Con un agradecimiento por el apoyo por Malvinas, un llamado a construir una “agenda clara” sin burocracia que derive en “declaraciones que nunca se cumplen” entre la región y a sumar valor “a nuestro potencial alimentario” e “industrializar la ruralidad”, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló durante 25 minutos en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en La Habana. “La Argentina fue el país que más se ha desendeudado en el mundo. Lo virtuoso tal vez es que lo hemos hecho sin acceder al mercado de capitales, no porque neguemos el mercado de capitales, sino porque producto del default del 2001 ese mercado de capitales nos estaba vedado y, si no, era con tasas muy altas”, indicó. Horas antes, al dar el puntapié inicial del debate, el anfitrión, el presidente Raúl Castro, expresó su solidaridad con la Argentina y reclamó al Reino Unido que acepte el diálogo y la negociación por la soberanía de las Islas Malvinas (ver aparte).

Antes de su intervención, la mandataria argentina se reunió con su par uruguayo, José “Pepe” Mujica, quien venía reclamando una audiencia bilateral por las trabas comerciales, con pérdidas de hasta u$s 30 millones, acusan en Montevideo. La antesala del encuentro llegó, luego de la autorización a la empresa finlandesa UPM a incrementar su producción de pasta de celulosa, con un duro vaticinio del Canciller del vecino país, Luis Almagro: “Se pudre todo en la relación”. La Casa Rosada no brindó información de la reunión, a excepción de unas imágenes del momento. Durante su alocución, Cristina Kirchner se refirió a Mujica, pero evitando nombrarlo, al apoyar la idea de un “presidente de una República hermana” con quien había charlado por la tarde.

“El protocolo no es uno de mis frentes, pero sí lo es la sinceridad”, comenzó la Jefa de Estado su discurso, dos horas más tarde de lo previsto por la extensión del debate a puertas cerradas por desacuerdos en algunos de los 80 puntos de la declaración que suscribirán hoy. La escuchaban, entre otros, sus pares de Brasil, Dilma Rousseff; Bolivia, Evo Morales; y de Venezuela, Nicolás Maduro, entre otros.

“Si alguien nos hubiera dicho diez años atrás que toda la región se iba a reunir en Cuba en un proceso de integración sin precedentes, nos hubieran tratado de utópicos”, reflexionó Cristina Kirchner.

Hablando del bloque, y su posición frente a los demás, la Presidenta reclamó que “la integración entre los países miembros de la Celac se debe dar no sólo a nivel político, sino también a nivel comercial, tecnológico e inmigratorio”. En esa línea, pidió que “nuestras exportaciones se sigan reprimarizando”. Además, advirtió que si la región no le agrega valor a sus materias primas “vamos a estar construyendo una segunda dependencia, que será mucho más profunda y estructural como es la tecnológica”. Sobre el final, agradeció el “apoyo contra en colonialismo”, en referencia a Malvinas.

Al cierre de esta edición, la Presidenta estaba reunida con Maduro. Y, si bien, todos los mandatarios tenían previsto acudir al Palacio de la Revolución para asistir a una cena, no se descartaba que la Jefa de Estado anticipara su regreso a Buenos Aires.