Clima de negocios: Mercado Libre, las millonarias exenciones impositivas y las dudas del régimen de Economía del Conocimiento

Clima de negocios: Mercado Libre, las millonarias exenciones impositivas y las dudas del régimen de Economía del Conocimiento

El esquema que otorga incentivos fiscales a grandes empresas enfrenta críticas por su impacto en la competencia, la transparencia y la distribución de recursos entre compañías de tamaño muy diferente.

Por: Sebastián Catalano.

Las cifras vuelven a ser públicas cada tres meses, pero no por eso dejan de sorprender. La semana pasada, Infobae destacó los datos de la presentación de resultados financieros de Mercado Libre que muestran cómo el gigante del comercio electrónico, la empresa de mayor valor de mercado de la región –USD 103.000 millones–, sigue ahorrando millones en exenciones tributarias que le otorga el Estado por medio del régimen de Economía del Conocimiento. Está detallado en sus propios informes ante la SEC, el regulador bursátil de Estados Unidos, donde la empresa que fundó Marcos Galperin cotiza hace 18 años.

En lo que va del año, el gigante latino de las ventas online –que en 2024 consolidó ingresos por unos USD 21.000 millones– obtuvo beneficios por USD 50 millones en exenciones en el impuesto a las Ganancias y otros USD 17 millones en aportes de seguridad social. Según cálculos privados: su “ahorro” en los últimos cinco años ronda los USD 370 millones y si se remonta a la última década, en parte con el régimen anterior, superaría los USD 500 millones.

El régimen de promoción de la Ley de Economía del Conocimiento (LEC), bajo el cual se encuadran Mercado Libre, otras tecnológicas grandes y también pymes del sector, es objeto de críticas por parte de sectores gremiales y de la industria financiera que sostienen que una empresa de tal tamaño podría prescindir de estos subsidios estatales o cobrarlos y volverlos a volcar -por caso- al ecosistema emprendedor.

¿Es incorrecto que esté incorporado en el régimen? No, está en regla con la ley vigente de la que, además, fue uno de sus grandes impulsores. ¿La ley debería cambiar y poner el foco más en startups? No pocos creen que sí.

Este medio le consultó a la empresa de Marcos Galperin el monto de exenciones impositivas por la LEC y antecedentes que obtuvo en los últimos 10 años, por qué cree que las grandes empresas tech deben continuar como parte del régimen y si analizó salir del esquema o destinar esos fondos a impulsar el ecosistema emprendedor y por qué no lo hizo, entre otras consultas. No hubo respuestas. Sí, luego de la nota de Infobae de la semana pasada, al igual que meses atrás, la empresa emitió un comunicado detallando los impuestos que pagan, en el que que incluye lo que le retienen a sus clientes.

“La conversación en torno a la LEC debería centrarse en los resultados que genera más que cuestionamientos ya obsoletos sobre su cumplimiento”, dijeron. Otra pregunta sin respuesta fue, justamente, sobre los por qué de esa supuesta obsolescencia mencionada.

Ley de Economía del Conocimiento

La ley de Economía del Conocimiento es un régimen de promoción para el sector que tuvo su origen en el esquema de incentivos al desarrollo de software que impulsó Néstor Kirchner en 2004. Las últimas grandes modificaciones y encuadres se hicieron durante el gobierno de Mauricio Macri y, sobre todo, en el de Alberto Fernández, con Matías Kulfas como ministro de Desarrollo Productivo.

Según información oficial de la secretaría de Pequeña y Mediana Empresa, Emprendedores y Economía del Conocimiento, del ministerio de Economía, hasta octubre de este año estaban inscriptas en el régimen unas 960 empresas, de las cuales 62% estaban catalogadas como “Micro”; 24% “Pequeñas”; 10% “Grandes” y 4%, “Medianas”.

“Existe una relación directa entre el empleo generado y la magnitud de los beneficios que las empresas reciben del régimen. Las pymes no solo están plenamente contempladas, sino que tienen garantizados por normativa todos los beneficios que les corresponden cada año. Las empresas grandes son las que más empleo generan, más exportan, invierten y las que enfrentan mayores exigencias para ingresar y permanecer en el régimen”, dijeron en la Secretaria, pero no informan de manera individual cómo se reparten los fondos y tampoco qué categoría de tamaño de empresas recibe más y cuáles menos.

Desde el Gobierno sí destacaron que en los últimos cuatro trimestres se alcanzó un récord histórico en exportaciones y se superaron los USD 9.700 millones, en un sector que tiene un total de 283.500 empleos.

