Caños chinos, una licitación clave y una fábrica al borde del cierre: la falta de competitividad también golpea a los grandes

Caños chinos, una licitación clave y una fábrica al borde del cierre: la falta de competitividad también golpea a los grandes

Una empresa del grupo Techint podría paralizar sus actividades si vuelve a perder una licitación para exportar GNL. La competencia china y la viabilidad del proyecto, en el centro de la escena.

Ariel Maciel

El Grupo Techint, la multinacional argentina que tiene en el acero su core business, sigue con lupa los pasos de la licitación del tramo terrestre para realizar el gasoducto que unirá Neuquén con las costas de Río Negro, y que permitirá exportar por barco el gas de Vaca Muerta al mundo. No sólo porque compite para quedarse con la provisión de los caños para darle vida a una de sus fábricas en el sur del conurbano bonaerense, incluyendo una cadena de valor local, sino también porque dejó al desnudo la falta de competitividad que tienen las empresas locales, incluyendo a las grandes, que no pueden igualar ofertas de otras firmas del exterior, en un proyecto que se mueve en márgenes estrechos para la viabilidad del negocio.

 

 

Fuentes vinculadas a la compañía que es propiedad de Paolo Rocca afirmaron a PERFIL que “la posibilidad de que la licitación para el tramo terrestre de 480 kilómetros quede en manos de una empresa china podría significar el cierre de muchas empresas que son parte de la cadena de valor local, como SIAT, la planta que está en Valentín Alsina (Lanús), porque se trata de una fábrica que trabaja por proyectos y, sin esta obra, prácticamente quedará sin necesidad de seguir abierta”.

Este medio consultó a distintos actores de la industria local e internacional para analizar un proceso licitatorio, que tiene como objetivo ajustar los costos para hacer viable el proyecto, y también para anticipar el efecto sobre los negocios anexos que tendrá la megacompra de caños. El antecedente son los dos tramos off shore de seis kilómetros cada uno que unirán la costa del Golfo San Matías en Río Negro con los barcos de licuefacción de la empresa Golar LNG, y uno on shore de 15 kilómetros. Esos 27 kilómetros totales quedaron en manos de una fabricante china, que ya entregó 2.200 ductos de acero revestidos en cemento, que pesaron en total 10.000 toneladas (5.000 de cada producto).

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Las pymes bajo el temor de la avalancha china

La empresa Socotherm Americas está en Escobar, ofrece el servicio de revestimientos, como el cemento que usan los ductos submarinos, y forma parte de la cadena de valor de Tenaris (la empresa fabricante de tubos sin costura de Techint). “La licitación anterior dejó afuera a esa pyme y, si el negocio vuelve a quedar en manos de una empresa china, derribará la suerte de muchas otras. Eso implica que el costo para la Argentina será mayor, sin contar los dólares que deberán usarse para pagar esas importaciones, en momentos en que el país necesita cuidar sus reservas internacionales del Banco Central y justo cuando se está por firmar el acuerdo comercial con los Estados Unidos”, argumentó una fuente vinculada a la T, en off.

Según esas mismas fuentes, la reducción de costos por la oferta china generaría gastos extra por la falta del servicio just in time que brindan las empresas locales. Hay un ejemplo en marcha: durante el traslado por barco de los tubos con cemento se pudieron generar roturas en el revestimiento que deberán ser reemplazados, porque de exponerse a la corrosión marítima tienen muchas posibilidades de picarse, lo que podría provocar fugas. “Las empresas locales además de darte precios, te dan calidad de servicios. Si de China viene más del 20% de tubos fallados, el costo final será mucho mayor. En cambio, el servicio llave en mano es mucho más eficiente, porque hay reemplazo hasta que se termine el proyecto”, destacó un especialista en el tema.

Rocca, quien este miércoles encabezará el encuentro anual Propymes que organiza Techint con su cadena de valor, está obsesionado con combatir la “competencia desleal” que genera China. Aliado a EE.UU. en la guerra comercial contra el gigante asiático, el magnate ítalo-argentino fue el único que elevó la voz para reclamarle al Gobierno de Javier Milei que implemente un plan industrial para mejorar la competitividad local y que interponga barreras comerciales para los productos chinos que inundaron al país.

