal”, pero permanece al margen de la pelea política diaria. Espera. ¿Cómo van a quedar acomodadas las cartas después? Depende del resultado de la elección, coinciden actores de todos los espacios que integran el Frente de Todos. Ya no importa perder. El tema es por cuánto.

Un importante empresario describe la situación. “Hasta que pasen las elecciones tengo postergada cualquier inversión. Cuando terminen, vemos cómo seguimos”. Se fue de viaje a España a ver cómo decanta la cosa.

El Gobierno reconoce que los tres temas que le preocupan a la gente son inflación, empleo y seguridad. Justamente son los tres temas que bloqueó en la campaña del Sí.

Macri, la mejor "ayuda" para achicar la brecha

En los últimos días, encuestadores del Frente de Todos que alertaron el mal resultado de las PASO aventuran que la brecha se achica. No es por mérito propio. En el oficialismo algunos lo describen como “La kirchnerización de Macri”. Ir a Dolores con liturgia K le saca votos a Juntos por el Cambio. En el oficialismo algunos creen que lo hizo a propósito. “Nada nos ayudó más en esta campaña que Macri diciendo que hay que ir a un acuerdo con Milei”, dicen.

En la foto siguen perdiendo en Provincia. Pero el Frente de Todos dejó de caer. Había llegado a estar 11 puntos abajo. Ahora está a cuatro. “No es lo mismo perder por dos que por 8. Se achicó la brecha”. También mejora en sus números Santoro en Ciudad.

Algunos intendentes del conurbano creen que pueden descontar la diferencia en las elecciones. En La Matanza dicen que van a ampliar su brecha con Juntos en 4 puntos adicionales; habían sacado 44, creen que llegan a 48; un aporte del 1% para el total de la Provincia. Si se suman otros distritos, no quedarían tan mal.

En el peronismo bonaerense creen que la elección está perdida. Si ganaran mejor, pero la mayoría de los intendentes cree que la pelea es otra. “Hay que tener la perspectiva de mirar y concentrarse en los próximos 2 años de gestión mirando el 2023”, dice un intendente en uso de licencia con responsabilidades de gestión. Aclara: “Ganar no te asegura seguir gobernando en el 23”.

Esa mirada la compartieron intendentes del sur del conurbano en un almuerzo el viernes. Acordaron estrategias para la última semana, pero fundamentalmente hablaron de cómo organizar el trabajo para después de la elección. La pelea es por el 2023.

Buenos Aires, entre el nuevo perfil de Kicillof y la rosca de Insaurralde

En provincia de Buenos Aires, Kicillof bajó completamente el perfil desde la intervención en el Gabinete que le hizo Cristina.

Ya no pasa muchas horas hablando frente a micrófonos. Bajó la cantidad de actividades (públicas) por día. “Cuando el que coordina es muy político, la agenda es muy política. La agenda de rosca no se comunica”, explica un conocedor.

La agenda política es la de Martín Insaurralde, ahora jefe de Gabinete de Axel, quien se dedica a la rosca con los intendentes, pero mantiene bajo perfil. “Axel lo que no tenía ese diálogo intenso y fructífero con intendentes. Gobernar, gobierna. Pero gobierna mal”, dicen cerca de un líder municipal.

Insaurralde se metió en el Gabinete, aunque casi en las sombras. Definen con Leo Nardini -ministro de obras públicas e intendente de licencia en Malvinas Argentinas- a quién le dan las obras, dónde están los contratos, quiénes lo ejecutan. Y coordina con gente que antes ni siquiera se hablaba. “Se dedicó estos meses a mover expedientes que nunca se habían movido”, reconoce un funcionario nacional.

Ese es el acuerdo que tejieron. Insaurralde hace esa rosca, pero no pone la cara. No difunde sus actividades nunca. Quizás el año que viene se dedique a mostrar obras, si se piensa en una candidatura para 2023. Habrá que ver.

Lo interesante de este juego es que si a Insaurralde le va bien, le va bien a Kicillof. Y si a Kicillof le va bien, va a querer reelegir. ¿Qué le conviene a Insaurralde? Trampas de la política. “Insaurralde es bicho, no se va a incinerar”. No fue el Manzur de Alberto ni para bien ni para mal.

El nuevo orden de la CGT

Otros que buscan reacomodarse son los sindicatos, especialmente los de la CGT. Entre los camioneros hay cierto malestar con el Gobierno. “Toda la familia comió gracias a los camioneros y a nosotros no nos vacunaron. No estamos en contra del Gobierno, pero no nos gusta que nos boludeen”. Casi una presentación oficial de lo que va a ser el desembarco del moyanismo en la CGT a partir del Congreso de la Confederación que se hace este jueves en Parque Norte. Otra vez a la central gremial la va a manejar un triunvirato, como en su momento fueron Barrionuevo, Moyano y Caló.