Marcos Galperin, cofundador y presidente de Mercado Libre

Argencon, la cámara que reúne a los exportadores de servicios del país, detalla que el objetivo de la ley es “promocionar actividades económicas que apliquen el uso del conocimiento y la digitalización de la información apoyado en los avances de la ciencia y de las tecnologías, a la obtención de bienes, prestación de servicios y/o mejoras de procesos”.

Entre los beneficios principales se incluye un bono fiscal por el 70% de las cargas sociales de los empleados afectados a las actividades promovidas y reducción en el monto total del impuesto a las Ganancias según tamaño de los inscriptos: 60% para micro y pequeñas empresas, 40% para medianas y 20% para grandes. En cuanto a los fondos que destina el Estado –que en los últimos años se amplía por DNU ante la falta de Presupuesto votado por el Congreso– se prevé que el régimen tenga en 2026 fondos por $491.460 millones (0,05% del PBI).

“Este año se sumaron sobre todo empresas chicas. El DNU de 2024 alcanzó para los beneficios fiscales de las pymes en los 12 meses y para 9 meses de las grandes. Este año fueron 12 meses para las pymes y 5 meses para las grandes. No alcanzó para más. Creemos que el año que viene cubrirá la totalidad para las pymes y 6 meses de las restantes. “La ley ya tiene dentro de sí misma una consideración bastante marcada en favor de las pymes”, detalló Luis Galeazzi, uno de los directores ejecutivos de Argencon.

“El régimen requiere la previa generación de empleo, y a diferencia de otros esquemas promocionales, las empresas primero crean trabajo antes de obtener el beneficio. Eso reduce riesgos de concentración de manera efectiva y posiciona a la ley como el esquema de política industrial que mejor funciona, particularmente por su foco en exportaciones y competitividad frente a países competidores como Colombia o México”, agregó Leandro Mora Alfonsín, el otro directo de Argencon y ex funcionario de Kulfas durante la gestión anterior.

Desde la cámara creen que cuanto más grande es la empresa, más exporta por empleado, y que es estratégico promover a quienes generan mayor volumen de exportaciones y arrastran al resto del sector.

Consultado sobre posibles reformas conceptuales a la ley, Galeazzi afirmó que la promoción tiene sentido “cuando el objetivo es crear empleo, aumentar exportaciones y fomentar innovación para penetrar el mercado global”. Consideró que estos conceptos están “razonablemente bien protegidos en la ley” y que “solo sería lógico introducir ajustes menores o adecuaciones por el avance tecnológico o la aparición de nuevos segmentos”. Aclaró que la ley de promoción debe diferenciarse de un régimen de subsidios, orientado a ayudar exclusivamente a pymes o startups: “Si el objetivo es subsidiar a las pymes, eso requiere otro régimen, no cambiar la ley de promoción actual”.

Promoción vs concentración

Una visión muy diferente tienen en el Observatorio del Trabajo Informático (OTI). Aseguran que el régimen pasó de ser de promoción a uno de concentración y que eso hace que en la actualidad termine saboteando su propio desarrollo. “Debe reformularse. Algunas claves radican en propiciar la innovación en el resto del entramado productivo, beneficiar a sus trabajadores, a las pymes y a las economías regionales para que puedan radicarse empresas en sus provincias”, dijo ante este medio Esteban Sargiotto director del Observatorio creado por la Asociación Gremial de Computación (AGC).

“El modelo fue exitoso en sus comienzos porque generó un sector, el del software, que sumó decenas de miles de profesionales en un contexto de regulación del Estado y con muchas iniciativas público-privadas en todo el país. Pero con los cambios, un grupo muy pequeño de empresas, en general radicadas en otros países, acaparan buena parte del régimen. Son esquemas que no suelen durar más de 10-15 años en el mundo y este lleva el doble. Hay una lógica depredatoria sobre las empresas más chicas y sobre el Estado, aparte de la injusticia de que algunos de los máximos multimillonarios de la Argentina se queden con un régimen por el que terminan pagando menos impuestos que sus propios trabajadores. Sobre el ítem ‘servicios profesionales, empresariales y jurídicos’, que se lleva el mayor peso en exenciones, parece ser, básicamente, una forma que tienen algunas grandes empresas para eludir impuestos. La LEC terminó siendo una reforma tributaria encubierta para ciertos lobbies”, detalló Sargiotto.

El unicornio Globant es otra de las grandes que están dentro del régimen (REUTERS/Agustín Marcarian)

Según el OTI, con datos de 2023, entre Mercado Libre, Globant y Accenture, concentran casi el 50% del régimen. Y estiman que la proporción se mantiene en esas cifras en la actualidad.

