La entidad que conduce Santiago Bausili envió señales a la City para flexibilizar el alto porcentaje de liquidez inmovilizada. Un documento detalla la estrategia para volver a sumar divisas y así inyectar pesos en el mercado.
Eugenia Muzio
El Banco Central se prepara para profundizar la fase 3 de su programa monetario y la política de astringencia de pesos para volver a inyectar liquidez en los mercados. Por un lado, un documento que presentó el vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning, ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) adelanta la vuelta de la compra de reservas; por otro lado, el BCRA le envió señales a los bancos de que habrá cambios en los encajes, y la licitación de este miércoles ayudó a ese mensaje.
El nuevo enfoque llega en un momento en el que el Gobierno entiende que la especulación preelectoral sobre el dólar terminó y que el camino hacia un riesgo país que permita volver a los mercados voluntarios de deuda mejoró. Pero la exigencia del sector financiero respecto a que el Central sume divisas a sus arcas nunca cesó. La duda, aún, es si sigue vedado por el límite autoimpuesto de sólo comprar en el piso de la banda, o por el propio presidente Javier Milei, que se opuso a cualquier tipo de emisión monetaria posible.
El Central avisó que comenzará a comprar reservas
El informe que difundió el número dos de Santiago Bausili durante las reuniones de otoño del FMI y el Banco Mundial asegura que, corregido el déficit fiscal, “el margen para un crecimiento genuino de la demanda de dinero es amplio y puede satisfacerse mediante fuentes de dinero internas o externas”. “Las fuentes de dinero ‘internas’ han sido eliminadas (déficits fiscales) o están llegando a su fin ('Punto Anker')”, aclaró y explicó: “Las externas (compra de reservas) ofrecen una fuente que puede acelerarse con el acceso a los mercados (refinanciación de deuda)”.
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Según esta presentación, para el BCRA el período poselectoral abre una ventana para la recuperación de la demanda de dinero, que sería compatible con la inyección de pesos mediante una compra de dólares. El programa afirma que esta medida comenzaría en 2026.
Consultadas por PERFIL, fuentes de la entidad no contestaron si se podría adelantar la estrategia para finales de este año. Para finales del 2025, el Gobierno deberá acumular unos USD 9.000 millones para cumplir con las metas del Fondo, aunque este aviso a los mercados también abre la puerta a una eventual redefinición de esos objetivos.
Encajes: zanahoria para los bancos
Por el lado de los pesos, la licitación de deuda, la primera después de las elecciones, abrió una oportunidad para que el equipo económico flexibilice tanto tasas de interés como los encajes bancarios, y así desajustar un poco la situación de la actividad económica, frenada por los altos porcentajes de crédito.
Según pudo saber este medio, en reuniones la entidad que conduce Bausili les hizo saber a los banqueros que “comprende la situación” y que en los próximos días habrá novedades respecto del porcentaje del 55% del dinero que no pueden movilizar y del que sólo remuneran una pequeña parte. Más allá de la cifra, la más alta en 32 años, el pedido más urgente que tienen los actores de la City es que el Central eche para atrás la obligación de informar la posición de encajes de forma diaria y vuelva a instaurar el promedio mensual.
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“En un contexto de mora récord de las familias para los balances de los bancos es un problema”, planteó un cuadro técnico de un banco y explicó: “La clave es la cuestión cambiaria. Cuando se relajen las expectativas de devaluación (sea porque sube el dólar o porque aparece el financiamiento) va a ser más fácil relajar encajes. El problema, en el camino, es que la tasa de plazos fijos empezó a bajar ya (no la de caución), entonces los incentivos para los ahorristas están raros”. La intención de los bancos es que la cifra vuelva al orden del 35%, como en la previa del desarme de las LEFI, el pasado 10 de julio.
En ese sentido, este miércoles el Tesoro logró un rollover del 60% sobre el total de más de $12 billones en vencimientos. Dejó $5 billones en la calle y pactó tasas que fueron desde el 35% al 42% en los instrumentos a tasa fija, mientras que los títulos dollar linked quedaron desiertos.
“El resultado de la licitación era el esperado: dejar un sobrante de pesos que dote al mercado de mayor liquidez, con la expectativa de que la tasa de referencia no sufra de tanta volatilidad intradiaria (hoy la caución a 1 día operó con un techo del 55% y un mínimo de 11%)”, consideraron los expertos de Aurum Valores.


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