El resultado es una recaudación por consumo interno y comercio externo que pierde peso en los ingresos fiscales, generando nuevas rondas de ajuste del gasto para mantener el equilibrio.
Por
CRISTIAN CARRILLO
Las políticas recesivas del gobierno de Javier Milei siguen presionando sobre el equilibrio fiscal y forzando a ajustes continuos del gasto. El indicador más claro y dinámico de la economía que permite aproximar su salud es el consumo. No solo el de supermercados y comercios, importantísimos para establecer las condiciones mínimas de necesidades satisfechas de los hogares, sino un consumo más amplio, que incluye servicios (energía, transporte, agua, prepagas, entretenimiento) y artículos que no son de primera necesidad (como computadoras, electrodomésticos y hasta autos y motos).
Todos y cada uno de estos rubros muestran desde desplomes hasta un estancamiento del que no hay previsiones de que pueda ser superado. El resultado es una recaudación por consumo interno y comercio externo que pierde peso en los ingresos fiscales, generando nuevas rondas de ajuste para continuar con el ficticio equilibrio de las cuentas públicas. La propia estimación del Producto que realiza el INDEC informe que el indicador amplio de comercio mayorista, minorista y reparaciones se contrajo un 7,3 por ciento el año pasado, mientras que el consumo de alimentos y artículos de primera necesidad enlaza 16 meses consecutivos de retracciones mensuales.
Esta semana la ARCA (ex AFIP) publicó la recaudación de impuestos, en momentos en que el Gobierno nacional inicia una pelea con los gobernadores sobre los recursos provinciales, que promete ser extensa. Si se analiza el comportamiento de las distintas partidas, las vinculadas al consumo y comercio exterior son las que evidencian el mayor deterioro.
El IVA (sumando el impositivo y el aduanero) arrojó en abril una caída real (descontado el efecto precios) de 3 por ciento, perdiendo 17 puntos porcentuales de contribución en la recaudación del Fisco. Se trata del apartado que, por su alcance a toda transacción en sus distintos eslabones, más contribuye en la recaudación. En simultáneo, creció el aporte de Ganancias (aunque no llegue a compensar la pérdida por IVA) a partir de la falta de actualización del piso no imponible para personas humanas, lo que deriva en un número de trabajadores creciente que es alcanzado por el impuesto.
Números fríos (congelados)
La recaudación continuó creciendo en términos reales. “Seguridad Social, Ganancias DGI y Combustibles traccionan el crecimiento”, señala un análisis de la consultora lcg. El principal factor de explicación de que se mantenga la recaudación positiva fue el aumento de Seguridad Social (25 por ciento real), a partir de la recuperación real de los salarios sobre una base de comparación (2024) bajísima, la actualización del tope para aportes de empleados y el acceso a la moratoria. En el caso de Ganancias, se registró el mes de crecimiento real consecutivo, en donde incidieron los anticipos sobre un mayor impuesto determinado para sociedades, la reducción del MNI para personas humanas y la adhesión a facilidades de pago en cuotas de la moratoria.
“A pesar de que IVA DGI presentó una variación real positiva contra abril de 2024, muestra cierta desaceleración (3 por ciento interanual real). Distintamente, lo recaudado por Créditos y Débitos sigue creciendo fuerte (16 por ciento). Combustibles volvió a desacelerar su crecimiento real, aunque todavía evidencia un desempeño significativo (44 por ciento interanual real), explicado por la actualización progresiva del impuesto y el ajuste de precios.
Los impuestos asociados al comercio exterior en su conjunto volvieron a caer en abril, pero con disparidad entre ellos. IVA y Ganancias DGA registraron caídas del 15 y 25 por ciento anual real, respectivamente. La eliminación de retenciones a distintos productos primarios y, desde este miércoles, también los industriales, atentan con el ingreso de recursos por la vía del comercio exterior. En los primeros cuatro meses del año registró en derechos de exportación una caída de la recaudación del 7,3 por ciento.