El acuerdo -por ahora- es que el triunvirato lo integren Héctor Daer, Carlos Acuña y un moyanista. En el moyanismo ya tienen definido que el lugar lo ocupe Pablo Moyano. “Nosotros somos CGT y somos representativos de los trabajadores. Nos vamos cuando fue oficialista en su momento”, dicen en el moyanismo. Aclaran que no están a favor de ninguna reforma laboral; ni siquiera la que propone poner un máximo de 6 horas de trabajo.

Hay que fortalecer al Frente de Todos. Esto es fortalecer a Alberto, que es el Presidente. “Nadie le conoció la voz al vice de Alfonsín”, dicen. Cristina se tiene que limitar a la vicepresidencia. ¿Qué pasa si pierde Alberto?: “Néstor perdió con De Narváez. Y el gobierno no se cayó por eso”.

La semana pasada Juan Manzur recibió a los gremios del transporte en la Casa Rosada. En el medio de la reunión apareció Máximo Kirchner, que no estaba invitado. “Es el modus operandi del padre. Entraba a reuniones de imprevisto y hacía chistes”, describe un conocedor del mundo gremial.

Entre los que estaban sentados en la mesa no había ningún gremialista afín a La Cámpora. Las cosas entre el moyanismo y el kirchnerismo no están bien.

En el peronismo hay dos lecturas sobre ese hecho. Una plantea que Máximo llegó para impedir que se hable de cosas que él no quería que se hablen; la otra es que Máximo se acercó para recomponer relaciones rotas y dar gestos de buena voluntad hacia un sector que había quedado muy golpeado en el cierre de listas. Nunca el sindicalismo se llevó tan poco como en 2021.

La necesidad de distender llegó a todas las áreas del PJ bonaerense. Esta semana se conoció la noticia de que se pospondrían las elecciones internas de autoridades del partido. Iba a ser el 8 de noviembre y se pasó a marzo. Y por las dudas bajaron la persiana: “Hágase saber a los afiliados que la mesa de entradas suspende su atención hasta el día 1 de febrero de 2022, atendiendo a partir de dicha fecha de lunes a viernes, en el horario de 12.00 a 17.00 hs”, dice la resolución.

El silencio de Massa y el pronóstico de Schiaretti

Massa por primera vez en muchos años está callado y al margen de la elección. “Se terminó el Massa todo terreno hablando de todo”, celebran algunos en su entorno. Creen que su silencio es su forma de diferenciarse.

Estaban armando un nuevo congreso del Frente Renovador. Iba a ser esta semana, pero al final no llegan y se va a hacer más cerca de fin de año. Habrá que ver qué pasa con la elección. Va a seguir con la idea de aportarle “racionalidad política y económica” al Frente de Todos y con la idea de terminar con la grieta.

En la práctica hay dos actores en el Frente: Cristina y Massa. “Si Alberto quiere romper, se lleva dos concejales”. La CGT le estaba pidiendo a Alberto un gesto de autoridad. “Deja a Cristina y goberná con nosotros”, le dicen. Esa opción es imposible políticamente. Alberto no tiene capital político.

Los movimientos en el peronismo también llegan a los gobernadores. Esta semana, Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba levantó el perfil: “En ningún lugar que el vicepresidente tenga más poder que el Presidente". Le hablaba a los cordobeses en clave electoral; pero también a los gobernadores e intendentes peronistas. Cree que después del 14, el peronismo se va a tener que reacomodar. Y está dispuesto a liderar el proceso. “El día después de la elección empieza otro juego”, dicen cerca suyo.

Una nueva crisis en el oficialismo, a punto de explotar

Mientras tanto, se cocina una nueva crisis para el Gobierno. La pregunta es si va a estallar antes o después de las elecciones. Queda una semana de tensa calma.

Carla Vizzotti había anunciado a comienzos de octubre en conferencia de prensa que se iniciaba el proceso de vacunación de menores de entre 3 y 11 años con la vacuna china Sinopharm. Mencionó que la vacuna fue aprobada por Anmat y que "ya se está usando en China con la vacunación de más de 500 millones de niños...".

Pero estos días se supo que si bien China había autorizado el uso infantil de la vacuna a mitad de año, recién comenzó a aplicarla la semana pasada. La ministra mintió con un tema de muchísima sensibilidad.

La Sociedad Argentina de Pediatría dudó al conocerse el anuncio. Después pidió conocer más datos. Los acusaron de ser antivacunas y los citaron de urgencia al ministerio. Salieron convencidos. No es para cualquiera enfrentarse al esquema de comunicación oficial y paraoficial de un gobierno.

“La decisión de ampliar la edad estuvo basada en la recomendación de ANMAT”, aclararon en Salud. No es lo mismo si se vacunó a 500 millones de chinos que si no se los vacunó. Mentir no ayuda a generar confianza en una vacuna.

La oposición pidió formalmente que se cite a Vizzotti a la comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Fue un pedido de Waldo Wolff y Graciela Ocaña. Desde la Comisión, presidida por el tucumano Pablo Yedlin, salieron a avisar que no convocarían a nadie antes de las elecciones… “Después charlamos”, aclararon.

Es apenas una de las tantas decisiones que el peronismo va a tener que tomar después del 15 de noviembre.

 

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