Malestar por las presiones de Techint

A algunos actores del mundo industrial y energético les llamó la atención la queja de Techint, justo cuando el proceso licitatorio por el tramo on shore del proyecto que realiza Southern Energy (SESA) para exportar GNL de Vaca Muerta está en plena actividad. “Tenaris está presionando para ganar una licitación que aún está en curso. Creen que solo compiten con China, pero también hay otros proveedores con chances de ganar y ser más competitivos que ellos. De hecho, en las últimas licitaciones internacionales, Techint presentó costos por los caños que fueron 25% más caros que las ofertas más competitivas”, señalaron a PERFIL fuentes conocedoras del tema.

La licitación para la provisión de caños del gasoducto de 480 kilómetros se encuentra en curso. La realiza San Matías Pipeline, el VPU que presentó el proyecto del gasoducto ante el RIGI en octubre pasado, en el marco del proyecto de SESA, el consorcio conformado por PAE, YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Golar LNG. Según pudo averiguar este medio, de la licitación participan más de 15 oferentes, que son proveedores nacionales e internacionales de diversos países: Argentina, España, China, India, Colombia, México, Japón, Grecia y Turquía, entre otros.

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El proceso culminará cuando los oferentes que estén aprobados técnicamente sean homologados y calificados internacionalmente. La licitación está en curso, por lo que aún resta terminar el proceso para saber cuál será la oferta más competitiva. Por lo que supo PERFIL, Techint redujo su oferta para ser competitiva, pero aún estaría cara en relación a la oferta china. Otros que están cerca del proceso aclararon que otras compañías internacionales también ofertaron mejores condiciones y están en condiciones de ganar.

Fuentes de la industria afirmaron que “los precios internacionales están a la baja y en los próximos años habrá una sobreoferta de GNL en el mundo, lo que pone mucha presión a los costos”. “La rentabilidad de este tipo de proyectos es acotada y de alto riesgo, por lo que cualquier aumento de costos pone en riesgo su propia viabilidad. En proyectos de esta magnitud, la estructura de costos tiene que estar muy bien diseñada porque una diferencia en los precios de los caños podría significar un sobrecosto de decenas de millones de dólares, algo inaceptable en proyectos de esta escala”, aclararon.

Un latente fuego amigo cruzado

En principio no se abrió de manera explícita el fuego cruzado entre las empresas que participan del consorcio SESA y Techint. Pero quedó subyacente una pulseada. Por caso, existe malestar entre los industriales locales que vieron a Horacio Marin, presidente de YPF —empresa del Estado que integra Southern Energy—, festejar en redes sociales la llegada de los tubos chinos, “mientras hay pymes que cierran todos los días por la competencia desleal” del gigante asiático.

De la otra vereda, denunciaron que “Tenaris importa la chapa de Brasil, por lo que el 65% de sus costos son importados, no es ‘compre argentino’, ya que en Argentina solo dobla la chapa y hace la costura a los caños”. “Centraliza gran parte de sus compras globales desde Uruguay, a través de Exiros. Exigen comprar en Argentina, pero no aplican la misma política para sus propias compras y buscan siempre el mejor precio para la compra de sus propios insumos, independientemente del país donde provengan”, afirmaron fuentes industriales.

Lo cierto es que el planteo de Rocca para delinear un plan industrial confirma la necesidad de las empresas locales de ganar competitividad ante la avalancha importadora, que ya pone en jaque hasta a las grandes empresas argentinas. Esa realidad se choca contra otra necesidad del sector que promete ser una nueva usina generadora de dólares para el país, en línea con lo que aporta la agroindustria: realizar compras que no frustren un negocio que hace tiempo fluctúa su precio a la baja. “Hoy los tubos argentinos son caros”, resumió una fuente externa al conflicto.

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