A esto se suma la eliminación del impuesto PAIS, lo que en abril implicó sacarle un 89 por ciento de su incidencia en lo recaudado. “La baja de alícuotas de los Derechos de Exportación parece haber sido compensada por el anticipo de las liquidaciones mientras que la recuperación de las importaciones tracciona lo recaudado por los derechos de estas”, sostiene el informe de lcg.
Entre los principales cambios que desfinanciaron al Estado se destacan:
La eliminación del Impuesto País (1,1% del PBI en 2024)La baja de retenciones para el agro entre febrero y junio (~0,13% del PBI)La eliminación permanente de las retenciones a las economías regionales y, recientemente, también para varias exportaciones industrialesLa reducción de impuestos internos a autos, motos y embarcaciones de media y alta gamaSuper IVA, super curro
Tanto la recaudación destinada a provincias como a Nación subió en torno al 10 por ciento anual real. “La recuperación de impuestos claves como IVA y Ganancias DGI, con alta incidencia en coparticipación son la clave para explicar el crecimiento interanual de lo girado a provincias”, agrega el documento.
El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que el Gobierno, cumpliendo con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), llevará a cabo una reforma tributaria que incluirá el impuesto al valor agregado que pagan todos los consumidores. "Vamos a dividir el IVA entre Nación y provincias. Cobraríamos 9 por ciento sobre el 21 por ciento que es el IVA y las provincias pondrán el suyo", afirmó el titular del Palacio de Hacienda a un canal de streaming.
Según argumentó, esto permitirá mayor competencia entre las provincias, que buscarán cobrar menores impuestos para atraer la localización de empresas en sus territorios, lo que redundaría –según su explicación—en mayor empleo, consumo y, por ende, mayor volumen de recaudación.
El esquema, al menos como fue anunciado por Caputo, tiene varios grises legales y puntos controvertidos: implica que las provincias se desfinancien aún más para alcanzar una mejora futura “potencial”; las empresas no se radican o dejan de radicarse por unos puntos de IVA (podría suceder que instalen su centro administrativo, pero no sus plantas de producción); no todas las provincias tienen estructura para recaudar el impuesto y todo se enmarca en una discusión más amplia: la coparticipación.
La medida, publicitada como una baja del IVA implica en los hechos una mayor tajada para el Estado nacional. La masa coparticipable bruta se conforma del 100 por ciento del Impuesto a las Ganancias (Ley 20.628), el 89 por ciento del IVA (Leyes 23.966 y 27.432), el 100 por ciento de los Impuestos Internos Coparticipables (Ley 26.674), además de otros impuestos menores. Es decir, actualmente las provincias reciben 18 de cada 21 puntos de IVA que se recauda. Si Nación se queda con “9 más o menos” (tal como dijo Caputo) y no con los actuales tres puntos, los gobernadores tendrán limitadas sus posibilidades de aplicar su parte del impuesto sin pasarse del 21 por ciento.
Esta semana las provincias alzaron su voz sobre los recortes y los cambios impositivos. Los gobernadores sostienen que perderán ingresos por un billón de pesos como consecuencia de los cambios adoptados por ARCA que modifican los anticipos anuales de Ganancias y las retenciones del IVA de las operaciones aduaneras. La denuncia fue patrocinada por el gobierno de La Pampa, en el marco del encuentro de gobernadores en Entre Ríos. El gobernador pampeano Sergio Ziliotto cuestionó el manejo que hace el gobierno de los fondos coparticipables.
La semana pasada, ARCA tomó dos decisiones que afectan a las jurisdicciones con los fondos coparticipables. Por un lado, se aplicó un nuevo esquema de los anticipos anuales de Ganancias. Hasta ahora las grandes empresas pagaban un anticipo del 25 por ciento en junio y el resto en nueve cuotas de 8,33 por ciento. Desde ahora serán nueve cuotas de 11,11 por ciento. Por otro lado, se dispuso un cambio en el esquema de retenciones del IVA a las operaciones aduaneras, por lo que se deja de retener el impuesto a las importaciones. Estas medidas impactarán fuertemente en la recaudación y se estima que las provincias perderán un billón, dijo el funcionario pampeano. Ahora pretende implementar una "competencia" entre provincias por el cobro de IVA.
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