Accenture y Globant dijeron que no da detalles sobre el tema. La última aclaró que cumple los requisitos de la LEC: “Todas las auditorías que nos hacen están perfectas”, prometió un vocero.

“Existe una gran opacidad ya que no hay datos disponibles para poder hacer un cálculo exacto y actualizado. Y ese es otro de los problemas con la LEC: que el pueblo argentino aporta con sus impuestos, pero cuántos subsidios reciben la gran mayoría de las empresas sigue siendo un misterio”, agregó Sargiotto.

Con respecto a Mercado Libre, puntualizó que goza de exenciones impositivas del Estado nacional desde hace 18 años y que recibe también exenciones provinciales y de CABA.

“El comunicado que emitieron la semana responde algo que nadie cuestionó: la objeción no es por cantidades nominales, sino por porcentaje de carga tributaria: mientras cualquier informático (incluso sus empleados) paga 35% de Ganancias, la empresa es subsidiada. Resulta cuanto menos curioso que la empresa incluya como tributos abonados las retenciones a terceros (o sea, impuestos que pagan sus usuarios). La paradoja se completa con sus propios gráficos que demuestran que los usuarios pagan más impuestos que ellos”, dijo.

“Es una injusticia de que algunos de los máximos multimillonarios de la Argentina se queden con un régimen por el que terminan pagando menos impuestos que sus propios trabajadores” (Sargiotto)

Por su parte, Juan Manuel Cheppi, ex Secretario de Economía del Conocimiento de Sergio Massa y actual concejal marplatense, también cree que hay que actualizar el régimen. “La Economía del Conocimiento se consolidó como una política de Estado que trascendió gobiernos y logró sostener un sendero de crecimiento y demostró que el sector puede ser uno de los motores más dinámicos del desarrollo. Hoy, el desafío es actualizarlo para acompañar las transformaciones tecnológicas y productivas. Esto implica fortalecer a las pymes y microempresas con instrumentos modernos, sin debilitar a las grandes que ya impulsan el ecosistema”, dijo en diálogo con Infobae.

Reglas claras

En medio del debate renovado, se dio un hecho paradojal: Mercado Libre reclamó días atrás “reglas claras” para la importación de productos de plataformas como Temu y Shein, una demanda que coincide con la postura de los bancos respecto a la regulación de su fintech, Mercado Pago. Juan Martín de la Serna, presidente de la filial argentina, expresó en el Foro Abeceb: “Es importante tener un buen marco regulatorio que sea igual para todos los que compiten. Las regulaciones son muy importantes, tanto en las finanzas como en el comercio”.

El ejecutivo advirtió que la entrada masiva de productos de bajo costo provenientes de China podría afectar a las pequeñas y medianas empresas, que representan cerca del 90% del volumen de ventas de Mercado Libre. De la Serna alertó que este fenómeno “corre el riesgo de socavar el tejido productivo local y de poner en peligro los empleos en la región”.

“El régimen requiere la previa generación de empleo, y a diferencia de otros esquemas promocionales, las empresas primero crean trabajo antes de obtener el beneficio” (Mora Alfonsín)

Resultó llamativo que un representante de Galperin, conocido por su defensa de la no intervención estatal, realizara un pedido tan enfático a favor de la regulación. Esta solicitud generó un intercambio en la red social X entre Galperin y el diputado Miguel Pichetto, que dijo: “Mejor empezá a preocuparte, Marcos Galperin, porque las plataformas chinas te van a pasar por arriba. Ya están impactando sobre tu negocio y en la pérdida de empleo de quienes trabajan en la distribución de envíos”.

Mientras tanto, “Meli” –tal la sigla con la que la empresa cotiza en Wall Street– no para de crecer. En el tercer trimestre de este año, tuvo ingresos netos por USD 7.400 millones, lo que representó un crecimiento interanual del 39 por ciento y, según estimó, lleva 27 trimestres consecutivos con crecimiento interanual superior al 30 por ciento. En lo que va del año, su acción está en verde y con ganancias de más de 20 por ciento.

El horizonte anunció tener dos grandes hitos: Galperin dejará de ser CEO en un mes y medio, lo reemplazará en ese rol Ariel Szarfsztejn, aunque seguirá al frente de la empresas como presidente y alma mater; y buscará ser un banco en Argentina, algo que se anunció hace exactamente un año, aunque no hubo novedades públicas desde entonces.

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